La Nación (GDA)
Desde el fallecimiento de la Reina Isabel II, sus dos perros corgis llamados Muick y Sandy están a cargo de Sarah Ferguson, exesposa del príncipe Andrés. Recientemente internada por detectarle un cáncer de mama, estuvo obligada a estar durante varios días con tratamientos intensivos y mucho reposo para recuperarse.

A raíz de esto, Sarah se encuentra instalada en su hogar. Sin poder moverse, sus perros sufren el hecho de no salir a pasear como lo hacían antes y demostraron su enojo.

Con esta problemática fue la propia Sarah quien, en su podcast llamado “Tea Talks, the Duchess and Sarah”, develó cómo se comportan los animales y qué reacción tienen ante la negativa de poder salir de paseo: “Son corgis, están acostumbrados a que la gente venga y se los lleve de paseo. Así que me miran como diciendo ‘tenes los pies en alto, viendo el torneo de tenis de Wimbledon”, expresó, en tono cómico, la protagonista de esta historia.

Tras la muerte de la Reina en septiembre de 2022, en una noticia que conmovió al mundo entero por la trascendencia de esta personalidad de la Realeza, Sarah tomó el mando de sus dos perros, que se sumaron a otros cinco, de raza terriers, que también compartía con el príncipe Andrés, lo que da un total de siete mascotas.

Además de mencionar la actividad de sus perros en medio de una lenta y difícil recuperación, Sarah Ferguson utilizó su podcast para dejar una enseñanza sobre lo que le tocó vivir y así alertar a las personas a que se realicen controles periódicos para su salud.

“No me importa si nadie quiere saber de mí. Porque te estoy diciendo que estoy haciendo esto. Se lo digo a la gente porque quiero que todas las personas que escuchan este podcast se hagan un chequeo, se hagan un examen y se cuiden”, reveló, según el portal People.

Por otra parte, en el mismo sitio, su representante afirmó que Sarah le agradeció al personal médico que estuvo con ella en cada momento durante la mamografía y alentó a otras personas para que se hagan estudios de rutina: “Está enormemente agradecida con el personal involucrado en la mamografía que identificó su enfermedad, que por lo demás no presentaba síntomas, y cree que su experiencia subraya la importancia de las pruebas de detección periódicas”, cerró.