Lactancia materna: un derecho de madres y bebés que tiene beneficios a corto y largo plazo

La lactancia necesita del apoyo no solo del entorno sino también de la sociedad, del empleador y compañeros de trabajo. Todos son fundamentales para que las mamás no se sienten juzgadas por dar el pecho.

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bebé tomando la teta
Mujer amamantando a su bebé
Foto: Inés Recioppe

Hoy en día los médicos recomiendan seis meses de lactancia exclusiva y, partir de allí, mantenerla junto con la alimentación complementaria hasta que el niño y la mamá así lo decidan. “No hay un techo para la lactancia, se recomienda mínimo 24 meses, pero si una mamá y su niño quieren seguir amamantando hasta los dos años y ocho meses o hasta los cuatro años, es decisión del binomio no de los profesionales de la salud”, asegura Natalia Hermida, pediatra, integrante del Comité de Lactancia de la Sociedad Uruguaya de Pediatría e integrante del comité editor del Manual de Lactancia que se presenta este martes en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2023 que se conmemora del 1º al 7 de agosto.

Apoyar e informar a las familias sobre la importancia de amamantar a sus bebés es para esta organización el camino para mejorar los índices de lactancia que si bien aumentaron en el último tiempo necesitan seguir creciendo.

La lactancia no es un tema de mamá sola, se necesita del apoyo no solo de su entorno sino también de la sociedad, del empleador que le va a permitir ordeñarse y de sus compañeros de trabajo. Todos, sin excepción, son fundamentales para que las mamás no se sienten juzgadas por dar el pecho. Ese es un derecho de la mujer pero también del bebé.

Manual

El próximo lunes y martes se realizará la VI edición de las Jornadas Científicas “Integrando la ciencia y la cultura” en la Intendencia de Montevideo donde se presentará el “Manual de Lactancia Materna para Profesionales de la Salud”, obra innovadora por el grado de profundidad con el que aborda el tema.

Es producto del trabajo del Comité de Lactancia de la Sociedad Uruguaya de Pediatría y busca acercar información actualizada a los profesionales de la salud.

El proyecto (que no persigue un fin de lucro) comenzó como una recopilación de los contenidos que se tocaron en jornadas anteriores y en la ambición del proyecto se sumaron profesionales (de Uruguay, Argentina y España), miradas y temas hasta llegar a un manual con más de 50 capítulos y 70 autores (que escribieron sin recibir remuneración alguna).

Aborda todos los aspectos de la lactancia: desde la historia hasta cómo impacta en la economía la lactancia materna, pasando por la anatomía y la fisiología de la mama, el proceso de lactancia, la técnica, cuáles son los problemas más frecuentes, etcétera.

Si bien el libro se pensó para los profesionales de la salud, está escrito de una forma muy gráfica y con cierto nivel de comprensión lectora lo podría llegar a leer y entender un no profesional.

Ganancia

Para la madre que da el pecho los beneficios se pueden dividir en a corto y largo plazo. Entre los primeros están: el efecto inmediato de ayudar en la disminución de los sangrados postparto, en la eliminación de los loquios, el favorecimiento del apego y la baja de la incidencia de depresión postparto.

“De esta depresión no se habla tanto pero es relativamente frecuente y afecta mucho a las mamás. Todo el mundo piensa que la mamá tiene que estar siempre contenta entonces ahí se agrega una carga de estrés. Uno puede estar pasando el mejor momento de su vida y de todas formas no estar del todo contento, que no lo esté no significa que no quiera a ese niño”, explica Hermida.

A largo plazo, la utilidad pasa también por el fuerte impacto en la prevención de enfermedades como el cáncer de útero y de mama, la osteoporosis, etcétera; cuantos más años de lactancia se tenga, más baja el riesgo de padecer estas enfermedades.

En el caso del bebé también se habla de beneficios a corto y largo plazo. Para entenderlo, lo que se pretende desde el punto de vista médico es que el niño amamante en la primera hora de vida (hay corrientes que incluso hablan de la primera media hora postparto) ya que ese calostro es como su primer vacuna, es shock de inmunoglobulina y de células del sistema inmunológico que lo van a proteger contra las infecciones.

Esa primera toma lo ayuda a la adaptación a la vida extrauterina: le facilita la termorregulación, se evita la hipoglicemia, lo apoya al regular su frecuencia cardíaca; un recién nacido tiene todas las hormonas del estrés disparadas y el contacto con su mamá y la lactancia lo ayudan a adaptarse a su nueva vida fuera del útero.

Con el paso del tiempo y la prolongación de la lactancia, se suman beneficios a mediano y largo plazo. Estudios comprueban que la leche materna es el mejor alimento porque está hecho a medida de ese bebé por su mamá, tiene todos los componentes nutricionales que se requieren para su correcto crecimiento (vitaminas, calorías, minerales, el componente graso, las proteínas).

Además tiene un importante impacto la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, entre ellas el sobrepeso y la obesidad en la edad adulta. Por un lado porque se regula de acuerdo al apetito y por otro porque el sabor de la leche materna varía con la alimentación de la madre y eso hace que estos niños cuando introduzcan la alimentación complementaria sean mucho más receptivos a los diferentes sabores y a otros tipos de alimentos.

Cuanto más tiempo de lactancia tenga un bebé, mayor coeficiente intelectual podrá tener, se enfermará menos y, en consecuencia, faltará menos a la escuela, y sus padres al trabajo. El impacto económico para esa familia se verá también en el gasto que no habrá en complemento, memas, esterilizadores y demás.

Desafío

El primer reto para las madres al amamantar es el nivel de exigencia que se maneja con ellas. “Una no se dedica solo a maternar. Si bien cada vez estamos yendo más a la cocrianza y corresponsabilidad de las tareas del hogar, la mayoría de las mamás salen a trabajar y sostener la lactancia cuando una se va ocho horas de su casa es difícil. Implica un compromiso y un esfuerzo extra por parte de esa madre”, añade la profesional.

“No hay que perder de vista el impacto que genera aún en la sociedad que una mamá amamante en cualquier lado. Si es un niño chiquito lo aceptan mejor, pero ya si es un niño grande, que corre y que come, genera como malestar. No hemos logrado que se naturalice, que eso está bien”, reflexiona.

“Hay que apoyar a esas mamás en el proceso porque también se enfrentan con muchos profesionales de la salud que están desactualizados. Uno tiene que entender que hay decisiones que no son del equipo de salud, sino del binomio madre e hijo. Hay que ponerse en el lugar de la otra persona y empatizar con la situación, después muchas veces podemos encontrar soluciones conjuntas, una alternativa. Lo deseable es que la madre siga amamantando hasta los dos años pero que en caso de elegir lo contrario sea una decisión informada”, sentencia.

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