Según la Organización Mundial de la Salud,el cáncer de mama es el segundo cáncer más frecuente en todo el mundo y el más común entre las mujeres. Por esta razón, la detección temprana de esta enfermedad es crucial para mejorar las posibilidades de tratamiento y supervivencia.

En este contexto, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha desarrollado una tecnología de inteligencia artificial (IA) que puede detectar la presencia de células cancerosas en los tejidos mamarios antes de que se desarrollen en tumores visibles.

El sistema de IA utiliza un modelo de aprendizaje profundo, entrenado con miles de imágenes mamográficas para identificar patrones tempranos que indican la presencia de células cancerosas. De acuerdo con los investigadores del MIT, el sistema es capaz de detectar el cáncer hasta cuatro o cinco años antes de que se vuelva visible en una mamografía estándar.

La tecnología de detección temprana de cáncer de mama ya existente, como las mamografías y la resonancia magnética, son efectivas, pero a menudo pueden dar falsos positivos o negativos, lo que lleva a pruebas adicionales y aumenta el estrés y la ansiedad de las pacientes.

La nueva tecnología de inteligencia artificial podría ayudar a reducir los falsos positivos y negativos, lo que permitiría una detección más temprana y precisa de este tipo de cáncer.

El estudio del MIT ha sido publicado en la revista científica ‘Radiology’. Los investigadores del MIT utilizaron imágenes mamográficas de más de 60.000 pacientes para entrenar el sistema de IA. El sistema fue entonces evaluado en un grupo separado de pacientes y se encontró que era capaz de detectar el cáncer de mama con una precisión del 94,5 %.

La importancia de la detección temprana del cáncer de mama es evidente. Cuanto antes se detecte la enfermedad, mayores serán las posibilidades de tratamiento y supervivencia. Según los investigadores del MIT, la nueva tecnología de inteligencia artificial y su aplicación en campos como el de la salud podría salvar muchas vidas en todo el mundo.

Es importante tener en cuenta que aún se necesitan más estudios y pruebas clínicas para validar la efectividad de esta tecnología, pero este avance representa una prometedora innovación en la lucha contra el cáncer de mama.

El Tiempo (GDA)