Las chinches de cama se encuentran en todo el mundo, pero en países europeos y en EE.UU. han hecho estragos y obligan a confeccionar protocolos de prevención. El aumento del turismo las trajo a Uruguay como indeseables polizones.
Las chinches de cama, que se alimentan de sangre taladrando la piel, producen picaduras irritantes que a algunas personas llegan a provocarle trastornos alérgicos, sin síntomas graves. Salvo en contados casos podría darse una reacción anafiláctica que afecte los sistemas respiratorio y digestivo.
Los insectos pueden hallarse en casas particulares, edificios públicos, hoteles, tiendas, residencias de estudiantes, asilos, diversos medios de transporte, lavanderías, cines y teatros.
El incremento de los viajes aéreos y del turismo en general, desde hace unos años viene provocando que las poblaciones de chinches de cama, originarias del continente asiático, terminen aumentando en forma progresiva en ciudades de todo el mundo.
Laura Krell, directora del departamento de control de plagas de La Liga Sanitaria, dijo a El País que cada vez se están recibiendo más demandas para exterminar chinches de cama.
"Acá estamos en una etapa de inicio del problema; hace dos años que vengo anunciando que en el primer mundo hay una alerta general, porque la plaga se extiende. La presencia de chinches no tiene que ver con la higiene, ni está asociada a situaciones de vida carenciada; se ha comprobado en hoteles de cinco estrellas del mundo y viviendas de gente de buen poder adquisitivo. El mal control provoca la diseminación, y esto conduce a infestaciones altas, muy difíciles de erradicar", afirmó Krell.
La multiplicación de las chinches de cama en Uruguay se está verificando año tras año, debido sobre todo al mayor flujo de turistas extranjeros, pero también a la cantidad de uruguayos que retornan de sus vacaciones en países norteamericanos o europeos.
Laura Krell sostuvo que para exterminar a las chinches de cama se debe recurrir primero al uso de aspiradoras que no esparzan partículas de polvo. A continuación se efectúan aplicaciones de vapor a más de 100° centígrados y, por último, en algunos casos, también deben emplearse insecticidas, aunque nunca sobre colchones o almohadas.
"Apostamos a un tratamiento ecológico; lo principal es detectar los focos, porque las chinches se reproducen rápidamente. Es clave la habilidad para encontrar los huevos", comentó Krell.
La inspección intensa de una habitación chica, en la que no haya ningún tipo de objetos decorativos, ni ropas, alfombras o efectos personales de todo tipo, exige cuatro horas de trabajo y dos técnicos.
Krell agregó que, en las casas equipadas, las tareas se complican bastante más, y subrayó que a la gente le falta mucha información.
"Se desconoce que solo con insecticidas no se soluciona el asunto; en Uruguay no hay previsiones, no hay nada legislado; solo se realiza la capacitación del personal de algunos hoteles. El conocimiento es la principal herramienta; los viajeros deben -por ejemplo- llevar la ropa en bolsas, colocar las valijas en los baños y no en los cuartos en donde haya camas; las chinches viajan en la ropa, los zapatos, las valijas, de un lugar a otro, y si la gente no sabe identificarlas, y los médicos no diagnostican, puede demorarse la detección del problema y amplificarse", concluyó Krell.
POR EL MUNDO. Las chinches de cama obligaron por ejemplo al cierre de clásicas tiendas de la 5ª Avenida, como Victoria`s Secret y Abercrombie, y también invadieron el histórico Empire State Building de Nueva York, (el Departamento de Salud de esta ciudad ha editado un excelente manual de prevención y exterminio al que se accede por Internet).
Para poner las barbas en remojo, a propósito del riesgo de una pandemia mundial, en ocasión de efectuarse la feria "Expocida 2010", en España también se reconoció que se había registrado un aumento de "hasta un 50% de los avisos por infestaciones de chinches (cimex lectularius)".
Stephen Dogget, del Departamento de Entomología Médica del Hospital de Westmead -en Sydney, Australia-, explicó en aquella reunión que el incremento del insecto, además de tener por causa el aumento del turismo internacional, se debe a la resistencia que ha desarrollado frente a los insecticidas. Según el experto, los insecticidas piretroides tradicionales ya no afectan a las chinches, por lo que se vuelve necesario "concentraciones muy superiores para combatirlas", y aplicaciones de frío (criogenización) o de calor intenso.
Una hembra de chinche de cama pone de 5 a 7 huevos por semana y de 200 a 500 en su vida. Los crías tardan unos 10 días para salir del cascarón. Las chinches completan su crecimiento en 2 a 4 meses, y pueden vivir hasta un año.
PUEDEN VIVIR MESES SIN CONSUMIR SANGRE
Las chinches de cama son insectos muy pequeños de forma ovalada, planos, traslúcidos al nacer y de color marrón-rojizo al volverse adultos. Se alimentan de sangre humana y también de animales pequeños y pájaros. Pueden vivir meses sin comer, no vuelan ni saltan, pero se mueven rápido. Salen de noche y se esconden de día. Ponen muchos huevos blancos que se incuban en nuevas chinches de cama. Pueden causar un olor dulce y dejar manchas de sangre o de excrementos en las sábanas y alrededor de los lugares donde se esconden: grietas del piso, alfombras, zócalos y muebles. En general no se usa medicina para tratar las picaduras. Un producto de farmacia como loción de Calamine puede ayudar a parar la picazón. Para una picazón realmente fuerte o ante signos de infección, piel roja, fiebre, dolor, o rezumado de líquido se recomienda consultar a un médico.