Guardia pediátrica: Lesiones no intencionales, intoxicaciones

Compartir esta noticia
Foto: Archivo El País

Con lo s hijos

Este tipo de lesiones pueden ocurrir por la idiosincrasia propia del niño, su capacidad de explorar, la disminución de la percepción de peligro y el contexto en que viven.

A lo largo de estos meses, hemos venido abordando diferentes lesiones no intencionales, que por la idiosincrasia propia del niño, su capacidad de explorar, la disminución de la percepción de peligro y el contexto en que viven, pueden ocurrir.

En esta, nuestra primera columna del 2021 nos referiremos a las intoxicaciones que son causa de consulta frecuente.

En primer lugar nos referiremos a los medicamentos. Las intoxicaciones en estos casos se dan cuando los niños acceden fácilmente a ellos al estar a su alcance guardados en una mesa de luz o un cajón que pueda ser abierto sin dificultad.

También en el caso en que son suministrados por error de un adulto como cuando se les da un fármaco diferente al que fue prescripto, en una concentración diferente al recomendado (caso de antitérmicos, antialérgicos), en una dosis equivocada al no usarse la medida que viene con el producto o por una falla en la preparación cuando se deben disolver en agua (antibióticos), son algunos de los ejemplos más comunes.

Es importante que padres, abuelos, adultos responsables, tengan en cuenta que son múltiples los productos no alimentarios que los niños pueden ingerir, cualquier sustancia, que por su consistencia, les permita hacerlo.

También pueden llevarse objetos a la boca o introducirlos en orejas y narinas. Cualquier objeto pequeño es susceptible de ser tragado o aspirado. Los productos de limpieza y cosmética también pueden ser causa de este tipo de lesiones. Se dan mayormente en los baños con la ingesta de colonias, geles de baño, quitaesmaltes, y en este contexto de pandemia, con el alcohol en gel a la vista y disponible en la mayoría de los hogares.

Guardar productos tóxicos como la soda cáustica, desengrasantes, tinner, entre otros, en envases no originales o mantenerlos abiertos al alcance de los niños no sólo puede causarles daño en el momento de la ingesta, sino que también pueden dejar secuelas.

Intoxicaciones difíciles de diagnosticar son las ocasionadas por las plantas o sus productos; en general no se asocia los síntomas al contacto con ellas, los niños pueden ocultar el dato por miedo a que se los acuse y muchas veces no han sido bajo la vista de los adultos.

Así es que las plantas ornamentales que comúnmente se encuentran en jardines e interiores de las casas pueden ser potencialmente riesgosas para los niños si las mastican o manipulan. Las más comunes son las hortensias, flores se navidad, filodendro, difenbachia y floripón, que producen, según cuál sea la que intoxique, dolor abdominal, inestabilidad, irritación en la piel, vómitos, diarrea, edemas en boca , lengua, irritación de las mucosas y este último preparado en té, alucinaciones como se ve en adolescentes.

Las infusiones o tizanas de hierbas medicinales no son recomendables en los niños porque pueden provocar convulsiones como es el caso del uso frecuente que se hace del anís estrellado para cólicos o como tranquilizante en lactantes.

En relación a las intoxicaciones por plantas, hay que tener especial mención a los cogollos de marihuana que muchos padres utilizan con fines recreativos y pueden dejar para secar en lugares accesibles a los niños.

No deben utilizarse productos veterinarios en humanos nunca, tampoco para el tratamiento de piojos.

Productos comunes del hogar como las pilas alcalinas, que se usan en controles remotos, libros y tarjetas musicales, en caso de ser ingeridas ameritan consulta inmediata porque pueden causar graves lesiones a nivel digestivo.

Hay que tener especial cuidado con lo que es la intoxicación por monóxido de carbono (CO). Puede ser provocada por estar expuestos a termofones a gas con mal funcionamiento o en un baño con poca ventilación, estufas a gas, a leña, braseros y, claro, en incendios dónde se haya otra mezcla de gases más. En el caso del CO es bueno recordar que es un gas inodoro, incoloro, secundario a una combustión incompleta, por lo que puede darse sin que haya humo. Este tipo de intoxicación puede ser muy grave y causar secuelas neurológicas o incluso la muerte.

¿Cómo podemos prevenir estas intoxicaciones?

La educación a los padres y los niños a medida que van creciendo es fundamental. Se debe hacer en cada oportunidad posible como en las consultas; así como nos referimos a la alimentación e inmunizaciones, también se debe hablar de la prevención de este tipo de lesiones.

Algunas medidas específicas:

* Un almacenamiento seguro de las sustancias potencialmente tóxicas: medicinas, productos de limpieza y de lavado de ropa, pinturas/barnices y los plaguicidas en armarios o cajones cerrados con llave, fuera de la vista y del alcance de los niños.

* Ninguna sustancia potencialmente tóxica debe almacenarse en un envase no original o un recipiente sin identificación y, menos aún, en envases atractivos o que puedan confundirse con alimentos o bebidas.

* Al recibir una receta o la indicación de un medicamento debemos, antes de finalizar la consulta, haber comprendido claramente la dosis y posteriormente, cuando vamos a buscar la medicación, asegurarnos que es el mismo fármaco con igual concentración aunque sea de diferente laboratorio y leer claramente las instrucciones de preparación o administración de acuerdo a lo que nos fue indicado por el pediatra.

* Educar a los padres para que nunca hagan referencia a la medicina como “dulce” u otro nombre atractivo, ni que les den recompensas luego que la toman.

* Dejar en un lugar seguro controles remotos, llaveros, tarjetas de navidad o cumpleaños o libros musicales que contengan pilas alcalinas. No dárselos sin que estén bajo supervisión.

* Aconsejar a los padres realizar una vigilancia especial cuando haya un cambio de rutina, como los días de fiesta, las visitas de los abuelos o la ida a la casa de algún familiar.

* Al momento de adquirir una planta, recordar cuáles son tóxicas y si se elige alguna así, dejarla fuera del alcance de los niños.

* Se recomienda realizar revisiones periódicas de los calefones a gas, cocinas, estufas a supergas o leña e idealmente ponerlas en condiciones durante el verano para poder utilizarlas con tranquilidad en invierno, aunque siempre debe haber una abertura durante su uso de forma que salga el CO que generan.

* No se debe tomar ninguna medida que no sea quitar la ropa en caso de que el niño se haya tirado encima algún líquido. No se debe suministrar leche ni provocar el vómito porque si no está indicado se puede provocar más daño aún.

* Se debe llamar a la emergencia móvil, a la urgencia del prestador de salud o llevarlo a puerta de emergencias. También se debe recordar el teléfono del CIAT – 1722 – en el que médicos toxicológicos atienden los llamados las 24 horas del día.

Finalmente, en las circunstancias en las que nos encontramos, es importante recordar que respetar las medidas para disminuir la circulación del virus de la Covid-19 y su contagio también es prevenir.

conocé a nuestra columnista
alicia fernández, pediatra,
Alicia Fernández

Médica pediátra
Coordinadora Área Programática de la Niñez
Dirección General de Salud

Podés seguir a nuestra pediatra de cabecera en Twitter como @AliFernandezUY

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar