Mujeres
Un grupo de mujeres yemení, tiene su propio escape de la guerra: el básquetbol es un aliado para olvidar los dramas de la vida cotidiana.
Con camisetas que cubren los brazos por completo y sobre sillas de ruedas, las mujeres de Yemen compiten sobre la tarima de la cancha de básquet para evadirse de una guerra que devasta el país de la península arábiga desde hace más de un lustro.
"Si el pueblo yemení sufre la guerra, entonces las personas con discapacidad la sufren dos veces más", resume desde su silla de ruedas Amal Hizam, organizadora de la competición local.
La guerra que opone desde 2014 a las fuerzas del gobierno con los rebeldes hutíes ha sumido a Yemen, de por sí el país más pobre de la península arábiga, en la peor crisis humanitaria del mundo, según la ONU.
Dos años después del acuerdo concluido en diciembre de 2018 al amparo de las Naciones Unidas, las esperanzas se han evaporado en el país, especialmente en la ciudad de Saná, en manos de los rebeldes desde hace más de seis años.
En ese contexto, los eventos deportivos para discapacitados son "prácticamente inexistentes", explica Hizam, que participa en esta segunda edición del torneo de básquet en silla de ruedas.
Con nueve equipos participantes, cinco de ellos completamente femeninos, las jóvenes regatean, esquivan, se pasan el balón y desean brillar para ser mejor aceptadas por la comunidad. Ellas saben lo que es sentirse, a veces, como un lastre en tiempos de guerra.
Las jugadoras del equipo vigente campeón lucen una camiseta naranja con el lema 'Al-Erada' ('la voluntad', en árabe) mientras que sus rivales, de negro, ostentan las palabras rotuladas 'Al-Mostaqbal" ('el futuro').
Inclusión
Abdu Mohammed Zayed, que entrena a todos los equipos, lamenta la ausencia de canchas de básquet especializadas para discapacitados.
Uno de los objetivos del proyecto es "ofrecer un apoyo social y moral a las personas discapacitadas y permitirles mostrar sus capacidades y su creatividad", estima.
En unas tribunas lejos de tener todos los asientos ocupados, dos adolescentes alientan a sus equipos contoneando sus cuerpos.
"Deseo que la sociedad no mire por encima del hombro a los discapacitados, que vea nuestras capacidades", confiesa Tahani al-Omari, una jugadora de básquet de 28 años.
"Necesitamos sillas de ruedas especializadas para jugar, y sobre todo, apoyo moral", añadió, haciendo un llamamiento a una "mayor inclusión".
Aunque no existe un balance oficial sobre las personas discapacitadas en Yemen, Amnistía Internacional estima, basándose en los datos de la Organización Mundial de la Salud, en 4,5 millones el número de yemeníes que cuentan con algún tipo de discapacidad.
"Los millones de personas con discapacidad en Yemen no sólo han soportado años de conflictos armados sino que además forman parte de los excluidos", lamentó la ONG el año pasado.
Varias decenas de miles de personas fallecieron a causa del conflicto desde 2015, fecha en la que una coalición militar liderada por Arabia Saudita intervino en la guerra para apoyar al gobierno ante los rebeldes hutíes, apoyados por Irán.
Cerca de 3,3 millones de personas tuvieron que ser desplazadas y más de 24 millones -cerca del 80% de la población- dependen de algún tipo de ayuda humanitaria, según la ONU.