Bonomi alerta sobre una "feudalización" del crimen

Seguridad pública. La influencia de los narcos en Uruguay

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RENZO ROSSELLO

Un fenómeno que el ministro del Interior llamó de "feudalización" viene cambiando el mapa criminal del país. "A nosotros nos están incidiendo los serbios más de lo que se piensa", advirtió Eduardo Bonomi al hablar de crimen organizado en un foro.

La sala de reuniones en el cuarto piso del Radisson Victoria Plaza estaba repleta. El seminario organizado por la Universidad de la Empresa (UDE) -"Jornada sobre Criminología en el siglo XXI. Secuestro exprés y copamiento"- tenía por cometido el análisis de algunas de las modalidades delictivas emergentes en Uruguay. Los panelistas fueron el periodista Aureliano Folle, el criminólogo italiano y catedrático de la Universidad de Roma "La Sapienza", Vincenzo María Mastronardi, y el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, que cerró el orden de expositores del panel.

El experto italiano identificó tres problemas como los más relevantes en materia de seguridad pública en el país: la violencia doméstica, los delitos de copamiento y rapiña, y los delitos violentos protagonizados por menores de edad.

El periodista de Canal 10, por su parte, refirió su experiencia en la crónica policial y comentó algunos de los casos más relevantes que le tocó cubrir, tales como el cuádruple homicidio de Pablo Borrás y el secuestro de Ignacio Rospide.

Sin embargo, la exposición más extensa estuvo a cargo del ministro Bonomi, que ante un foro compuesto por profesionales, académicos, estudiantes, oficiales de Policía y cadetes de la Escuela Nacional de Policía, expuso las que, a su juicio, son las mayores amenazas que enfrenta el país.

LOS FEUDOS. Incipientes formas de crimen organizado, el papel que están teniendo integrantes de poderosas organizaciones de narcotraficantes encarcelados, el nivel creciente de violencia de los delincuentes.

"Tener una percepción compartida de la amenaza es imprescindible para definir la situación delictiva sobre la que tenemos que actuar", reclamó Bonomi luego de describir brevemente el panorama delictivo.

En tal sentido el Secretario de Estado puso el énfasis en los fenómenos de criminalidad que vienen desarrollándose y que, teme, puedan convertirse en verdaderos flagelos.

Y aseguró que uno de los mayores problemas que amenazan al país son organizaciones criminales como las de los serbios -la mafia a la que se incautó más de dos toneladas de cocaína en un yate en Santiago Vázquez-, los que dijo constituyen una conflictiva "mano de obra desocupada" que forma peligrosas organizaciones criminales.

Al influjo de criminales de este tipo, así como de narcotraficantes mexicanos, colombianos y brasileños, los delincuentes uruguayos "aprenden" nuevas formas delictivas.

"Acá, y esto es fundamental entenderlo, se están produciendo procesos de feudalización", aseguró Bonomi.

El ministro describió varios casos recientes en los que personas que denuncian, por ejemplo, bocas de venta de drogas son luego amenazadas sistemáticamente e, incluso, en algún caso han llegado al homicidio de algún familiar del denunciante. Bonomi dijo que esto ocurre "no en barrios que están estigmatizados como Cerro Norte, el Borro, Casavalle, Marconi".

El ministro agregó que estas acciones son enseñadas por los traficantes presos que "dictan cursos en cárceles de otras formas de delito y muchas veces esas otras formas de delito las toman los que no tienen experiencia y tratan de llevarla adelante, como sucede en algunos casos y el de (Ignacio) Rospide es uno". Bonomi abogó por profesionalizar más a la Policía para combatir estas modalidades delictivas y también la corrupción en filas policiales.

De informar o no sobre secuestros

El secuestro del empresario Ignacio Rospide y la polémica que se desató en torno a informar o no sobre el suceso fue comentado por el ministro Eduardo Bonomi. En tal sentido el ministro ratificó su posición en cuanto a que no es pertinente informar en estos casos. De todos modos, reconoció que a su cartera le cabe aún recorrer cierto camino: "tenemos que generar la confianza suficiente como para cuando se pida que no se informe, no se informe, pero eso no va a suceder si no tenemos confianza suficiente y tenemos que seguir intercambiando (con los medios de comunicación y con los periodistas) para generarla". De todos modos Bonomi destacó que, a su juicio, en estos casos "hay algunos elementos que pueden permitir pedir que no se informe".

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