Ansiedad, náuseas, boca seca, mareo y un sentimiento de culpa que martilla al ritmo de un dolor de cabeza que se extiende a todo el cuerpo, son síntomas que, al día siguiente de haber consumido alcohol en exceso, consolidan un diagnóstico claro: resaca. Y tras una noche de demasiadas copas, las molestias no tardan en decir presente.
A estos síntomas pueden sumarse un mal genio que crece y ya no habrá duda de que la víctima de la resaca implorará por un remedio que la saque de su agonía.
Este malestar se conoce entre médicos como veisalgia (de ‘kveis’, intranquilidad, y ‘algia’, dolor). Aunque hay pocos estudios al respecto, se sabe que la resaca es la manifestación de modificaciones metabólicas y endocrinas (hormonales) que motivan reacciones en el sistema de defensa del cuerpo.
Aunque esto no dice nada, podría interpretarse como una agresión al organismo, que se ve obligado a responder de varias maneras. La cantidad de sustancias que se producen cuando uno se embriaga (como metanol, histamina, aldehídos y polifenoles) desencadena procesos de inflamación, por lo que el cuerpo trata de defenderse.
La "sopa" de sustancias produce efectos que, a la larga, son los que dan lugar a los molestos síntomas de la resaca. Por ejemplo, al apretar los vasos sanguíneos periféricos, se eleva la tensión arterial, que se suma a la dilatación que el alcohol produce en dichos vasos del cerebro y ambas consecuencias se confabulan para producir un dolor de cabeza terrible. Además al estimular terminales nerviosas, se ocasiona dolor en todo el cuerpo; al cambiar la concentración del agua y de la sal, hay sed y náuseas; al ralentizar la transmisión nerviosa aparecen el estado de embriaguez y el aturdimiento; al disminuir el oxígeno se aumenta el ritmo del corazón y se les abre paso a la ansiedad, la irritabilidad y el mal sueño. Como es natural, los síntomas varían de una persona a otra y dependen de la cantidad y la calidad de lo consumido.
Se ha demostrado que los licores destilados (como vodka y whisky) producen resacas más llevaderas porque liberan menos sustancias nocivas que los fermentados (vino, cerveza).
Tips para sobrellevar mejor la resaca
Aunque no existe una cura absoluta ni inmediata, los siguientes productos y recomendaciones hacen más llevaderos sus síntomas.
Jugos de fruta: contienen fructosa, un azúcar que ayuda al cuerpo a eliminar el alcohol con rapidez. Prefiera la naranja, la mandarina o el tomate.
Miel: fuente de fructosa. Una cucharadita cada 4 horas cae bien.
Caldos sin grasa: los cubos de concentrado son buenos, o una sopa con sal. Reponen el sodio y el potasio que se pierden.
Hidratarse: el alcohol deshidrata, entre otras cosas porque inhibe la hormona antidiurética, lo que produce más orina. La solución es reponer el agua perdida.
Complejo B: El alcohol lo elimina del cuerpo. Su déficit es responsable de la sensación de tensión y cansancio durante la resaca. Hay alimentos que ayudan a reponerlo, como el caldo de carne o de pescado, el huevo, el pan, las frutas y los cereales.
Café: el alcohol dilata los vasos sanguíneos cerebrales y, como se dijo antes, es una de las causas del dolor de cabeza. El café es vasoconstrictor; es decir, los cierra y ayuda a que el cerebro se sienta mejor. Una taza es suficiente.
Analgésicos: un analgésico, si no sufre de gastritis, es suficiente.
Dormir: se ha demostrado que el sueño es un buen aliado de los procesos de eliminación del alcohol y de mejoría de los síntomas.
Mitos a desterrar
Cómo en esta época aumenta la ingesta de alcohol, es bueno aclarar algunas creencias sobre la ingesta de alcohol que muchas veces no solo no son ciertas, sino que empeoran y aceleran el proceso de embriaguez.
Si uno come antes, no se emborracha. La comida, antes o después de beber, no previene la borrachera. Solo retarda la llegada del alcohol a la sangre.
Los antiácidos curan. Tomarlos antes o después de beber ayudan a mejorar los síntomas gástricos, pero las otras molestias causadas por el exceso de alcohol seguirán ahí.
El agua y la leche alivian. Es importante tomar líquido para contrarrestar la deshidratación, pero los demás síntomas no se modifican por tomar agua o leche.
Otro trago mejora. No. Ingerir más alcohol empeora el proceso y prolonga la resaca.
Mezclar bebidas es peor. Son los productos que libera cada licor y la forma en que se metabolizan los que detonan el estado de embriaguez. Mezclas de tragos que liberen pocas sustancias o menos lesivas producirán resacas más llevaderas y viceversa.
Hay resaca sin alcohol. No sobra decir que para que todo esto aparezca es imprescindible el alcohol. La resaca solo aparece tras tomar alcohol.
Fuentes: Gustavo Castro, neurólogo, Asociación Colombiana de Neurología; William Otero, jefe de gastroenterología de la Universidad Nacional y Santiago Campillo, de hipertextual.com.