Por La Nación (GDA)
Una investigación encontró que quienes dormían cinco horas o menos a los 50 años tenían un 25% más de riesgo de mortalidad o de padecer enfermedades crónicas.
Severine Sabia, investigadora del Instituto de Epidemiología y Salud de la UCL y autora principal del estudio, advierte de que “la multimorbilidad va en aumento en los países de renta alta y más de la mitad de los adultos mayores padecen al menos dos enfermedades crónicas, lo que está suponiendo un gran reto para la salud pública, ya que la multimorbilidad se asocia a un elevado uso de los servicios sanitarios, hospitalizaciones y discapacidad”.
“A medida que las personas envejecen, sus hábitos de sueño y su estructura cambian, pero es importante dormir entre 7 y 8 horas por noche”, advierte.
Para garantizar un mejor sueño nocturno, el estudio aconseja promover una buena higiene del sueño, como asegurarse de que el dormitorio esté tranquilo, oscuro y con una temperatura agradable antes de dormir.
También aconsejan evitar los dispositivos electrónicos y las comidas abundantes antes de acostarse. En paralelo, la actividad física y la exposición a la luz durante el día también podrían favorecer un buen sueño.
Como parte del estudio, los investigadores también evaluaron si dormir nueve horas o más afectaba a la salud, pero no hallaron asociaciones claras.
Sin embargo, si a un participante ya se le había diagnosticado una enfermedad crónica, la larga duración del sueño se asociaba con un riesgo aproximadamente un 35% mayor de desarrollar otra enfermedad. Los investigadores creen que esto podría deberse a las condiciones de salud subyacentes que afectan al sueño.
“Dormir lo suficiente permite al cuerpo descansar. Hay muchas otras formas en las que un sueño deficiente puede aumentar el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular, como el aumento de la inflamación y de la presión arterial”, explica Jo Whitmor, enfermera especializada en cardiología de la Fundación Británica del Corazón.
“Esta investigación se suma a un conjunto cada vez mayor de estudios que ponen de relieve la importancia de dormir bien”, concluye.