CATERINA NOTARGIOVANNI
¡Matála! Así responde el uruguayo medio ante una araña. Sin embargo en Uruguay hay sólo cuatro especies peligrosas, aunque ninguna de ellas puede matar en el acto, como se cree. Con las arañas, las apariencias sí que engañan.
La reacción humana de apresurarse a matar una araña parece desmedida. Sobre todo si se tiene en cuenta que de las 40.000 especies de arañas que habitan en el planeta, sólo 30 tienen en su ponzoña elementos tóxicos peligrosos para los seres humanos. En Uruguay hay cuatro especies consideradas peligrosas.
Según el Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico (CIAT), el 4% de las consultas por posibles intoxicaciones realizadas en 2005 proceden de un tipo de tóxico de origen animal (449 casos). Y de ellas, el 33% (147 consultas) corresponden a arañas.
Saber cuáles son, dónde viven y cómo lucen estas cuatro especies peligrosas es útil para prevenir accidentes.
Araña de los cuadros. O mejor dicho Loxosceles laeta. Es la más peligrosa de las que viven en Uruguay aunque no es agresiva.
Tiene una longitud corporal de 7 a 15 mm y es de hábitos domiciliarios, por lo que generalmente se las encuentra viviendo detrás de los muebles, cuadros, dentro de los roperos, en grietas de las paredes o en cualquier otro objeto que se moviliza ocasionalmente.
Es una araña que busca lugares oscuros, tranquilos y donde haya insectos para alimentarse. Un lugar donde se las encuentra con frecuencia es debajo de las piletas de la cocina.
En el 90% de los casos de mordeduras aparece una reacción cutánea caracterizada por dolor, edema (hinchazón blanda de una parte del cuerpo que cede a la presión) y eritema (inflamación superficial de la piel, caracterizada por manchas rojas) en la zona lastimada.
Pasadas las 12 horas aparecen zonas hemorrágicas que dejan la lesión con un color rojo negruzco. También puede presentarse un cuadro cutáneo-visceral que sin la debida atención puede evolucionar en una insuficiencia renal aguda que puede ser mortal.
"La ponzoña tiene un período de 12 horas donde se empiezan a ver los primeros síntomas. En el lugar de la mordedura aparece una herida, pero al pasar las semanas se produce una necrosis importante en el lugar donde mordió, que eventualmente puede llegar a la amputación de un miembro", explicó el entomólogo Miguel Simó, investigador de la Facultad de Ciencias.
El toxicólogo del CIAT, Luis Heuhs, dijo que aunque en un porcentaje alto no se llega a identificar la especie de araña que ocasionó la herida, "la mayoría de las consultas son sobre las arañas de atrás de los cuadros". "Esa es la que más nos preocupa porque es una araña que además de provocar lesiones locales puede eventualmente provocar lesiones sistémicas", agregó.
Las mujeres amas de casas son las principales víctimas de este ejemplar, justamente porque son ellas las que generalmente se encargan del aseo de una casa.
En los casos graves y en última instancia, al paciente se lo trata con suero antiarácnido. Según Heuhs, se indica un promedio de un suero al año, lo que deja en evidencia la escasa frecuencia de estos casos.
Viuda negra. También conocida como "araña del lino" y oficialmente llamada Lactrodectus gr.mactans. Son de color negro, aunque los machos suelen ser un poco más claros que las hembras, y se las identifica por presentar al dorso una o más manchas rojas.
Los tamaños varían considerablemente según el género: las hembras miden entre 10 y 13 milímetros de longitud, y los machos 3 mm.
Estas arañas viven al aire libre, al nivel del suelo, en zonas húmedas y oscuras. También se las puede encontrar viviendo en el pasto y en algunos cultivos, como lino y trigo.
Como hogar utilizan cuevas abandonadas por pequeños mamíferos o en las huellas que deja el ganado. En áreas pedregosas se ubican debajo de piedras y también es posible encontrar alguna en las cercanías de las casas, en los bordes de ventanas y escombros. No son agresivas.
Los síntomas, en caso de mordedura, se caracterizan por dolor local, contracturas musculares, temblores, cólicos, taquicardia, arritmia y el conocido "vientre de tabla".
Tarántula. Lycosa spp es el nombre científico, pero también se la conoce como "araña de jardín". Es la de acción más leve para el ser humano de las que habitan en Uruguay.
Estos ejemplares, de actividad nocturna, son de color castaño oscuro. A modo de "marca registrada", generalmente presentan una barra oscura longitudinal parecida a una punta de flecha. Las distintas subespecies de Lycosas viven en las ciudades, asociadas a la vivienda humana, especialmente en los jardines de las casas. Los síntomas de una mordedura son dolor local, edema y posibilidad de necrosis. Se tratan con analgésicos locales.
Las mordeduras más comunes suceden cuando se procede a cortar el pasto en las casas.
Araña del Banano. Este ejemplar (Phoneutria nigriventer) supo ser el terror de los verduleros entre los años 1930 y 1990 -sobre todo de aquellos que realizan tareas en el Mercado Modelo o Mercado Agrícola- debido a que venían en los cargamentos de banana procedentes de Brasil. "Las arañas venían a Uruguay porque antes se cortaba la espiga de la banana y directamente se las ponían arriba del camión", contó Simó.
El experto realizó una investigación sobre el tema en la que concluyeron que un cambio en el proceso de industrialización -las bananas son lavadas en piletas antes de meterlas en los cajones- disminuyó considerablemente las mordeduras.
"En Brasil se presentan 1.000 casos al año, pero no se suelen registrar muertes", agregó Simó.
La araña del banano es agresiva. "Tiene un comportamiento distinto. Si yo le acerco una mano, la araña enseguida se va a poner en una actitud defensiva, de ostentación, que yo siempre describo como la actitud de un golero atajando un penal, balanceándose de izquierda a derecha", explicó Simó.
Las mordidas de esta araña presentan tres tipos de cuadros. Los leves: dolor local muy fuerte, edema, eritema y sudoración. Los moderados: taquicardia, hipertensión arterial, sudoración, agitación, vómitos. Y los graves (sólo se han observado en niños), donde el mordido sufre de vómitos, diarrea, arritmia y edema agudo de pulmón.
En definitiva las posibilidades de morir por una mordedura de araña son pocas. Sin embargo las personas les temen.
En opinión de Miguel Simó, detrás de ese miedo hay una cuestión cultural: "La mayor parte de la gente cuando ve una araña la quiere pisar, si ve una víbora la quiere matar, pero si ve una mariposa la respeta. Eso es lo que pasa. Creo que tenemos que ir cambiando la cultura, tenemos que partir de la base que si vamos al campo en realidad somos nosotros los invitados porque las arañas habitan allí", concluye Simó.
Miedos patológicos a las arañas
Un término muy utilizado para hablar de las malas relaciones con las arañas (o del asco que producen) es "aracnofobia". Sin embargo tal descripción no es correcta, y sólo corresponde a casos extremos y patológicos.
"La araña es un animal asqueroso para todos, que despierta cierta reacción temerosa más o menos compartida", explicó el psicólogo José Pedro Rossi, "en esos casos genera una reacción normal de intentar matarla. La diferencia entre esos miedos y los patológicos es que las personas fóbicas quedan paralizadas y sufren crisis de angustia muy feas: presentan síntomas como sudoración, taquicardia, mareos, vértigos y hasta vómitos", afirmó. Rossi, que habló con El País en representación de la Coordinadora de Psicólogos del Uruguay, dijo que la aracnofobia es una patología muy específica y que en su experiencia clínica nunca se cruzó con un caso de este tipo.
"La fobia es un miedo patológico que lleva al individuo a una sensación de limitarse y a buscar y generar conductas de evitación. Por ejemplo: si la fobia es muy fuerte, con un cuadro de angustia severo, el individuo diseña un modo de vida que trata de evitar un encontronazo con el objeto que le produce miedo", explicó Rossi.
Desde la perspectiva del experto "la angustia que aparece y que se deposita en el objeto fóbico encubre otras angustias vinculadas a la historia de cada persona. Se trata de una tendencia del psiquismo de colocar afuera las angustias que están adentro", agregó.
Las arañas, en este caso, terminan siendo las depositarias de esa angustia.
Por tanto el tratamiento, desde la corriente psicoanalista, consiste en desandar el camino hecho a lo largo de la historia de vida del paciente, de manera de entender lo que representa la fobia. "Es un trabajo de descubrimiento, de búsqueda, de exploración, de preguntarse, de saber sobre la historia del sujeto y de cómo la vivió", afirmó Rossi.
La cifra
147| Es la cantidad de consultas que recibió el CIAT durante 2005 en las que se sospechaba intoxicación causada por arácnidos
¿Qué hacer ante la mordedura de arañas?
Lo adecuado es hacer una consulta en las primeras seis horas o antes de las 12 horas. El CIAT atiende las 24 horas del días por el teléfono 1722, al que se puede llamar de cualquier parte del país. La consulta médica es recomendada aún cuando no se tenga claro el motivo de los síntomas.
En Facultad de Ciencias recomiendan lavar la herida con agua y jabón y dejar en reposo el miembro afectado.
Si la araña que lo mordió está viva, hay que recogerla y conservarla en un recipiente con tapa dentro del cual hay que colocar un algodón humedecido con agua. En el caso de que la araña esté muerta hay que colocarla en un recipiente con alcohol.
Es importante conservar la calma y acudir al centro asistencial más próximo.
Luis Heuhs (CIAT) contó el caso de una señora que vive en el interior del país que tenía una lesión importante en el tórax a la que no prestó atención. Cuando más tarde aparecieron otros síntomas la señora realizó la consulta en el CIAT. Entonces la señora recuerda haber matado una "arañita" que tenía en el pecho. Le aplicaron suero y mejoró pero la cicatriz quedó.
¿Se puede hacer algo para evitar mordidas?
El entomólogo Miguel Simó recomienda sacudir la ropa o calzado que estuvieron colgados afuera antes de vestirse.
Además, se recomienda limpiar detrás de las camas, armarios, cuadros, cortinas u otros objetos que se encuentren contra las paredes interiores; mantener limpios los lugares próximos a las viviendas en un radio de dos metros, evitar la acumulación de materiales de construcción, restos de podas y desperdicios en general y no colocar las manos en agujeros o debajo de piedras.
También hizo algunas recomendaciones para los viajeros que tienen previsto descansar en Semana de Turismo: "en vacaciones las personas suelen ir a casas que hace tiempo no se abren. Por eso lo mejor es hacer una limpieza porque el hecho de que se remueva y que entre luz hace que la araña se vaya", dijo Simó. "Si vamos a armar una carpa", agregó, "primero hay que observar el lugar y limpiarlo bien". Desde el CIAT afirman que las mordeduras de arañas se mantienen constantes en Turismo, pero que en general aumentan las consultas por serpientes.