SALUD
En su columna, la cirujana plástica Lucía Torroba Werner reflexiona sobre la atención sanitaria en el medio de la invasión rusa en Ucrania
Durante una guerra, el sistema de atención sanitaria también es una víctima. Se interrumpe la cadena de suministros, se destruyen instalaciones y gran parte del personal de los hospitales (como cualquier ciudadano) se verá obligado a irse del país y huir para salvarse. Los médicos que queden y sus equipos, tendrán que lograr brindar ayuda. Porque sí, durante una guerra, también escasea la ayuda.
Las convenciones de Ginebra protegen su accionar y, aunque no parezca que las haya, definen las reglas para todas las partes y garantizan el derecho de las víctimas a seguir siendo tratados, nada más y nada menos, que como seres humanos.
Los médicos trabajarán con el cuerpo al límite. Viendo heridas muy diferentes, decidiendo prioridades nuevas.
Con la mente tan cansada que cuesta mantener el juicio. Sin recursos. Bajo muchísima presión. Sin mirar si disparó el arma o recibió el disparo. Qué importa. Recibiendo refugiados. Corriendo mucho peligro. Viendo todo, todo. Todo.
Me parece increíble que la historia se repita... increíble. Con el corazón apretado, pienso en el personal de salud y los voluntarios que están en Ucrania y me emociona demasiado entender que, una vez más, elevan el espíritu de nuestra profesión, sacando la mejor cara de este desastre: La ayuda, la compasión, la empatía, el amor por el otro por encima de todo este circo tan difícil de entender.
Son personas como vos o como yo, que capaz una mañana se levantaron para ir a su trabajo y terminaron dando una mano en medio del caos. O que movilizados por las noticias y alguna inquietud personal decidieron viajar, alistarse en una ONG, y dar un vuelco humanitario a su carrera. O tal vez ya están entrenados, especializados en medicina militar, y hace tiempo trabajan en esto.
Sea como sea, me encantaría que sepan que son una inspiración, que acá alguien los admira y confía en ustedes. Que gracias a sus acciones le dan sentido a este sinsentido. Que nos muestran que prestar asistencia de salud en momentos así, será siempre un enorme acto de compasión. Quiero que sepan, que están salvando a más personas de lo que creen.
Especialista en Cirugía Pla?stica, Reparadora y Estética
Magíster en dirección de empresas de Salud
Migrante y mamá
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