La Nación (GDA)
La familia real británica no atraviesa su mejor momento en temas de salud. Todo el mundo se mantiene muy atento ante la mejoría de Kate, princesa de Gales, quien el martes de la semana pasada fue sometida a una cirugía abdominal, según lo dio a conocer el Palacio de Kensington.

La princesa se encuentra en recuperación en The London Clinic, y podría permanecer allí entre diez días y don semanas antes de regresar a su casa y continuar con el protocolo de recuperación. Si bien se informó de manera oficial acerca de la cirugía, no se ofrecieron más detalles.

“Según las recomendaciones médicas, es poco probable que regrese a sus funciones públicas hasta después de Semana Santa”, se especifica en el mensaje oficial publicado en redes sociales. “La princesa de Gales aprecia el interés que generará esta declaración. Espera que el público comprenda su deseo de mantener la mayor normalidad posible con sus hijos”, se añade.

De acuerdo con publicaciones de medios británicos, se lo vio al príncipe William, heredero al trono británico, mientras visitaba a su esposa en su habitación privada el jueves pasado, acompañado de guardias de seguridad.

Según trascendió, William habría puesto en pausa su agenda de compromisos oficiales para estar con su esposa y al mismo tiempo cuidar de sus hijos, el príncipe George, de diez años, la princesa Charlotte, de ocho, y el príncipe Louis, de cinco, durante las próximas semanas. También se cree que los padres de Kate, Michael, de 74 años, y Carole Middleton, de 68, se liberaron de obligaciones para apoyar a la pareja.

Los voceros del Palacio de Kensington proporcionarán actualizaciones sobre la evolución de la salud de la princesa. Aunque se dijo que la intervención quirúrgica había sido planeada, no se precisó el motivo, lo que generó una ola de preguntas entre el público general. En otra parte del comunicado, Kate se disculpó por “tener que posponer sus próximos compromisos”. Sin embargo, esperaba poder atenderlos tan pronto como sea posible.