Moda
Jill Kortleve, Alva Claire y Precious Lee fueron las modelos "curvies" que desfilaron para Versace, que optó por un desfile sin público
La firma italiana Versace no solo ha presentado una colección sensual, enérgica y llena de color, sino que ha hecho una gran defensa por la diversidad de cuerpos y las modelos negras, un nuevo camino para "hacer historia en la moda" como ha escrito en sus redes sociales la modelo de tallas grandes Ashley Graham.
Hubo un tiempo en la industria textil que fue ejemplo de diversidad y así desde finales de los 60 y hasta entrados los 80 las modelos negras arrasaban en la alta costura de París, también aparecían modelos asiáticas en las presentaciones de Pierre Cardin, y las curvas sobre la pasarela se admiraban y valoraban.
Ahora, cuando se presume de tanta libertad, al sistema de la moda se le acusa de racismo y de falta de diversidad, sin embargo Versace, en su último desfile, "Versacepolis", ha cambiado los códigos estéticos e integra modelos "curvies" para presentar su colección cuajada de sensualidad y color.
Una decisión que ha sido aplaudida por Ashley Graham, que ha subido este fin de semana imágenes en su perfil de Instagram -con 11, 4 millones de seguidores- en la que se ven a las modelos de tallas grandes sobre la pasarela.
"Bravo, Versace. Esto es historia de la moda", ha sido una de las frases con las que ha aplaudido el desfile de la firma itialiana, que hasta ahora apostaba por un canon de belleza pegado a la talla 36.
Jill Kortleve, Alva Claire y Precious Lee fueron las modelos "curvies" que desfilaron para Versace, firma que optó por un desfile sin público, dada la situación derivada de la pandemia del coronavirus, y al que pudieron asistir los trabajadores de la firma que han contribuido a fabricar la colección.
Bikinis de colores amarillos, naranjas y celestes se han alternado con trajes vaporosos de chaquetas azul intenso y pantalones rosa fucsia, pero también se pudieron ver conjuntos de tops y minifalda en colores verdes intensos y con adornos en purpurina.
Los vestidos bien ceñidos a la silueta, con apertura lateral en las faldas; los escotes 'palabra de honor'; las faldas con formas que simulan las olas del mar y los corpiños en todos los colores posibles completaron una colección que se aderezaba con bolsos y zapatos de colores intensos y por pendientes y collares XXL.