DÍA MUNDIAL DE LA OBESIDAD
La ingesta de frutos secos, como almendras, está asociada a una pérdida de peso a largo plazo y un menor riesgo de obesidad en adultos.
Dos estudios recientes, uno de la Universidad de Harvard (EE.UU.) y otro de la Universidad de Leeds (Inglaterra), sustentan científicamente una creciente tendencia en el consumo de almendras para favorecer el control de peso y luchar contra la obesidad.
La obesidad es reconocida como un factor de riesgo de múltiples enfermedades, desde diabetes hasta cáncer. A medida que las tasas de sobrepeso y obesidad incrementan en el mundo, expertos en nutrición continúan investigando cómo una buena opción alimentaria puede ayudar a las personas a controlar su peso.
Elegir alimentos que promueven la saciedad (los que nos hacen sentir llenos), puede ayudarnos a controlar el peso. Un reciente de la Universidad de Leeds, en Inglaterra, identificó a las almendras como uno de los alimentos que más generan sensación de saciedad.
“Evaluation of the influence of raw almonds on appetite control”, así se bautizó la investigación, arrojó como resultado que las personas que comían almendras como snack a media mañana (en comparación con galletas con energía equivalente), reportaron tener menos hambre en el almuerzo.
Comer almendras como snack también mostró favorecer un menor deseo inconsciente, o implícito, de consumir otros alimentos altos en grasa, lo cual podría ser de utilidad en la estrategia de control de peso.
El estudio particularmente encontró una reducción en las calorías consumidas durante el almuerzo en las personas que habían consumido almendras dos horas antes.
El investigador Graham Finlayson, presidente de Psicobiología de la Universidad Leeds, explicó: “Los hallazgos muestran que las almendras suprimieron el hambre entre comidas, pero también redujeron el valor de recompensa de otros alimentos altos en energía. Los consumidores asocian las almendras con control de peso exitoso, lo que podría ayudarles a mantenerse por el buen camino para llevar una dieta saludable”.
Desde Harvard
“Changes in nut consumption influence long-term weight change in US men and Women”, otra investigación reciente de la Universidad de Harvard, demostró que comer frutos secos, como almendras, está asociado a una pérdida de peso a largo plazo y un menor riesgo de obesidad en adultos.
Remplazar la mitad de una porción (14g) de alimentos menos saludables por frutos secos se asoció con menor aumento de peso en un intervalo de 4 años y menos aumento de peso a largo plazo en general, así como un menor riesgo de padecer obesidad.
Los investigadores sugieren que los mecanismos para las asociaciones observadas que relacionan el consumo de almendras con un menor riesgo de aumento de peso son multifactoriales, pero se pueden atribuir al mayor contenido de fibra en los frutos secos. Esto puede retrasar el vaciado gástrico, incrementar la saciedad, suprimir el hambre y el deseo de comer, y promover la sensación de estar lleno.