Hoy, 24 de diciembre la actriz Ava Gardner, estrella de decenas de películas, hubiera cumplido cien años.
Su muerte, a los 67 años, se dio a causa de una neumonía, pero su vida, tan corta como apasionante, ha dejado huella por donde quiera que posó sus increíbles (y salvajes) ojos.
No en vano, le apodaron en Hollywood "el animal más bello del mundo", un mote que a Lavinia (su nombre real) no le hacía ninguna gracia. Pero sus exuberantes papeles, de "Mogambo" (1953), donde coincidió con su gran amiga Grace Kelly, a "La noche de la iguana" (1964), con Deborah Kerr -ambas mucho más sensuales que sexuales-, la dejaban siempre con un pie en el lado más salvaje y erótico de las películas.
Sin embargo, siempre estuvo arropada por galanes "macho alfa" como Clark Gable o Richard Burton, Gregory Peck ("Las nieves del Kilimanjaro") o a pares, como el tándem Humphrey Bogart y Edmond O'Brien en la apasionante "La condesa descalza" (1954), donde la actriz se convertía en María Vargas, una exótica bailarina que Joseph L. Mankiewicz presentaba como la "Spanish gypsy" (gitana española).
Este papel recuerda los propios orígenes humildes de la actriz, descubierta por casualidad por un cazatalentos en una foto en el escaparate de la tienda de su cuñado, tras una infancia de dificultades que le dejaron un acento que tuvo que ser cuidadosamente pulido.
Con 19 años, recién llegada a Hollywood, se casó con el "niño eterno", Mickey Rooney, del que se divorció al año siguiente. En ese tiempo, trabajó sin parar, de hecho, rodó ocho filmes y se hizo verdaderamente famosa: empezó su carrera de 'mujer fatal'. En 1945 se casó con el clarinetista Artie Saw, de quien se separó a los trece meses, y por fin, en 1951, con Frank Sinatra.
Estuvo casi catorce años en Madrid, al principio alojada en los mejores hoteles de la ciudad, pero pronto se compró un lujoso chalet de un barrio residencial.
Después, se mudó a un apartamento y, ya en los sesenta, alquiló un dúplex en una de las calles más exclusivas de la ciudad, donde tenía de vecino a Juan Domingo Perón quien a menudo le recriminaba las fiestas que organizaba con sus ruidosos amigos.
Le encantaba la cerveza con whisky, las juergas flamencas y los toros; Fue mítica su relación con el torero Luis Miguel Dominguín, con el que tuvo un sonado romance. El famoso diestro solo dejó a la actriz para casarse con Lucía Bosé.
De su extensa filmografía cabe destacar "Forajidos" (1946), con Burt Lancaster; "Odio y orgullo" (1951), con Robert Mitchum, "Estrella del destino" (1952), de nuevo con Clark Gable, "Las nieves del Kilimanjaro", "Mogambo", "La condesa descalza" -todas entre 1952 y 53-, "Cruce de destinos" (1956), con Stewart Granger, "La maja desnuda" (1958), con Tony Franciosa, o "La hora final", de Stanley Kramer, con un trío de ases: Gregory Peck, Fred Astaire y Anthony Perkins.
En 1963 rodó en Segovia, una ciudad cerca de Madrid, con Charlton Heston y David Niven "55 dias en Pekin"; después llegó una de sus obras cumbre, "La noche de la iguana", dirigida en 1964 por John Huston sobre un texto de Tennesse Williams, que le valió la Concha de Oro del Festival de San Sebastián.
En 1982 regresó a los estudios italianos, donde filmó uno de sus titulos más decisivos, "Regina", al lado de Anthony Quinn. En el 85 rodó con Omar Shariff la serie "Los Dardanelos" para la ABC. Poco después sufrió un infarto cerebral que la debilitó mucho.
Se trasladó a Santa Mónica, California, donde estaban su médico de confianza y el único hombre constante en su vida, el cantante de los ojos azules, la voz: Frank Sinatra.
Tras una vida marcada por su deslumbrante belleza, el éxito y el amor apasionado, la actriz contrajo una neumonía que no pudo superar. Falleció el 25 de enero de 1990 a los 67 años de edad. Está sepultada en el Sunset Memorial Park de Smithfield, en Carolina del Norte, donde nació hace ahora cien años.