1980
La recuperación de la democracia comienza con el plebiscito de 1980, sigue con las internas del 82, las negociaciones del Parque Hotel de 1983 que llevaron al acto del Obelisco, el pacto del Club Naval del 84, la Amnistía del 85, la ley de Caducidad del 86 y el referéndum sobre esa ley en 1989.
El retorno a la democracia en Uruguay es un proceso que abarca una década, casi lo mismo que la dictadura que se había instalado en 1973: del plebiscito de 1980 a las elecciones de 1989 en las que es electo el segundo presidente democrático del período.
El domingo 30 de noviembre de 1980 tiene lugar el plebiscito. “Hoy la ciudadanía decide su destino”, decía el titular principal de El País, acompañado por las imágenes de Manuel Oribe, Aparicio Saravia y Luis Alberto de Herrera.
El proyecto de reforma constitucional había sido elaborado por el régimen buscando legitimarse. Si la nueva Constitución se aprobaba se llamaría a elecciones con un solo candidato avalado por los militares. Pero el plan no funcionó: el NO ganó con 885.825 votos (58%); el SI obtuvo 643.858 (43%).
Los partidarios del NO debieron ingeniarse para llevar su mensaje con sus principales líderes proscritos. Uno de los momentos más recordados de esa campaña fue el debate en televisión que enfrentó al nacionalista Eduardo Pons Etcheverry y al colorado Enrique Tarigo, partidarios del NO, con el general Néstor Bolentini y el consejero de Estado Enrique Viana Reyes, defensores del SI. Pons Etcheverry y Tarigo demolieron los argumentos del régimen.
Derrotados en las urnas, los militares no tuvieron más remedio que negociar. Así se llega a las elecciones internas del 28 de noviembre de 1982 en las que participan el Partido Nacional, el Partido Colorado y la Unión Cívica.
Tres días antes la economía uruguaya sufre un cimbronazo. El sistema de la “tablita”, por el cual desde 1978 permitía conocer la cotización del dólar con una antelación de tres meses, se rompe. El dólar triplicó su valor para desesperación de los uruguayos endeudados en esa divisa.
Las internas fueron una prolongación del plebiscito. En los partidos Nacional y Colorado ganaron ampliamente los sectores que habían apoyado el NO. En lugar de números, como se identificaron históricamente las listas partidarias, el régimen había dispuesto el uso de letras. Entre los blancos ganó ACF, del Movimiento Por la Patria de Wilson Ferreira Aldunate y el Movimiento Nacional de Rocha de Carlos Julio Pereyra, ambos proscritos. El primer candidato de ACF fue Juan Pivel Devoto. Entre los colorados ganó ABX, encabezada por Julio María Sanguinetti y que reunía a dirigentes de la histórica lista 15 de Jorge Batlle, también proscripto. “Elecciones: Ganaron Sanguinetti y Pivel”, tituló El País el lunes 29.
El año 1983 fue de gran tensión. En mayo llegan a Uruguay los reyes de España Juan Carlos y Sofía en visita oficial. Para enojo del régimen, Juan Carlos recibió a los referentes de la oposición en señal de claro respaldo.
Se abren las negociaciones del Parque Hotel, que fracasan poco después ante la exigencia de los partidos de elecciones libres. Hacía falta una demostración popular. Jorge Batlle lanza la idea y surge el acto del Obelisco del domingo 27 de noviembre bajo el lema “Por un Uruguay democrático sin exclusiones”, con un único orador, el actor Alberto Candeau. “Gigantesca concentración cívica por la democracia”, tituló El País el lunes 28, junto a dos grandes fotografías que mostraban la multitud en torno al Obelisco, más de “400.000 personas según los cálculos de los organizadores y de varias agencias noticiosas internacionales”.
Así se llega a 1984. El año político comienza con la liberación, el 19 de marzo, de Líber Seregni, el líder del Frente Amplio que de todos modos sigue proscripto. El 16 de junio regresa del exilio Wilson y es detenido por los militares. La liberación de Seregni le dio pie al FA a participar del Pacto del Club Naval -aceptó ir a elecciones con su líder proscripto-; en cambio el Partido Nacional se retiró de las negociaciones y fue obligado a presentarse con la fórmula alternativa Alberto Zumarán-Gonzalo Aguirre. El pacto con los militares lo firman en agosto el Partido Colorado, el FA y la Unión Cívica.
Las elecciones se realizan el 25 de noviembre. “Triunfo colorado: será presidente Sanguinetti”, fue el título de El País. Destacaba además el “gesto histórico” de Zumarán de ir a saludar a los ganadores a la Casa del Partido Colorado a las 3:45 de la madrugada. “Se vivió así, probablemente, el momento más emotivo de la jornada. Zumarán se confundió en un abrazo con Sanguinetti y Tarigo, mientras el público vitoreaba su nombre y luego todos se unían en un solo grito: ¡Uruguay! Y fue cantado, con inmensa emoción, el Himno Nacional”, decía El País en la tapa.
La transición al 1° de marzo de 1985 fue tranquila. En febrero asumieron los senadores y diputados electos. A pedido expreso de Sanguinetti, el general Álvarez renunció y asumió transitoriamente Rafael Addiego, presidente de la Suprema Corte. El restablecimiento de las relaciones con Venezuela -rotas por el secuestro de Elena Quinteros desde la embajada en Montevideo- y las habilitaciones del Partido Comunista, la CNT y el grupo teatral El Galpón fueron algunas de las primeras medidas de Sanguinetti. “Somos uruguayos porque creemos en la democracia”, fue el título de El País recogiendo una frase de su discurso.
El 9 de marzo Sanguinetti promulga la ley de Pacificación Nacional que liberó a los presos políticos, entre ellos la cúpula del MLN-Tupamaros. Esta norma se complementó un año después con la ley de Caducidad, que amparó a los militares que cometieron delitos. La ley fue ratificada en las urnas el 16 de abril de 1989 en el referéndum del voto verde (por la revocación, 43%) y amarillo (por la confirmación, 57%).
Siete meses después, en noviembre de 1989, los uruguayos volvían a las urnas, esta vez para darle el gobierno a la fórmula del Partido Nacional Luis Alberto Lacalle-Gonzalo Aguirre, y por primera vez la Intendencia de Montevideo al FA, con Tabaré Vázquez.
Wilson, el regreso y el peso de la caducidad
El 16 de junio de 1984 Wilson Ferreira Aldunate regresa tras un exilio de 11 años iniciado por el golpe de Estado del 27 de junio de 1973. El régimen copó el puerto de Montevideo como si Uruguay estuviera a punto de ser invadido por una poderosa armada extranjera. Pero solo venía un barco, con Wilson acompañado por simpatizantes y periodistas; todos civiles. Wilson estaba requerido por la Justicia militar. Fue mantenido preso en el cuartel de Trinidad hasta después de las elecciones de noviembre de ese año. Cuando salió de la cárcel, en un histórico acto en la explanada de la Intendencia de Montevideo, ofreció gobernabilidad al presidente electo Julio María Sanguinetti. Mantuvo su palabra hasta el final, aunque eso le implicara cargar con el costo político de haber apoyado la ley de Caducidad que benefició a los que lo habían perseguido. Murió el 15 de marzo de 1988.