Nadar en piscinas, arroyos, lagunas y el mar es una actividad divertida y saludable para realizar durante el verano. Pero puede ser origen de algunas enfermedades infecciosas como diarrea, infecciones de los oídos, respiratorias, de la piel, hepatitis, etc. Hay algunas medidas que pueden ayudar a protegernos a nosotros y nuestros niños de estas enfermedades asociadas al uso recreativo del agua.
CONTAGIO. Estas enfermedades se adquieren sobre todo al tragar agua contaminada; también al estar en contacto con la misma.
DIARREA. Es la enfermedad más frecuente. Puede ser causada por bacterias como la Escherichia coli o Shigella o parásitos como el Cryptosporidium o la Giardia lamblia. Estos microorganismos se encuentran en el intestino de personas y animales y llegan al agua ya sea por vertido de aguas servidas hacia cursos de agua naturales o por contaminación de las piscinas por "accidentes" de personas con diarrea.
En promedio las personas tienen 0,14 gramos de heces en el margen del ano. Cuando tienen diarrea, su materia fecal puede contener millones de gérmenes y esta mínima cantidad puede ser suficiente para contaminar el agua. Por supuesto que esto es más importante cuando a la piscina concurren niños con diarrea que aún usan pañales.
El cloro de las piscinas mata a la mayoría de los microorganismos en menos de una hora; pero aunque la piscina esté adecuadamente clorada algunos gérmenes, como el Cryptosporidium, son resistentes y suelen persistir vivos durante días en las piscinas.
Cualquier persona que nade en agua contaminada puede enfermar, pero los niños pequeños y las personas con sus defensas disminuidas como los que tienen SIDA, los transplantados, con cáncer o que toman medicamentos que disminuyen las defensas pueden presentar enfermedades más graves y más prolongadas.
La Escherichia coli llega al agua por contaminación con aguas servidas o en las piscinas por personas enfermas. Un tipo de esta bacterias, llamada Escherichia coli O157H7, asociada a infecciones alimentarias o por uso de agua en forma recreativa puede ocasionar diarrea y en los niños o ancianos una enfermedad grave con insuficiencia renal y anemia.
El Cryptosporidium se hizo "famoso" luego de la aparición del VIH-SIDA como causa de enfermedad grave en estos pacientes. Pero también se lo reconoció en las últimas décadas como una causa común de enfermedades asociadas al uso recreativo del agua. La importancia de este parásito, es que es resistente al cloro de las piscinas. En las personas inmunocompetentes puede ocasionar diarrea autolimitada, es decir, que se cura sóla. Pero en las personas inmunodeprimidas puede originar una diarrea persistente, difícil de tratar, grave y aún compromiso de otros órganos.
OTRAS ENFERMEDADES. Puede ocurrir una infección muy dolorosa del oído externo a los pocos días del contacto con el agua.
La Legionella es un microorganismo que vive en los aires acondicionados y en el agua de uso recreativo y causa infecciones respiratorias. Es muy mencionada en la literatura médica de Norteamérica por su frecuencia en esos países pero no se la había diagnosticado con frecuencia en Uruguay. En los últimos años se han denunciado algunos casos de neumonía por este germen en nuestro país.
La hepatitis A, enfermedad de transmisión fecal-oral, puede contagiarse en aguas contaminadas con agua servida.
La leptospirosis es una enfermedad transmitida por la orina de ratas y otros animales. Puede contraerse al nadar en lagunas, arroyos o ríos.
CONSEJOS. No nade en cursos de agua que no estén habilitados para el baño por contaminación. No se ponga agua en la boca ni la trague.
Si concurre a una piscina corrobore que se emplean las medidas de higiene necesarias. Si el agua es limpia se deben ver con claridad cualquier línea pintada en el fondo de la piscina. El agua clorada adecuadamente tiene poco olor. Un olor químico intenso indica problemas en el mantenimiento. Se deben mantener el cloro y el pH a niveles óptimos de desinfección sin efectos irritantes. El pH ideal para desinfección y confort ocular es entre 7,2 y 7,8. Los bordes de la piscina no deben estar pegajosos o resbalosos.
Colabore con la higiene de la piscina. No nade cuando tiene diarrea y sobre todo no lleve a su niño que use pañales si tiene diarrea. Es importante una buena ducha antes de nadar y lavarse las manos luego de ir al baño o cambiar los pañales a su hijo. Los pañales no se deben cambiar al lado de la piscina porque los gérmenes pueden diseminarse desde allí al agua. Es importante que lleve a los niños al baño con frecuencia. Si espera a que ellos pidan puede ser muy tarde.