SALUD
Un especialista encontró una dieta ideal que le promete superar el temor a enfermedades. También podría detener el deterioro cognitivo y evitar el alzhéimer.
¿Qué hacer para vivir más tiempo? Aunque abundan consejos, cuidar la salud es una indicación de todos los especialistas . En ese camino por encontrar la longevidad, Valter Longo, doctor en bioquímica y con formación posdoctoral en neurobiología, ha encontrado una dieta ideal que le promete superar el temor a la enfermedad.
Longo es considerado un gurú porque sus estudios le han valido el reconocimiento de colegas y centros de investigación. De ahí que sea también profesor de la Universidad del Sur de California y director del Programa de Longevidad y Cáncer del Instituto IFOM de Oncología Molecular en Milán, Italia.
Dieta TRE y dieta FMD
Con la meta de “optimizar la vida útil y la salud en humanos”, Longo propone una dieta TRE (Time-Restricted Eating -alimentación restringida en el tiempo-). Tener “una ventana de alimentación diaria de ocho a diez horas” que puede durar de cuatro a 12 semanas, según explica en un artículo publicado en la revista científica ‘Cell Reports’.
Es decir: por ejemplo, comer entre las 7 a. m. y las 5 p. m. y evitar la ingesta de alimentos hasta el siguiente día, durante tres meses. A partir de sus indagaciones, esta puede mejorar los marcadores cardiovasculares y mejorar la relación grasa-magra.
Lo necesario es que el consumo de alimentos sea “medio-alto en carbohidratos y bajo, pero suficiente de proteínas”, ya que, como dice el experto, “contribuye a la reducción de los niveles de los pro envejecimiento”.
Otra de las dietas recomendadas es FMD (Fasting Mimicking Diet -dieta intermitente del ayuno-), la cual abarca “composiciones nutricionales de origen vegetal bajas en calorías, bajas en proteínas, bajas en azúcar y altas en grasas”. Se desarrolla durante cinco días, en los que las personas simulan un ayuno al mes.
Longo demostró en ratones con alzhéimer que la dieta FMD reducía los marcadores cerebrales de la enfermedad y la inflamación en el cerebro, al tiempo que mejoraba sus niveles cognitivos.
Aún no se conocen los resultados en humanos, pues el estudio está en una primera fase, pero el investigador aplicó el mismo modelo en 40 pacientes: ayuno de cinco días por una vez al mes. Así que los sujetos reemplazaron su almuerzo o cena por una comida a base de pasta o arroz con conclusiones “prometedoras”.
Recuerde que este tratamiento está en pruebas, por lo que antes de someterse a dichas dietas debe consultar con su médico o especialista. No decida por sí solo.
Para los mayores de 65 años, el asunto cambia un poco. La dieta debe “diseñarse para evitar la desnutrición, prevenir la fragilidad y las enfermedades que pueden resultar de la reducción de la masa ósea o muscular o del recuento bajo de células sanguíneas”.
¿Qué comer y en qué cantidades?
El giro de la alimentación debe ir hacia una tendencia vegana con algunos pescados, de acuerdo con Longo. Por ello, recomienda los que tengan alto contenido en omega-3, omega-6 y vitamina B12, tales como el salmón, las sardinas, la trucha o el bacalao. Se aconseja que solo los consuma dos o tres veces por semana.
La ingesta de proteínas -presente, por ejemplo, garbanzos, legumbres, entre muchos otros- tiene que ser limitada: aquellas personas que tienen un peso de más de 58 kilogramos deben alimentarse con 40 a 47 gramos diarios de proteína. Los que pesan entre 90 y 100 kilogramos deben ingerir entre 60 y 70 gramos de proteína al día, sentencia el experto.
A partir de los 65 años, las proteínas deben aumentarse un poco al igual que “el consumo de pescado, huevos, carnes blancas y productos derivados del ganado caprino y ovino para preservar la masa muscular”.
Longo cree pertinente reducir en su dieta los azúcares y las grasas saturadas que provengan de fuentes animales y vegetales (carne, queso). También debe “maximizar las grasas buenas y los carbohidratos complejos”. Cereales y verduras son ideales.
“Límite todas las comidas a un período de doce horas; por ejemplo, comience después de las 8 a. m. y termine antes de las 8 p. m. No coma nada dentro de las tres o cuatro horas antes de acostarse”, señala. Una vez más: antes de elegir alguna dieta o cambio de alimentación, consulte a su médico, quien le brindará la guía adecuada.