BIENESTAR

lORENA bALERIO

Diciembre, la frutilla del postre al ritmo acelerado de la vida actual. Cierre de año, fin de clases, reuniones, despedidas, compra de regalos y la lista sigue. Las fiestas y todo lo que movilizan, tienen un impacto en los hábitos alimenticios. Por un lado, hay personas que cuando se estresan comienzan a comer en exceso; otros simplemente dejan de alimentarse y aparecen los salteos y desorden en los horarios.

Lo primero: ¿Qué es el estrés?¿Todo es estrés?
A nivel psicológico hablamos de la respuesta que una persona toma frente a una situación que entiende o siente como muy demandante. Es un estado o alerta natural que manda el mensaje a nuestro cuerpo ante una situación de peligro, nueva, diferente. Si bien es como un aviso que ayuda al cuerpo, cuando no se puede controlar, puede convertirse en un problema.

¿Qué le pasa al cuerpo ante el exceso y mal manejo del estrés?
— Defensas bajan: el sistema inmunológico se debilita.
— Nervios aumentan: Mayor ansiedad e insomnio. Por otro lado falta de motivación, memoria y capacidad de tomar decisiones.
— Corazón forzado: aumenta la presión arterial y la frecuencia cardiaca, asi como el manejo de las grasas en sangre se ve alterado (pueden aumentar el colesterol y triglicéridos) y la glucosa en sangre.

¿Y con la alimentación como se relacionan?
Existen algunas señales en el estado nutricional por un lado las alteraciones a nivel del apetito, tanto de exceso o falta de nutrientes. El apetito se regula en parte por hormonas que se nivelan en el momento del descanso, por eso cuando dormimos poco, de manera incorrecta, a lo largo del día el apetito se ve alterado.

En el organismo síntomas gastrointestinales como son diarreas, vómitos, alteraciones en el tránsito intestinal, distensión, flatulencias y el famoso “colon irritable” tan nombrado en el último tiempo.

A nivel metabólico los casos de glicemias elevadas así como casos de colesterol alto e hipertrigliceridemias.

En situaciones de estrés es muy importante la rutina y el hábito (por algo es lo primero que se altera en estas situaciones). Cuando hablamos de hábitos no es solo de la dieta, también horarios para levantarse, ir a trabajar, comer, dormir, ejercitarnos.

La dieta que lleves adelante es una buena estrategia ante periodos de estrés. Algunos consejos son:

— Evitá o reducí al máximo los alimentos ultra procesados y grasas industriales como las grasas trans, aceites hidrogenados y margarinas.

— Cuidado con los estimulantes del sistema nervioso central como son el mate, té, café, si bien nos mantienen alertas, en exceso, pueden afectar el descanso y la frecuencia cardiaca. En especial, atención a los refrescos cola ricos en cafeína, pueden ser estimulantes y desvelantes, tanto como un mate en la noche.

— Controlá la sal: tanto el agregado de la sal al plato y los embutidos, también existen platos precocinados, sobre todo congelados (y muchas veces prefritos) que ante el poco tiempo solemos elegirlos porque nos sacan del paso ante la falta de tiempo para la cocina, siendo rápidos pero cero saludables. Lo mismo sucede con salsas, aderezos para ensaladas, cereales de desayuno y galletas para la vianda de los más chicos (existen galletas en góndolas que creemos dulces y presentan el octógono de exceso de sodio en su etiqueta).La sal colabora con el aumento de la presión arterial, que es un efecto secundario del estrés y que puede empeorar la situación al generar más ansiedad en la persona.

— Elegí grasas saludables, los ácidos grasos Omega 3, mejoran las alteraciones nerviosas, así como cardiacas que generan el estrés. Aceite de oliva, frutos secos, semillas palta y pescados como atún o salmón son lugares donde encontrarlos.

— Alimentos ricos en antioxidantes y ahí caigo siempre en frutas y verduras por su alto poder en nutrientes que son las que hacen que la maquina este bien aceitada.

Se cree que ciertos alimentos tienen poder de mejorar la ansiedad y el estrés, mirá esta lista:

— Frutos secos Almendras, nueces, castañas, equilibran el sistema nervioso, reducen el estrés, mejoran la memoria y manejo de grasas en el torrente sanguíneo.

— Cúrcuma: Tal vez has leído que se lo nombra como un superalimento, es un colorante. Se ha demostrado demostrado la capacidad de la cúrcuma para reducir el estrés, irritabilidad y ansiedad, y modular la depresión.

— Té verde: Se habla que sus compuestos mitigan los efectos negativos producidos por el estrés e inhiben los efectos negativos de la cafeína sobre el sistema nervioso.

Como les digo siempre, no hay verdades absolutas ni alimentos milagros en la nutrición, convengamos que una taza de té verde o un puñado de frutos secos en una dieta plagada de ultraprocesados, comidas salteadas y cero  descanso no hará milagros, pero sí podes trabajar en incluirlos en tu dieta mientras mejoras la planificación y horarios de tus comidas.

Cuando no manejamos el estrés este contribuye, entre otras cosas, a malas elecciones nutricionales. Te invito a que te saques el modo avión, pares un poco y analices ¿notás cambios en tu rutina alimenticia en épocas de más estrés?

CONOCÉ A NUESTRA COLUMNISTA

Lorena Balerio

Licenciada en Nutrición.Dicta charlas y talleres y promueve la alimentación real y saludable. Consultas personalizadas a domicilio y online.

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