El Universal (GDA)
Tras disfrutar de un tiempo en familia en Balmoral, el rey Carlos III regresó a sus compromisos laborales y realizó una visita a Francia fue donde en una elegante cena en la Galería de los Espejos el menú probablemente incluyó algunas peticiones especiales para satisfacerlo ya que su dieta resulta de lo más saludable.
Gracias al testimonio de mayordomos, chefs y distintas personas que en su momento estuvieron trabajando con la realeza, se sabe que el rey Carlos III tiene un gusto peculiar por los alimentos orgánicos, motivo por el que es dueño de una granja en la que se cultivan plantas y semillas.
Los huevos frescos son uno de los elementos principales en cada uno de sus desayunos, por supuesto, en distintas recetas. Debido a que no es fanático de almorzar, las semillas se convierten en su colación favorita.
Vale la pena recordar que Carlos III, de 74 años, al defensor del medio ambiente prohibió que en el Palacio de Buckingham se cocinara foie gras, un alimento que se obtiene a partir del hígado de patos o gansos criados de forma torturosa.
"Durante años no he comido carne o pescado dos días a la semana, tampoco productos lácteos" expresó el monarca británico en una entrevista con la "BBC".
Sin embargo, eso no le impide ser fanático de la comida italiana, así que sus chefs personales tienen que encontrar maneras de solucionar las recetas para que sean ecológicas y sin generar impacto ambiental.
Respecto a las bebidas, el rey se decanta por los té calientes, sus favoritos, el té verde y el té Earl Grey, que es una variante del té negro con origen de la India.
Debido a que no le gusta el chocolate o la azúcar, el esposo de la reina Camila endulza sus bebidas con miel orgánica.