Salud
A una semana del comienzo de las clases, nuestra pediatra de cabecera Alicia Fernández nos aclara algunos puntos sobre los protocolos e importancia de la inmunización,.
A una semana del comienzo de las clases, en esta columna decidimos aclarar algunos puntos que nos parecen importantes a raíz de consultas que nos han llegado.
En primer lugar, creemos es fundamental recordar a los padres y cuidadores la importancia de concurrir a los centros educativos. La presencialidad tiene beneficios claramente demostrados, no sólo en cuanto a la educación, sino a la socialización que tienen los niños, niñas y adolescentes dentro de las comunidades educativas. Sin duda, y considerando la salud en su acepción integral de bienestar físico, mental y social, el riesgo de daño por no acceder a las clases presenciales, es mayor al de un eventual contagio de Covid-19 por concurrir al centro educativo.
Por supuesto que, aunque parezca obvio, no deben concurrir si están cursando un cuadro febril, digestivo, respiratorio o cualquier otro síntoma de enfermedad. Tampoco si estuvieron en contacto directo con una persona con Covid-19 o alguien sospechoso de padecer la enfermedad. En ese caso deben permanecer en domicilio y consultar al pediatra tratante o al prestador de salud correspondiente, quienes los orientarán en las medidas a adoptar en cada caso.
El Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) en su informe del 2 de noviembre de 2020 afirma: “Las escuelas más que contribuir a la transmisión del Covid-19 reflejan la transmisión comunitaria. Los datos recopilados a nivel mundial han demostrado que las escuelas pueden reabrir de manera segura cuando la transmisión comunitaria es baja, y que incluso en lugares con transmisión comunitaria en aumento, los brotes en las escuelas fueron poco frecuentes en especial si se tomaban precauciones para reducir la transmisión. La posible disminución de 1,5 m a 1 m entre los niños en clase es eventualmente factible en la medida que se refuercen las otras medidas de intervención no farmacológicas. El reintegro de la presencialidad plena requiere de la adecuada gestión de riesgo por los actores involucrados y la sociedad toda”. Esas medidas de intervención no farmacológicas a las que refiere el comunicado incluyen la correcta ventilación de los ambientes, la correcta higiene de manos, el uso de las mascarillas (mal llamados tapabocas) y el mantenimiento de las burbujas educativas.
Por otro lado, en el mes de febrero del corriente año, en la página web del Ministerio de Salud Pública, en un comunicado del Área Programática de Salud de la Niñez, está expresada la postura en referencia al uso de las mascarillas en niños: “No colocar ni exigir el uso de las mascarillas en menores de 5 años. Por encima de esa edad y hasta los 8 años se recomienda su uso siempre y cuando los niños la toleren. Si el adulto percibe que el niño no puede mantener su máscara puesta y la toca varias veces, es preferible que no la utilice, dado que dejaría de cumplir el fin para el que se recomienda. A partir de los 8 años sí se exhorta a que la utilicen. El uso de mascarilla está indicado, en todos los casos, en que las otras medidas sanitarias no puedan ser cumplidas (distanciamiento físico con otras personas, ambientes cerrados sin ventilación). Los niños nunca deben utilizar mascarilla mientras realizan ejercicio físico y tampoco debe exigirse el uso de mascarillas a niños que tengan un trastorno de espectro autista u otros trastornos de conducta, independientemente de la edad.”
“Las mascarillas utilizadas deben ser adecuadas al tamaño del niño, entendiendo que esta medida es una más, junto al lavado de manos, el distanciamiento y la ventilación de los ambientes “
Sin embargo, las dudas persisten y las consultas son múltiples en referencia a este tema, no sólo de parte de los centros educativos, sino también desde otros espacios públicos como supermercados, shoppings, camionetas de transporte escolar, entre otros. Por esta razón creemos fundamental la aclaración respecto al uso de mascarillas en niños, esperando que las dudas se disipen en todos los lugares a los que ellos puedan concurrir.
No se debe exigir el uso de la mascarilla a los niños menores de 5 años. Entre los 5 y 8 años la deben usar siempre y cuando el niño la tolere, en estos casos, se recomienda su uso pero no se exige. A partir de los 8 años se debe exhortar a su uso pero no de forma obligatoria, debiéndose reforzar otras medidas como la higiene y desinfección de manos, la ventilación y recambio frecuente del aire en las aulas, establecer pausas durante la jornada escolar de manera de evitar la permanencia en espacios cerrados, fomentar el apego al grupo de pertenencia (“burbuja”) evitando la sociabilización con otros grupos y niños de otras aulas. En el caso de los adolescentes, excepto aquellos que tienen trastornos de conducta, sí se recomienda el uso de mascarillas cubriendo nariz, boca y mentón, al igual que se recomienda en los adultos.
En el caso de que el alcohol en gel produzca irritación o prurito de manos, recordamos que el lavado con agua y jabón es una forma adecuada de mantener la higiene de manos. Para los niños que tengan estos inconvenientes recomendamos que lleven trozos de una pastilla de jabón, que sea utilizados por única vez y puedan ser posteriormente descartados.
El cierre del grifo y secado de manos debe ser con papel y no con toalla de tela. Es importante tener en cuenta que luego de ir al baño o previo a alimentarse, lo correcto es la higiene de manos con agua y jabón, no el uso de alcohol en gel, lo mismo que si las manos están ostensiblemente sucias.
Es importante que docentes y auxiliares comprendan la importancia de la inmunización contra la Covid-19 en este momento en que hay vacunas disponibles para este sector de la población expuesto por la propia tarea que desempeñan.
En relación a las mujeres embarazadas y la vacuna contra la Covid-19, es importante tener en cuenta que ninguno de los tipos de vacunas adquiridas en Uruguay son con virus vivo, por lo que, si se diera que alguna mujer se vacunara estando embarazada pero sin saberlo, no sería razón para preocuparse, pero además si están embarazadas y pertenecen a uno de los grupos de riesgo para quienes se recomienda la vacuna contra la COVID 19 o tienen comorbilidades que las ponen en riesgo de padecer la enfermedad, deberían vacunarse.
En el caso de las mujeres que amamantan no hay contraindicación para que reciban la vacuna al momento que les corresponda según el grupo de riesgo y la franja etaria, lo que será informado por el Ministerio de Salud Pública oportunamente.
Los menores de 18 años no recibirán la vacuna contra la Covid-19, pero sí es importante tener en cuenta que existe, dentro de la edad pediátrica, un grupo de riesgo claramente definido para los que es importante recibir la vacuna antigripal que llegará, como todos los años, previo a que comience a circular el virus de la influenza.
Este grupo está compuesto por los lactantes a partir de los 6 meses y los niños hasta los 5 años, además de cualquier niño por encima de esta edad que tengan comorbilidades como asma, cardiopatías, enfermedades neuromusculares, inmunodepresión, entre otras.
La antigripal es una vacuna gratuita, no obligatoria, pero recomendada para estos grupos además de otras poblaciones como el personal de salud, las personas mayores de 65 años, adultos de cualquier edad con comorbilidades y las embarazadas- , recordando también que deben a partir de las 28 semanas y con cada embarazo, darse la vacuna para la tos convulsa que protegerá al bebé de esta enfermedad, grave y potencialmente mortal, hasta que reciba la tercera dosis de la pentavalente a los 6 meses de vida.
Es esencial que mantengamos nuestro esquema de vacunación vigente y no nos atrasemos en recibir las dosis estipuladas. Como consideración final, y no por ello menos importante, se debe tener en cuenta que, aún habiéndonos inmunizado contra la Covid-19, hay un tiempo para adquirir la inmunidad de rebaño que tanto esperamos como sociedad, por lo que no debemos aflojar en las otras medidas sanitarias recomendadas, sino el virus continuará causando enfermedad y muerte.
Hasta la próxima