Descubren especies en región termal cercana a la Antártida

Medio ambiente. Son cangrejos, caracoles y anémonas que solo viven allí

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LETICIA COSTA DELGADO

Si evoca el sur argentino o el agua de la Antártida seguramente imagine un entorno frío. Sin embargo, en el fondo del océano existen regiones con hasta 382º C. Allí viven más de 20 especies que hasta ahora nunca nadie había visto.

El descubrimiento fue realizado por una expedición de científicos británicos encabezada por Alex Rogers, profesor del departamento de Zoología de la Universidad de Oxford.

-¿Se imaginaban lo que encontraron?

-Deseábamos encontrar especies nuevas pero nunca imaginamos que habría tantas desconocidas.

Consultado por El País sobre cuál le había resultado la especie más novedosa, Rogers se refirió a un nuevo tipo de cangrejo que fue hallado rodeando los conductos de agua termal submarina.

"Son fabulosos. Habitan en cantidades enormes cerca de los conductos, en montones de a 600 por metro cuadrado", escribió el científico desde Reino Unido.

Una de las particularidades de este crustáceo, comentó, es que tiene una suerte de alfombra de vellos en su cara inferior (cerca del tórax) adonde crecen bacterias de las que seguramente se alimenten.

"Son llamativos tanto por su composición biológica como por su comportamiento", indicó el investigador. En sí, agregó, forman parte de los llamados "cangrejos yeti", conocidos así por su color blanco y hallados en 2005.

Moluscos, estrellas de mar, un curioso pulpo pálido, anémonas de colores vivos y llamativos, percebes (un tipo de crustáceo), caracoles y pequeñas lapas forman parte de la muestra recogida desde el suelo marino entre el sur argentino y la Antártida.

"Algunas especies parecen estar vinculadas con otras encontradas en regiones como el oeste del Pacífico", explicó Rogers. "Quizás eso respalde la idea de que el sur del Océano Atlántico actuó como una puerta de salida de algunas especies a lo largo de los períodos geológicos".

AGUA TERMAL. El mundo submarino hallado por Rogers y su equipo se encuentra en regiones que alcanzan los 382º C. Se trata de una suerte de chimeneas o respiraderos hidrotermales que crean un medioambiente único: carece de luz solar pero es rico en químicos, según publicó esta semana la revista PLoS Biology. Los animales no toman su energía del sol sino de la descomposición de los químicos.

El agua termal en esas áreas (en inglés vents) surge por reacciones entre rocas de altísimas temperaturas y el contacto con el agua, explicó Rogers. Eso crea torrentes de agua cálida que flota sobre el suelo marino. Uno de los elementos que lo distingue es un humo negro que se produce cuando ciertas sustancias (los sulfuros metálicos) se condensan y el agua caliente "choca" contra el agua helada.

Para verla los científicos enviaron un vehículo submarino tripulado a distancia, llamado Isis. Con numerosas cámaras y luces colocadas en torno a él (ver foto) Isis alcanzó 2.400 metros de profundidad mientras era monitoreado por el equipo de Rogers desde la superficie del océano.

Para el técnico lo hallado es tan importante como lo que el vehículo no encontró. "Por ejemplo, no había mejillones, algo que sí hemos encontrado en conductos de otras partes del mundo. No había camarones, que dominan los vents del océano Atlántico y tampoco hallamos cangrejos decápodos."

Eso indica, comentó, que en los últimos años la dureza de las condiciones de vida de la zona actuó como barrera para la llegada de nuevas especies.

El hemisferio sur "ahora es reconocido como algo importante en el estudio de la distribución de las especies de estos conductos y la conexión entre la profundidad de los distintos océanos", indicó el técnico.

"Las comunidades que encontramos demuestran que nuestro conocimiento de la distribución y de la evolución global de estas especies es muy pobre", admitió Rogers.

Una de las aplicaciones científicas del hallazgo es conocer el impacto de las acciones humanas sobre el fondo del mar como por ejemplo las excavaciones minerales submarinas.

En los próximos cinco años los científicos analizarán este impacto ya que los depósitos hidrotermales serán excavados por empresas debido a la alta concentración de cobre, plata y oro, entre otros minerales, que están presente en el fondo de estas estructuras.

"El hecho de que algunas especies se hayan encontrado solo allí y que su distribución esté restringida (se estima que solo pueden vivir ahí) es una preocupación por el impacto que pueden tener los trabajos de minería", dijo Rogers. "Inevitablemente van a destruir el fondo marino", lamentó el científico.

Cambios que no se miden

Las predicciones sobre la muerte de animales y plantas como consecuencia del cambio climático no toman en cuenta los desplazamientos que las especies realizan para sobrevivir al calentamiento global y, por lo tanto, subestiman el impacto sobre la naturaleza, concluyó una investigación realizada por la Universidad de Connecticut y divulgada esta semana.

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