TECNOLOGÍA Y CONTACTOS
Rumanos, franceses, argentinos, y mexicanos realizan desde estafas hasta atracos violentos en Uruguay
Hace cuatro años, el entonces director Nacional de Policía, Julio Guarteche, advirtió que Uruguay no era una isla y que el país recibiría cada vez más la llegada de delincuentes de la región y del mundo.
Guarteche, quién tuvo un extensa carrera al frente de la Brigada Antidrogas y falleció el 29 de junio de 2016, también advertía que era contraproducente que presos comunes uruguayos se mezclaran con integrantes del crimen organizado extranjero porque éstos les enseñarían a cometer delitos de mayor entidad (tráfico de drogas, lavado de activos, secuestros y trata de blancas, etc.).
El tiempo le dio la razón a Guarteche.
A principios de enero de 2016, el narcotraficante Paulo Vieira De Mello, segundo líder del Comando Vermelho, y también conocido como Magrao (flaco) o Dos Patinhos (Dos Patitos), compraba como un vecino más en un supermercado de la Ciudad de la Costa.
Un policía de particular de la Brigada Antidrogas lo reconoció. El agente siguió al mafioso hasta su casa en el balneario San José de Carrasco y luego la Brigada Antidrogas capturó al traficante, quien pensaba establecer una base para administrar "negocios" en Paraguay, Bolivia y Brasil.
En diciembre de ese mismo año y a principios de 2017, la Policía de Montevideo constató que argentinos integraban bandas que asaltaron locales de cobranza y peajes carreteros.
A las 20:20 horas del martes 6, doce mexicanos ingresaron en la joyería ubicada dentro del hotel Enjoy (Ex Conrad) de Punta del Este. En pocos minutos, un despliegue rápido de la Policía, con la participación del propio jefe de Maldonado, Erodes Ruiz y otros integrantes del Comando, llevó a la captura de tres mexicanos.
Luego fueron atrapados otros dos. Finalmente cuatro cayeron en Montevideo cuando llegaron a Tres Cruces.
Rumanos, franceses, peruanos, ecuatorianos, brasileños y argentinos llegan cada verano a Uruguay a realizar estafas con tarjetas clonadas en otros países. Hace una semana, efectivos del Departamento de Delitos Económicos de la Dirección General de Crimen Organizado capturaron a un francés que extraía dinero de cajeros automáticos.
El ciudadano europeo se instaló en un coqueto hotel. Luego recorría los cajeros sacando dinero. La Policía lo atrapó con 21 tarjetas de crédito.
"Todos los años capturamos de diez a 15 extranjeros sacando dinero en Uruguay", dijo un jerarca de la Policía a El País.
Las organizaciones tienen tres equipos bien definidos: uno copia la banda magnética de la tarjeta con un aparato colocado en el cajero y una pequeña filmadora que observa al usuario poner la clave. Luego esa información es enviada a otro país donde se clonan las tarjetas. A su vez, las tarjetas ya prontas van a un tercer país donde se realizan las extracciones de dinero.
Desde 2010 a la fecha, el 60% de los delincuentes capturados por clonación de tarjetas de crédito son rumanos y búlgaros; un 20% franceses y el resto de la región (peruanos, brasileños y ecuatorianos).
Días atrás, una de las redes de cajeros automáticos dio el alerta sobre que había detectado mecanismos de clonación de tarjetas magnéticas en cajeros ubicados en Atlántida, Piriápolis y Parque Roosevelt (Ciudad de la Costa). Dentro del cajero, funcionarios de la empresa también hallaron una cámara disimulada.
Entre enero de 2017 y enero de este año, la Policía constató que fueron explotados 27 cajeros, según señaló el director Nacional de Policía, Mario Layera. Pocos robos tuvieron éxito. En la mayoría de los casos el dinero también se destruyó con la explosión.
En este momento, la Policía investiga una "pista chilena" para esclarecer las voladuras de cajeros. Dos chilenos fueron detenidos días atrás y puestos a disposición de la fiscalía de turno. Ambos fueron arrestados por su participación en una serie de robos registrados en autos estacionados en la zona de playas. Fueron encausados pero no privados de libertad. En Chile, uno de ellos tiene 17 antecedentes penales.
Durante su detención, los policías revisaron sus celulares. En uno de los aparatos los efectivos encontraron una serie de mensajes que señalaban cosas como: "¿Conseguiste el gas para volar aquello?".
Medidas.
Para poder contrarrestar el flujo de delincuentes por las fronteras "secas" de Uruguay, la fuerza policial tiene coordinadores en la frontera con Brasil y Argentina que se comunican directamente con las policías de esos países para identificar el movimiento delictivo en la frontera y definir estrategias.
Es histórico que, por ciudades como Rivera, Chuy, Artigas y Río Branco, es muy fácil pasar de un país a otro. Por ello, la Policía realiza controles sorpresivos en rutas nacionales y secundarias para detectar tráfico de drogas o contrabando proveniente de Brasil.
En este momento, unidades policiales realizan los operativos "Gavilán VI" en carreteras desplegados en todo el territorio nacional. A las 02:30 horas de la madrugada del miércoles 7, efectivos apostados en Paraje Los Cardos de Ruta 9 (Km 85), detuvieron una camioneta Hyundai, de color negro, conducida por una pareja que cuenta con antecedentes penales.
El vehículo, que figura como hurtado en Brasil, venía con un visible y abultado cargamento de 500 kilos de marihuana prensada, según informó el Ministerio del Interior.
Distintos operativos policiales determinaron que, por lo general, los traficantes comienzan primero a contrabandear productos desde Brasil o Argentina y luego se inclinan por la droga. Es que las rutas son los mismos.
En forma paralela, la Dirección de Migración cuenta con tecnología de última generación y contactos con otros países que permiten, en forma inmediata, la ubicación de un traficante de drogas o un prófugo de cualquier otro delito cometido en un país vecino que intente ingresar a Uruguay.
Otro problema que enfrenta Uruguay son los cargamentos de drogas transportados en aviones desde países vecinos. En enero de 2017, la Policía argentina confiscó en dos estancias cinco aviones en pistas clandestinas. Los investigadores estimaron que los aviones trasladaban marihuana y cocaína para Uruguay y Brasil.
Gran parte de la cocaína que llega a territorio uruguayo tiene como destino a Europa.
Datos firmes
Investigadores de la Policía de Montevideo detectaron la existencia de un trasiego de delincuentes de Uruguay a Argentina y viceversa. En la mayoría de los casos son rapiñeros o ladrones que se van poco después de cometer el atraco en Uruguay. Desde Brasil provienen traficantes de drogas que trasladan generalmente marihuana paraguaya prensada. En tanto, la Policía detectó que, a través del Río Uruguay, llegan al país cocaína y pasta base proveniente de Colombia y Bolivia.
Traficantes no fraccionan droga que envían a Uruguay
Hasta 2015, el Ministerio del Interior informaba que los traficantes fraccionaban las cargas de marihuana para evitar grandes pérdidas en caso de que fueran detenidas por la Policía. Sin embargo, los decomisos de la Policía revelan que en Uruguay hay una elevada demanda de esa droga y que los traficantes modificaron sus estrategias: ahora envían cargamentos más grandes y optan por ingresarlos por la frontera seca con Brasil más cercana a Montevideo. Es decir, prefieren que sus principales envíos entren al país por Rocha, Cerro Largo y Lavalleja.
El miércoles 7, la Policía incautó en Maldonado un cargamento de 500 kilos que era trasladado en una camioneta robada en Brasil.
El 14 de enero de 2017, la Policía implementó el "Operativo Canelón" con el propósito de detener un cargamento de marihuana que había ingresado desde Brasil por el Chuy.
Los policías de Rocha, Maldonado y la Brigada Antidrogas detuvieron y hallaron en una camioneta 320 kilos de marihuana.
El 23 de noviembre de 2016, la Policía de Cerro Largo decomisó 200 kilos de marihuana escondidos en un doble fondo de un auto.
El jefe de Policía de Cerro Largo, José Olivera, dijo que el conductor y el vehículo tenían documentaciones falsas. "El chofer sería argentino. Tenía una libreta de conducir de Paraguay y otra de Argentina", dijo el jerarca según la página web del Ministerio del Interior.