Cómo construir una buena autoestima

| Respeto, límites y disciplina son básicos para lograrla

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La aceptación y la valoración son ladrillos básicos dentro de la construcción de una buena autoestima. El niño que se siente aceptado como es aprende a asumir sus errores y luego a convertirlos en mejorías. Los padres deben tener una idea realista y clara de cómo es su hijo y quererlo por lo bueno y lo malo que es, sin dejar de asumir delante de todos, y principalmente dentro de ellos mismos, esta postura.

El respeto es uno de los pilares en el trabajo de construcción de la autoestima. Es necesario valorar las calidades de los niños y darles fuerzas para que superen sus problemas, e intenten mejorar sus debilidades, respetando sobre todo su manera de ser, de pensar, de sentir. No se debe intentar cambiarlo, pero sí moldear lo que necesite más atención. Muchas veces los padres imaginan al niño ideal y llegan a aplastar al niño real, que nada tiene que ver con el que ellos idealizaron. Lo mejor es ayudarle a corregir sus defectos de una forma cariñosa y positiva.

Los límites y la disciplina son también una buena base en esta obra. Los niños necesitan límites firmes, consistentes, claros y adecuados. Necesitan de una buena disciplina, y no de que les rotulen de culpables, miedosos, agresivos, que son factores que deforman la educación.

Para lograr una buena autoestima se puede tener en cuenta algunas consideraciones:

1- Para que un niño se sienta seguro es necesario que sea aceptado, valorado, y querido por ser como es. Así él actuará con mayor libertad.

2- Para que un niño se sienta capaz de hacer frente a diferentes situaciones es necesario darle la oportunidad de elegir, y de equivocarse.

3- Para que un niño se sienta integrado se debe respetar su raza, religión, clase, cultura, etc.

4- Para que sienta que puede superarse es necesario que algo lo motive. Cabe a sus padres motivarlo en actividades que beneficien su desarrollo, sin olvidar sus capacidades.

(GUIAINFANTIL.COM)

Contar cuentos para trasmitir valores.

Nuestros hijos no se cansan nunca de escuchar historias. A pesar de que nos pueda agotar la repetición, contar un cuento no es un trámite sino un extraordinario acto de comunicación entre padres e hijos. De esta manera, contribuirás a potenciar la imaginación de tus hijos y les transmitirás valores positivos.

Unidos a la hora de educar.

Los hijos estudian bien a ambos progenitores. Se requiere pues una coherencia mínima de criterios y maneras de educar entre ambos. Los hijos deben percibir que, aunque sus padres son diferentes, realmente son uno a la hora de educar. Es de vital importancia que los padres tengan tiempo para pensar y decidir en conjunto.

Lograr que los niños practiquen deporte.

Asistir a los encuentros deportivos en los que participa el niño, comentar las jugadas, ser un espectador modelo del partido, animarlo en las derrotas, alabar la actitud deportiva y preguntarle sobre aspectos concretos del equipo, ayudan a que el niño se interese en los deportes.

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