Al tomar antibióticos suceden cosas. El fármaco que ingerimos se distribuye por todo el cuerpo y mata bacterias pero no solo aquellas para lo que fue diseñado e indicado, sino también algunas que viven en nuestro cuerpo de forma simbiótica y forman parte de nuestra flora.
¿Cuáles pueden verse perjudicadas? Las bacterias del intestino y las de nuestra delicada microbiota vaginal.
¿Qué puede suceder? Pueden aparecer cuadros digestivos como diarrea y cuadros en genitales como Candidiasis vulvovaginal.
¿Por qué crece Candida? Ella está viviendo en nuestros genitales pero controlada por los lactobacilos y sus productos. Al morir los lactobacilos (ya que son bacterias) y Candida no (porque es un hongo y no muere con los antibióticos) aprovecha este escenario y prolifera feliz de la vida.
Allí aparece irremediablemente la sintomatología tan molesta caracterizada por prurito (picazón) ardor y flujo blanco como leche cortada.
Para prevenir esto, ¿qué podemos hacer? Cuando nos indican un antibiótico usar, concomitantemente al tratamiento, probióticos para el intestino y la vulvagina.
Pueden ser vía oral y en ese caso los debemos alejar de las tomas de antibióticos u otros se colocan directamente en vagina como geles, cápsulas y óvulos.
Recordá además que si estás tomando píldora anticonceptiva, el antibiótico puede disminuir su efecto y en consecuencia es preciso usar además métodos de barrera. Esto es por lo menos hasta que te venga la “menstruación“ (sangrado de deprivación por anticoncepción).
Mariana Piastri
Médica Ginecotocóloga. Master en Anticoncepción y Salud Sexual y Reproductiva. Fellow internacional en Ginecología Infanto Juvenil. Ex Asistente de clínica Ginecotológica “C”
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