SALUD MENTAL
Preocupación excesiva, irritabilidad, ataques de pánico o dificultad para conciliar el sueño, entre otras, psicóloga indica a qué estar atentos para evitar un problema de salud mental
A lo largo de nuestras vidas todos hemos sentido alguna vez que "algo malo va a pasar”. Algunos lo llaman premonición, otros mala vibra, pero quizá lo que sentís es ansiedad. Además de la concepción popular de que es un trastorno, la psicología también la define como una emoción, una reacción natural ante situaciones estresantes.
La psicóloga Andrea Bonilla, explica a qué señales prestar atención para diferenciar una dosis natural de ansiedad a sensaciones que pueden convertirse en un problema de salud mental.
Preocupación excesiva
La anticipación aprensiva suele relacionarse con sucesos o actividades de la vida cotidiana que, para la persona que sufre de ansiedad, se convierten posibles eventos catastróficos. Si la ansiedad no es tratada adecuadamente, la preocupación vuelve difícil de controlarse e incluso puede impedir que la persona lleve una vida normal.
Sensación de agitación
Cuando se sufre de ansiedad, el cuerpo es el primero que reacciona ante las emociones. Presión en el pecho, nudos en el estómago, tensión muscular, sudoración, entre otras reacciones físicas, suelen ser los síntomas más comunes de ansiedad, explicó Bonilla.
Irritabilidad
La irritabilidad excesiva suele presentarse en las etapas más críticas de la ansiedad; al asociarse con la preocupación y la agitación, la persona puede sentirse frustrada por no poder controlar sus emociones y el entorno que la rodea.
Inquietud
La sensación de intranquilidad y nerviosismo suele responder ante casos de trastornos de ansiedad generalizada, donde la persona experimenta miedo a sentirse atrapada y manifiesta una necesidad incesante de mantenerse en constante movimiento.
Temor por el futuro
Sentir preocupación o miedo porque pueda pasar algo malo en el futuro es uno de los síntomas principales de la ansiedad. “Si viene de un momento en específico, podemos entenderlo como parte de lo que sentimos; pero si se vuelve un pensamiento constante que no te permite desarrollarte en tu vida diaria, que se interpone con tus objetivos, ahí podría estar relacionado con la ansiedad”, afirmó la profesional.
Ataques de pánico
Según la especialista, los ataques de pánico son episodios de alta intensidad y suelen venir acompañados de dolor o presión en el pecho, temblores, latidos acelerados, náuseas, entre otros. Estos síntomas físicos fácilmente podrían confundirse con afecciones o enfermedades; por eso, es importante aprender a identificar cuáles son las señales propias de tu cuerpo.
Fatiga
Suele creerse que la ansiedad sólo se asocia con la hiperactividad; sin embargo, la fatiga también puede ser un síntoma potencial. “Cuando uno tiene ansiedad, también está alerta. Y cuando uno está así, en hipervigilancia, empieza a generar más cansancio”, puntualizó la psicóloga.
Miedo a socializar
A raíz de la pandemia, pasamos mucho tiempo en casa, volver a tener contacto frecuente con los demás y tener que enfrentarnos a situaciones sociales, puede convertirse en un miedo identificado como ansiedad social.
Dificultad para conciliar el sueño
La ansiedad advirtió que la ansiedad lleva a sobrepensar. Y cuando estamos en ese estado, es más difícil conciliar el sueño y que no interrumpir sus fases más profundas. Tratar la ansiedad adecuadamente podría mejorar significativamente la calidad del sueño.
Dificultad para concentrarse
Muchas veces, mantenerse enganchado a pensamientos anticipatorios de que algo malo va a pasar dificulta librarse del bucle de pensamientos que acaparan tu mente. “Todo depende de la intensidad, ya que tener ansiedad no siempre implica que no se puedan hacer cosas. Uno aprende a manejar y regular la intensidad de sus emociones”, concluyó la profesional.