Moda
"Vivimos en ciudades, increíblemente abiertas, pero en cuanto das un paso fuera ya no es lo mismo", asegura el diseñador de la línea masculina de Dior.
Kim Jones da un paso más para borrar las fronteras de género en su nueva colección masculina para Dior, con lentejuelas bordadas en los jerséis de los modelos, pero el diseñador no se hace ilusiones: el mundo de la moda vive en una burbuja.
"Vivimos en ciudades, increíblemente abiertas, pero en cuanto das un paso fuera ya no es lo mismo", explica Jones en una entrevista con la AFP, en su estudio en París.
"Hay cuarenta países en el mundo en el que si sales a la calle así, te asesinan", añade, al describir su voluntad de vestir a los hombres de manera diferente, más feminizada.
Para la colección otoño/invierno que presentó este viernes en la capital francesa, Kim Jones ofreció una versión masculina de la icónica chaqueta Bar femenina, con la que Christian Dior se presentó en 1947, cuando los modistos creaban para las mujeres.
Ya nadie se sorprende por esos detalles.
Cómo se viste el hombre Dior este otoño
Los hombres Dior llevan delicadas lentejuelas rosas bordadas en los suéteres, chaquetas anudadas al nivel de la cintura y pantalones amplios y generosos.
Una blusa se abre totalmente en vertical en la espalda del modelo.
Kim Jones apostó también en su desfile parisino, celebrado como es habitual en un imponente escenario instalado en los jardines de Tullerías, por una asociación con la marca de zapatos Birkenstock.
El modisto declinó la característica zapatilla abierta de Birkenstock con toques dorados, o diminutos pins.
El pasado martes fue la nueva marca de la Semana de la Moda parisina Egonlab la que se asociaba con la marca de sandalias de plástico Crocs.
Dior reconstruyó a escala casi natural una balaustrada del elegante puente de Alejandro III, en pleno centro de París, para la pasarela.
Alternando con la música, se oía al legendario Christian Dior, en off, explicando en una entrevista de época cómo creaba sus vestidos.
Viajero por el mundo
¡Jones, de 42 años, creció viajando de la mano de su padre, geólogo, así que tiene una visión pragmática del mundo real, fuera de la espectacularidad de las pasarelas.
"Tengo suerte, crecí viajando por todo el mundo así que lo he visto todo y entiendo que vivimos en una burbuja", explica a la AFP.
"Si viajas a otros lugares, tienes que ser respetuoso con su cultura", indica.
Jones alterna su trabajo en Dior con la línea femenina y la alta costura para Fendi, desde septiembre de 2020.
"Ahora que hago colecciones femeninas me doy cuenta de los límites de la línea masculina", comenta.
"La ropa para hombres no ha cambiado mucho desde los años 1940".
Su prioridad actual es conseguir que los modelos clásicos de Dior se conviertan en algo más confortable, aún en plena pandemia.
"Lo que la gente quiere ahora es comodidad: lo veo a través de las ventas, cuando hablo con los clientes, por todas partes", señala.
Esa fue la marca que dejó Jones en Louis Vuitton entre 2011 y 2018, cuando subió la "streetwear" a las pasarelas.
En cuanto a la sobrecarga de trabajo, Jones asegura que no le no teme: "Me gusta trabajar y ahora estoy en un momento realmente bueno", afirma.
"El único problema para mí ahora es el covid, porque cuando regreso a casa tengo que aislarme y mantenerme aislado de todo el mundo. No me puedo permitir perder 10 días", explica.
Dice que se toma vacaciones cada dos meses, para evitar que el estrés lo sobrepase.
"No me voy a matar por esta gente. ¡No soy estúpido!", afirma entre risas.
Su ánimo se ensombrece sin embargo cuando recuerda a su amigo y sucesor en Louis Vuiton, Virgil Abloh, que falleció de cáncer en noviembre pasado, y cuya colección final fue presentada esta semana en París.
"Aún me cuesta hablar de ello, no me acabo de creer que haya pasado", confiesa.
"(Virgil y yo) nos mandábamos mensajes cada semana. Cruzamos el mundo juntos. Acostumbrábamos a sentarnos en el suelo, en las habitaciones de los hoteles, para dibujar, junto a Kanye (West), Pharrell (Williams)... Me siento muy afortunado de haberlo conocido", cuenta.
"Qué gran pérdida, con todo lo que podría haber hecho", se lamenta en voz alta