El 22 de febrero de 1965, Herberts Cukurs, letón, llegó a Uruguay desde San Pablo, Brasil. Venía a encontrarse con Anton Künzle, un empresario austríaco calvo, de cara redonda, lentes de armazón grueso y grueso bigote, a quien había conocido en suelo paulista y que lo había convencido para asociarse en un proyecto turístico en la costa uruguaya.
Kunzle lo esperó en el aeropuerto de Carrasco, lo trasladó al hotel, al día siguiente lo pasó a buscar, lo paseó por varios lugares y finalmente lo llevó a una casita de Shangrilá, un balneario de Canelones a solo media hora de la capital. Dentro del lugar, cuatro comandos del servicio de inteligencia israelí, el Mossad, esperaban a Cukurs. Los cuatro estaban en calzoncillos, el torso y los brazos untados en aceite para evitar que Cukurs pudiera defenderse.
Un letón que llegó a Uruguay, una carta firmada por "Los que nunca olvidarán", y un cuerpo de un nazi escondido en un baúl: son algunos de los detalles de una historia que asombró al mundo entero en 1965.
-
Los asesinatos que convirtieron a Dionisio Díaz en una leyenda: nuevo episodio del podcast Crímenes
El asesinato del espía inglés que nunca se resolvió: episodio 3 de Crímenes, un podcast de El País
El pozo de Villa Teresita: el crimen "extraordinario" de 1973 que atrapó la atención de los uruguayos
Tiroteos infernales, giros inesperados y enigmas que ocurrieron en Uruguay: El País lanzó el podcast "Crímenes"
La terrible “batalla de Paso Molino”: segundo episodio de Crímenes, séptimo en ranking de podcast de Uruguay