MUJERES

En Uruguay no existe reglamentación ni regularización sobre talles y si tu cuerpo se sale del estereotipo —para uno u otro extremo— seguro habrás pasado un mal momento en alguna tienda de ropa. Hoy en día cada marca se guía por la tabla de talles que quiere y toma referencias de cuerpos que no necesariamente representan a los locales.

Esta situación quiere revertirse con una Ley de talles, y este proyecto ya se presentó, sin éxito, en dos oportunidades.

“A grandes rasgos, el proyecto de ley tiene dos pilares fundamentales que quieren regularizarse”, explica Victoria Ripa, cantante, activista por la diversidad corporal y parte del grupo impulsor de este proyecto de ley junto a Lucía Magliano, Vale Bonet, Romina Díaz y Magdalena Maglione.

“Luego de que se realice un estudio antropométrico de la población, la idea es, por un lado, regular la coherencia en los talles: si usás un XL o un S, que siempre sea ese talle en todas las tiendas del territorio uruguayo. Por otro, asegurar la diversidad de talles que se exponen en las tiendas, sabiendo qué porcentaje de personas usa cada talle, hacer una tabla uruguaya en consonancia con eso”, desarrolla Ripa.

Pero eso no es todo, hay otras cuestiones que se esperan poder regular, tanto para hombres como para mujeres y de todas las edades: que el mismo producto tenga el mismo precio sin importar de qué tamaño es, que deje de existir el talle único y que se incluya la ropa interior y el calzado en estas tablas de talles.

Ripa señala que en el Parlamento hay buena receptividad del proyecto y que casi todos los sectores están a favor. Lo que resta es presentar el texto que vaya a evaluación y sanción pero previo a esto, a principios del 2021 sus impulsores participarán de Café Mundial, organizado por Carmen Sanguinetti, para hablar de la temática con las marcas presentes en el mercado local para que el proyecto contemple a todos.

“Este proyecto parte de experiencias personales pero sabiendo que nos sucede a todos; la libertad tiene mucho que ver porque todos deberíamos poder elegir qué nos queremos poner”, sostiene Ripa.

“A veces se banaliza la moda, se la cree superficial, pero es importante poder expresarse a través de las prendas. Cuando uno no encuentra lo que quiere caemos en otras cosas como la represión, el no sentirse parte y todos los problemas que esto puede traer para el autoestima, la salud mental y también la física. Es muy importante sentirnos libres y poder elegir, no solo conformarnos con lo que hay”, sentencia.

Su tema siempre fue de no encontrar talle, pero Ripa sabe que así como le sucede a ella, también le ocurre a personas que usan talles muy chiquitos, tampoco ellas encuentran ropa y las derivan al sector de niños. Los hombres no escapan a estas cuestiones.

“Hace años trabajo en este tema de la diversidad corporal, a partir de lo que he sentido siempre por ser una persona gorda y la discriminación que eso significa. En un momento entendí que la realidad es la diversidad, no son los estereotipos con los que nos bombardean todo el tiempo. No todas las mujeres somos así, no tenemos que serlo. Ver que tantas personas son infelices porque no cumplen con el estereotipo de belleza que reina, me da mucha impotencia y necesito hacer algo por eso”, insiste.

Ripa está convencida de que muchas personas comparten lo que cree pero advierte que también está el chip de la gordofobia. “Muchos se creen jueces que pueden decir si este cuerpo está bien o está mal. Hay un trabajo de reeducación que debemos hacer en muchas cosas. Uno nunca es un talle. Un talle no nos define, solo lo usás. Nuestro valor más allá de eso”, concluye.

Basada en estos valores y con la premisa “Juntas evolucionamos”, junto a Mariana Sanguinetti, Ripa presentó a Rotunda, una colección cápsula con diversidad de talles que van desde el S hasta el 6 XL.

“Arrancamos en el 2019 a ver las prendas y al principio iba a ser solo de talles grandes, pero en el proceso, reflexionando sobre el tema, pudimos convencer a la marca de hacerla en todos los talles. Si bien hay demanda para los talles grandes, entendimos que no queríamos sectorizar así que fue completamente inclusiva”, cuenta.

Jeans, pantalones y camisas de cuerina, blusas con transparencias, camisas, traje de sastrería, mono, vestidos de lino, shorts y cinturones integran esta cápsula.

“Las repercusiones son muy positivas, la colección está siendo aceptada aunque lo más importante son los mensajes de las personas”, confía. “Me gustaría seguir trabajando en la autoestima; hay un mundo que sucede en el plano emocional en el que me gustaría seguir trabajando”, concluye.