*Por María Emilia Triay
En Uruguay mueren alrededor de 100 personas al año por cáncer de cuello uterino y son personas que no se deberían morir porque en etapas tempranas es un cáncer100% curable”, dispara categóricamente Natalia Pérez, médica ginecóloga y secretaria de la Sociedad Ginecotocológica del Uruguay.
La Organización Mundial de la Salud aseguró en 2019 que este cáncer no debería existir y es totalmente prevenible. Los números en nuestro país son estables y con una leve tendencia a la baja, pero en el mundo la cantidad de casos va en aumento.
El Registro Nacional de Cáncer de la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, señala que en Uruguay este es el cuarto tipo más frecuente entre las mujeres (luego del de mama, colon-recto, pulmón-tráquea).
La incidencia de esta enfermedad es mayor entre los 40 y los 50 años, franja etárea donde se encuentra la mayor cantidad de casos y mortalidad. Los ginecólogos destacan que también fallece gente joven y que si bien no son la mayoría, son siempre muertes evitables.
Vacuna
Más allá de la recomendación universal de usar preservativo en todas las relaciones sexuales, un arma fundamental para evitar esta enfermedad es la vacunación contra el virus del Papiloma Humano (HPV) de la que se han dado millones de dosis en el mundo.
El HPV es muy frecuente en los seres humanos y se trasmite con facilidad por contacto sexual; existen más de 100 tipos y a cada uno de ellos se lo identifica con un número. Hay un grupo de 14 tipos que producen infecciones persistentes y son denominados de alto riesgo ya que se asocian con la aparición del cáncer de cuello uterino: los tipos 16 y 18 producen el 70% de los casos.
La eficacia de la vacuna está probada. Desde el punto de vista científico, numerosos estudios la avalan, pero además está probada en la vida real, fuera de los laboratorios y con poblaciones controladas.
Este virus está en la zona genital y puede causar cáncer de cuello uterino pero también del canal anal, vulva, orofaringe, entre otros. Además causa otras enfermedades como las verrugas genitales, una afección muy molesta que, en general, demora en irse.
La infección por HPV es muy local, entonces el sistema inmune lo reconoce poco y a nivel sanguíneo tenemos pocos anticuerpos circulantes contra el virus; lo que hace la vacuna es aumentarlos. Para que este aumento sea máximo, lo recomendado es recibirla cuando aún no se tuvo contacto con el virus, antes del inicio de las relaciones sexuales (se indica entre los 9 y los 14 años).
De todos modos, estudios demuestran que quienes ya han tenido contacto con el virus o que no lo han estado, pero que superan estas edades, también generan mayor cantidad de anticuerpos con la vacuna que con la inmunidad natural. Los médicos recomiendan la vacunación también en esos casos. Vale recordar que la cobertura gratuita por parte del Ministerio de Salud Pública es hasta los 26 años.
Estudios también señalan que de los 26 a los 47 hay una buena respuesta de anticuerpos y que la vacuna es siempre beneficiosa. Lo aconsejable en estos casos es darse dos dosis.
Hasta los 15 años se aplican dos dosis de vacuna cuadrivalente con seis meses de intervalo entre la primera y la segunda dosis; a partir de los 15 son 3 dosis en el esquema de una dosis inicial, luego una segunda a los 2 meses y la última dosis a los 6 meses.
Ambos sexos
La recomendación de darse la vacuna va más allá del sexo. Empezó a vacunarse a las mujeres porque el cáncer de cuello es el de mayor en incidencia de todos los cánceres HPV relacionado. En ese entonces se argumentaba que si las mujeres estaban protegidas y sin infectarse con HPV, los varones tampoco se infectarían. Sin embargo, esto no aplicaba a hombres que tenían relaciones con hombres, por lo que también se vacunan varones, porque se consideró que no estarían protegidos por el efecto rebaño porque para alcanzarlo, las mujeres deberían estar vacunadas más allá de un 70% de la población.
Prevención
El Uruguay el Ministerio de Salud Pública y la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer llevan adelante un programa de prevención de cáncer de cuello uterino desde hace más de 40 años y esto ha permitido que la mortalidad esté levemente a la baja.
La detección no es temprana. El cáncer de cuello uterino en etapas microscópicas no da síntomas. Quien lo tiene y no fue diagnosticada, no siente nada; aparentemente está saludable, se siente bárbara y no presenta ningún tipo de problema. El control médico es lo que permite descubrir su presencia o la de una lesión pre invasora (aquella que puede llegar a convertirse en cáncer).
Detectar esas lesiones pre invasoras es posible con el papanicolao, la herramienta más extendida. También hay otras armas como el test de HPV; la colposcopia es otra herramienta fundamental porque es la que ve las lesiones, mira el cuello con una lente de gran aumento.
La clave siempre es la prevención, ir asiduamente a consulta ginecológica. “Hay que tomarse tiempo para cuidarnos a nosotras mismas”, concluye Pérez.
Tratamiento
Si alguno de estos estudios arrojan algún resultado que enciende alarmas, se hace una biopsia y los pasos a seguir dependerán de la lesión.
Si es una lesión preinvasora, se la retira en el consultorio con una conización: en una biopsia ampliada, se elimina una porción con radiofrecuencia y es menos invasiva (se retira lo más grande posible para eliminarla y lo más chica posible para no dañar ese cuello para futuros embarazos). Cuando el cáncer ya está instalado, es necesario sacar el útero con cirugías más extensas.
Durante todo el mes de marzo se realizo una vez más la campaña “Hoy por vos”, que procuró informar y concientizar sobre el cáncer de cuello uterino, darle visibilidad a esta enfermedad que si bien afecta a mujeres impacta en toda la sociedad.
#HoyPorVos plantea que todos podemos hacer algo para lograr una sociedad sin cáncer de cuello uterino y que el momento es hoy: hablemos del tema e impulsemos a las mujeres que nos rodean a hacerse los chequeos ginecológicos anuales.
En la campaña se utilizó una ilustración de Sofia Fuentes (@sofia_ilustrada), diseñadora gráfica, ilustradora y bordadora. Fuentes estudió la tecnicatura de Diseño Gráfico en la UTU de Comunicación Visual y actualmente es Team Leader del área Design Hub en Vexels Graphics.