Ayer se cumplieron 40 años de la peor tragedia aérea de Montevideo, en Kibón, cuando en una exhibición de la Armada un helicóptero colapsó y causó la muerte de ocho personas e hirió a otras 40. Familiares todavía reclaman respuesta al Estado.
El 14 de noviembre de 1971, como parte del 154 aniversario de la Armada Nacional, se programó una prueba sobre las posibilidades de los helicópteros en tareas de salvamento. El evento generó gran expectativa y concurrieron cerca de 20.000 personas al parque Kibón.
El resultado fue que los dos helicópteros que participaron de la operación chocaron entre sí y en la caída provocaron la muerte de ocho personas (uno de ellos decapitado por un aspa) y otros 40 heridos, muchos de gravedad.
Ayer, a 40 años de la tragedia, en el mismo lugar donde ocurrió, unas 15 personas, entre familiares y víctimas, se acercaron al parque de Kibón con pancartas y una ofrenda floral en "memoria de las víctimas de la masacre de Kibón", además de ocho ataúdes simbólicos, muletas y una pierna ortopédica. Exigieron respuestas al Estado.
"Yo traje hoy lo que el Estado nos dejó a la familia", dijo a El País con una pierna ortopédica en sus manos Elizabeth Iturrioz (52), hija de un policía que trabajaba en la seguridad del evento aquel día, y terminó con una de sus piernas mutiladas.
"Hoy mi padre ya no está, y lo único que el Estado nos dejó de él es un pedazo de pierna. Es triste pero es así. No hubo respuestas, no hubo ayuda. La culpa la tiene el Estado. El de ayer y el de hoy. Mirá que se han golpeado puertas, de todas las banderas; blancas, coloradas y del Frente", dijo la familiar, que a cuarenta años de lo sucedido sigue esperando respuestas, como el resto de las víctimas.
Una de las aspas que se desprendió del helicóptero pegó en la pierna del entonces policía y se la cortó. "La pierna le quedó apenas agarrada de un tendón. Lo llevaron al hospital y a los cinco días se la amputaron", cuenta su hija, que en aquel momento tenía 13 años y no fue a la celebración en Kibón.
"Mi familia lo vivió todo y hay un antes y un después del drama. Porque uno tiene una vida normal y de un segundo a otro cambia todo. Mi padre nunca lo pudo sobrellevar. Nos afectó a todos. Y lo peor es que ni los heridos ni familiares tuvieron ayuda psicológica, nadie respondió hasta la fecha. Son 40 años sin ayuda de nada", expresó indignada Iturrioz, en nombre de las víctimas.
Explicó que año a año son menos las personas que pueden asistir al lugar para recordar el hecho y pedir justicia. "Muchas personas ya no pueden venir, están muy venidos abajo. Entre el paso de los años, el trauma que les causó la tragedia, la falta de atención profesional y de respuestas, además de sus lesiones, como amputaciones o dificultades físicas, los tiene muy mal", comentó la hija del hombre afectado.
"Hemos reclamado al Ministerio de Defensa en todos los aspectos, desde exigir la documentación del estado de las naves, hasta cómo estaban los pilotos y de qué manera se manejó el evento. Sabemos que las medidas de seguridad fueron mínimas", dijo Iturrioz.
Para la hija del policía afectado hace 40 años hoy se cumple "mucho más" que otro año de aquel fatídico accidente.
"Son cuarenta años de lucha, de calvario y sufrimiento. Ese es el lema que hoy tenemos los familiares y víctimas de aquel hecho. Es lamentable y triste para las víctimas que a 40 años no hayamos tenido respuesta ni apoyo de nadie", concluyó Iturrioz.
AVANZA DENUNCIA EN OEA
Tras el retorno de la democracia en 1985 los familiares pidieron respuestas a los gobiernos de Julio María Sanguinetti y de Luis Alberto Lacalle. Al no obtenerlas decidieron hacer una denuncia judicial. Fue archivada en 2004 por el magistrado Juan Carlos Fernández Lecchini por considerar que había prescripto.
Es por eso que los familiares -nucleados en una asociación- decidieron presentar el caso fuera de fronteras y para eso acudieron a la Comisión de Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Si bien el escrito fue presentado por 16 familiares, lo hicieron en representación de todos los fallecidos y heridos.
"El proceso sigue en curso. Estamos esperando respuesta. Esto lleva su tiempo. Se está investigando. Desde la OEA piden documentación, se provee de documentación que se puede. Estamos en eso. En la lucha", dijo Elizabeth Iturrioz, la hija de un policía accidentado hace 40 años.
"No puede haber muertos de segunda y de primera. Estamos esperando que algún día la justicia ayude y el Estado no haga diferencias con los ciudadanos uruguayos", dijo.