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Mientras la policía de la Ciudad Vieja emprende operativos para combatir el tráfico de drogas y clausurar bocas de pasta base en el barrio, una exhibición de productos y artículos para fumar marihuana se desarrolla a diario en la peatonal Sarandí.

Pipas para fumar marihuana llegaron a la peatonal Sarandí, o por lo menos es ya más fácil verlas, exhibidas junto a hojillas para armar cigarros y un variado tipo de artesanías.

El aumento de puestos ambulantes que integran esos artículos es palpable, aun cuando no pueda hablarse todavía de un boom. Falta que se apruebe la ley y que se inicie la temporada de cruceros, cuando vuelvan a pisar tierra uruguaya turistas provenientes de países en donde está prohibida no sólo la venta de marihuana, sino también el consumo y la oferta de accesorios.

Pero ese tímido crecimiento del mercado no sólo se viene dando en la peatonal de la Ciudad Vieja, sino en ferias clásicas de Montevideo, desde el Centro a Pocitos, y en periferias de otros barrios. Y también en algunos comercios dedicados a la venta de bebidas alcohólicas y tabacos importados.

Eso confirmó a El País un vendedor que expone sus productos sobre un paño extendido en el suelo de la peatonal Sarandí, y que se presentó como el propio fabricante de pipas de madera que oferta desde $ 150.

En pocas palabras, el hombre comentó sin dudar que no cree que, de aprobarse la iniciativa de legalizar la venta de marihuana, se vaya a producir un notable incremento de ventas a nivel local, sea de hojillas, pipas y otros accesorios. Sí especuló con la posibilidad de que los stands que atiendan el rubro resulten una nueva atracción para los turistas.

Él comenzó hace un mes a comprar a mayoristas las cajitas con paquetes de 50 hojillas para fumar, provenientes de diversos países. Sobre todo desde Holanda, México o la Argentina. Los precios en este caso van de $50 a $150. Depende de la calidad y procesamiento del papel; hay blancas, de colores, con aromas, por ejemplo a arroz, o sin ellos. Los desmorrugadores (instrumentos para moler las hojas prensadas) que consigue son chinos y los vende a $ 250.

En otro puesto del casco histórico, armado con un tablón sobre caballetes, al costado de la Catedral Metropolitana, un curioso transeúnte preguntó sobre las pequeñas pipas de vidrio que allí se ofrecen. Le dijeron que son las que mantienen mejor el sabor del cannabis, aunque no llegan a ser tan resistentes como las de metal, que eso sí, alteran en algo el sabor, deben ser periódicamente hervidas en agua y se recalientan un poco entre pitada y pitada. Quien atiende el negocio, en cambio, no quiso hacer ninguna declaración a El País sobre un posible boom de stands en la zona, aunque autorizó gentilmente las tomas fotográficas.

En este caso, la variedad de pipas incluye las metálicas, como "la tuerca", pipas de agua y en fin, para toda ocasión, según la cantidad que se quiera fumar, el número de participantes del "ritual" o el lugar en donde se consuma.

CONSUMO. Las recientes iniciativas del gobierno para instrumentar la entrega legal y controlada de la marihuana, implica que el Estado deberá producir por mes 2.250 kilos. Será el único abastecedor legal de las personas que recurren al cannabis en Uruguay, cuya cantidad no se conoce a ciencia cierta. Si bien se calcula que unas 75.500 personas recurren a esa droga con cierta frecuencia, según la Encuesta Nacional de Hogares, otros datos de encuestadoras privadas indican que son 300.000 quienes admiten haber consumido alguna vez marihuana; de ellos, 150.000 lo harían con regularidad.

El cannabis fue una de las drogas que en el mundo menos aumentó su consumo entre 1998 y 2008, según la ONU. La demanda de cocaína creció 27% y la de marihuana, 8,5%.

En edición reciente de El País Digital, Marianella Apólito y Nicolás Aramendi han recordado por su parte que el negocio cannábico tuvo un antecedente ineludible en Uruguay. Se cita por ejemplo a "Yuyo Brothers", un negocio ubicado en una galería de 18 de Julio. que tiene otro establecimiento en La Pedrera. El de Montevideo comenzó siendo una tienda de ropa, y dos años después cambió de ramo, vendiendo todo tipo de pipas, papeles y desmorrugadores de madera.

De lo que no hay noticias es que se hayan instalado grow-shops en Uruguay, es decir comercios dedicados a vender semillas, abonos, fertilizantes y sistemas de iluminación para el cultivo de cannabis. Empero, hay un grow online desde 2001. En su sitio web se advierte que en julio habrá demoras en las entregas de los pedidos.