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Ikigai: Conocé qué es y cómo aplicar esta filosofía de origen japonés al estilo personal?

La estilista de moda Nieves Pereyra explica los beneficios que proporciona la búsqueda e identificación del ikigai de estilo, entre ellos, sentir mayor bienestar emocional y aumento de autoestima.

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Mujer ordenando el ropero
Armar la valija.
Foto: Archivo El País.

Por Nieves Pereyra
Ikigai, cada vez escuchamos más este término japonés que nos atribuye a todos una razón de ser en el mundo. Quizá por la cantidad de libros editados sobre el tema o por el documental de Netflix “Las zonas azules Ikigai”, el vocablo no resulta tan lejano. ¿Pero qué es el Ikigai y cómo aplicarlo a nuestro estilo personal?

Para la cultura japonesa, el Ikigai es ese elemento que nos motiva y representa aquello por lo que vale la pena vivir. Es el propósito o misión que da sentido a nuestras vidas, nos ayuda a autorrealizarnos y nos produce satisfacción. El Ikigai es un proceso de introspección (que puede ser más o menos sencillo según el grado de autoconocimiento que tengamos) se encuentra, respondiendo a cuatro preguntas esenciales: qué queremos, qué se nos da bien, qué necesita el mundo y cómo podemos obtener beneficio por ello.

El libro Ikigai: los secretos de Japón para una vida larga y feliz (de Editorial Urano), de Francesc Miralles y Héctor García, explica que cumplir diez mandamientos permitirá encontrar el ikigai y en ese proceso, comenzará a gozarse una vida más plena, saludable y larga.

La población Okinawa, la isla japonesa que ostenta el mayor número de centenarios del planeta, da fe de ello: “El ikigai es la razón por la que nos levantamos por la mañana“. Para estos ancianos, es básico tener un propósito en la vida, una razón de ser, y este concepto se encuentra en el centro de su larga y apacible existencia.

Ser agradecido, atender el presente, ser tu mejor versión cada año que comienza y sentir tu ikigai, son algunos de estos mandamientos. Y aunque este concepto puede parecer uno muy tranquilo y asociado a la vejez, parte de la raíz de su filosofía está vinculada en hacer un llamado a la acción lúcida, a la lucha saludable, esa relacionada con los desafíos, con encontrar esa pasión que nos brinda satisfacción, felicidad y significado a la vida a nivel individual: no hay Ikigai sin trabajo de emprendimiento y crecimiento personal.

Ropero ordenado
Ropero ordenado
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Ventajas

Vestirse, para muchos más de quienes lo admiten, es un factor de estrés diario. Nos levantamos, enfrentamos el ropero y se desatan un montón de frustraciones que hacen que comencemos el día de manera negativa.

No encontramos qué ponernos aún con el ropero explotado de prendas, sentimos que nunca tenemos lo suficiente ni lo que necesitamos a pesar de tener prendas guardadas con la etiqueta. Queremos vestirnos cómo nos sentimos, pero terminamos de negro o beige por más que tengamos un día particularmente alegre.

Pocas veces nos sentamos a planificar estrategias o hacer una introspección acerca de por qué, cómo y para qué nos vestimos. Es cierto que no podemos escapar de este acto, pero sí hacerlo a conciencia, cómo enseño en “Vestir con intención”. Mi método puede transformar ese momento obligatorio y frustrante en un acto satisfactorio y con sentido,

Entre los muchos los beneficios que proporciona la búsqueda e identificación del ikigai de estilo están el sentir mayor bienestar emocional y aumento de autoestima. ¿Te imaginás despertar en la mañana sin que el acto de vestirte sea un factor negativo de tu día? Si buscamos y encontramos nuestro ikigai no solo lo disfrutaremos, sino que ganaremos minutos diarios en plenitud y bienestar emocional. El hacer algo que nos gusta, le daremos sentido al acto de vestir. Tener claro que querés comunicar con lo que llevás puesto, qué estrategias utilizás para que tu vestimenta sea un factor que te ayude a lograr objetivos y que el espejo te devuelv a una imagen que te identifica, son puras ventajas.

Beneficios

  • Tener una actitud positiva hacia el mundo y nuestros objetivos vitales, nos ayuda a afrontar el día a día de una manera mucho más optimista y esto se refleja en menores niveles de estrés, ansiedad y depresión. Vestir con intención no solucionará todos tus problemas, pero te quitará un factor de estrés, y esto siempre suma en el total.
  • También permite una mayor introspección y menor frustración ante los cambios: así como no existe un solo ikigai para cada persona y puede abarcar varios intereses, también puede cambiar, por ejemplo, por la modificación de la situación personal o la edad.
  • Entender esto y practicarlo en consecuencia nos hace más tolerantes al cambio, al estar conectadas con nuestro propósito: cómo me visto y para qué. Esto último es lo que nos permite no perder la motivación ni la intención.

Preguntas para hallar el Ikigai en la vestimenta

El ikigai está compuesto por la conjunción de cuatro áreas y está en el punto exacto donde confluyen estos aspectos y se mantienen en equilibrio. A saber: Pasión (la combinación de lo que amás hacer y en lo que sos bueno); misión, (equilibrio entre lo que necesita el mundo de vos y lo que amás hacer); vocación (lo que necesita el mundo de vos se combina con eso que sabés hacer y por lo que pueden pagarte); y profesión (cuando te pagan por eso en lo que sos bueno).

A nivel de estilo, estas preguntas pueden adaptarse a lo que amás/ intención (buscá tres palabras o sensaciones que evoquen cómo querés sentirte, a nivel de estilo; tu propósito o lo que el mundo necesita (identificá tres palabras o sensaciones que evoquen cómo te gustaría ser percibido, visto o recordado por los demás); lo que querés potenciar o tu objetivo (resaltar alguna zona física con la que te sentís segura, incorporar el vestir diario como autocuidado, usar más color); y tu meta (identificá el beneficio de encontrar tu ikigai en esta área, como por ejemplo ahorrar tiempo en las mañanas, conseguir un logro profesional, ahorrar al comprar de forma más consciente, etcétera).

Tu ikigai es el punto en el que se juntan todas las respuestas a estas preguntas. Por eso es importante que una vez que las respondas, revises si para cada una hay una acción que coincida con lo que haces en este momento de tu vida. El Ikigai precisa coherencia, así como el vestir diario. Si querés sentirte cómoda y esa es una de las tres palabras que elegiste, pero la ropa que usás no te hace sentir así, es momento de resolver qué hacer con eso. Recordá que tomar acción es uno de los pilares del Ikigai.

Es fundamental tomarte el tiempo de hacerte estas preguntas, definir un plan y pasar a la acción. Podés tener varios Ikigai de estilo si tenés distintas situaciones.

Por último: No tengas apuro en encontrarlo. A veces creemos que no lo tenemos porque necesitamos más tiempo para explorar y explorarnos. Creeme que como con el estilo, Ikigai tenemos todas.

Conocé a nuestra columnista

Nieves Pereyra

Nieves Pereyra
Nieves Pereyra
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Estilista de moda, fan del estilo propio y de repetir outfits. Cursó la Licenciatura en Lingüística en la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República; estudió diseño y debido a su interés en la semiótica de la moda llegó al asesoramiento de imagen. En 2019, armó su primer curso sobre Armarios inteligentes.

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