El Tiempo / GDA
De acuerdo con un informe publicado en 2023 por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), casi nueve de cada diez personas todavía mantienen prejuicios fundamentales en contra de las mujeres. De hecho, con base en ello calculan que la equidad no se alcanzará sino hasta dentro de 300 años.

En la investigación, llevada a cabo por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se alerta que ha habido un estancamiento con respecto a la igualdad y que, incluso, se han eliminado algunos derechos de las mujeres en diversas partes del mundo.

Llegaron a esa conclusión luego de realizar una serie de entrevistas a nivel mundial en donde se demostró que la mitad de la población todavía considera que los hombres son mejores líderes políticos de las mujeres; cuatro de cada diez cree que los hombres son mejores ejecutivos; y 25 por ciento incluso llegó a afirmar que está justificado que un hombre le pegue a su esposa.

Uno de los elementos más destacables del informe es que estos prejuicios de género y la infravaloración de las capacidades y los derechos de las mujeres en la sociedad se registraron en todas las regiones, ingresos, nivel de desarrollo y culturas que se tomaron en cuenta en esta investigación que abarcó ochenta países.

Con base en los resultados, la ONU advierte que no nos estamos acercando a lograr la igualdad de género y que, incluso, alcanzarla podría tomar alrededor de 300 años.

Aunque se tiene la impresión de que se han alcanzado avances, todavía hay una baja representación de las mujeres en puestos de liderazgo. De hecho, en el mercado laboral global, las mujeres ocupan menos de un tercio de los puestos directivos.

Por otra parte, en los cincuenta y nueve países en donde las mujeres tienen mayor nivel educativo en comparación con los hombres, su promedio de ingresos sigue marcando una diferencia de 39 por ciento.

Un punto de partida para seguir impulsando la igualdad entre hombres y mujeres, propone la ONU, es reconocer el valor económico del trabajo de cuidado no remunerado como una manera de cuestionar los papeles de género.