Una poderosa red de narcotraficantes, responsable del ingreso al país y distribución en todo el litoral de unos cien kilos de pasta base a la semana, terminó de ser desbaratada en las últimas horas por la Brigada Antidrogas en Paysandú.
El último en ser procesado fue el escribano del líder de la banda, por el delito de falso testimonio. Durante cinco días a través de espectaculares allanamientos en el marco de la operación denominada "Veneno", policías de Paysandú capturaron a una decena de integrantes de la organización.
Su líder, Walter Sosa, apodado "El Pato", es un sanducero con antecedentes penales en Uruguay y Argentina. Había cumplido una condena en el penal argentino de Devoto, y volvió a Uruguay para transformarse en uno de los narcos más pesados del litoral. Ingresaba al país desde Argentina, 100 kilos de la droga por semana. Abastecía bocas en Paysandú, Salto y parte del departamento de Artigas.
En diversos operativos otras siete personas cayeron y se cerraron cuatro bocas de pasta base en la capital sanducera.
Pasamontañas.
En uno de los operativos, según publicó El Telégrafo, una decena de efectivos equipados con pasamontañas, portando armas largas, y con el perro especialmente adiestrado en la detección de drogas, ingresó al barrio El Espejo en dos camionetas y dos patrulleros. Allanaron dos casas, donde fueron detenidos tres hombres y dos mujeres, una de ellas poseedora de antecedentes por contrabando y lesiones personales. A la vez, se decomisó una moto Honda y una mochila. Poco después, la misma dotación se trasladó al barrio Curupí. Allí se ingresó a otra casa, donde se detuvo a otra mujer. Lo mismo ocurría a esa hora en otros barrios periféricos. El trabajo coordinado permitió desbaratar la peligrosa banda. El líder fue procesado por tráfico de estupefacientes.
El último de los procesados fue un escribano que se encargaba de manejar los asuntos del jefe de la organización.
En principio, el profesional negó todo tipo de vinculación con los negocios "fuera de la ley" de El Pato, pero unos documentos notariales que la Policía había exhibido días atrás al juez, sirvieron para que éste pidiera el procesamiento del escribano por un delito de falso testimonio. No obstante, este expediente, amén de los ocho procesados, puede provocar más novedades ya que la investigación aún no se cerró.
El origen de esta serie de actuaciones judiciales comenzó hace cuatro meses, cuando la Brigada Antidrogas comenzó a monitorear la actividad de decenas de bocas de venta de pasta base en el departamento y procedió a realizar el allanamiento de una boca en el barrio El Espejo de Paysandú.
Cuando se cerró este primer caso, Fernando Islas, juez de la causa, terminó procesando al propietario de la vivienda allanada y a su pareja.
Pero además, se logró la detención del hermano del dueño de casa que, en una vivienda lindera, también se dedicaba a la venta de pasta base.
Finalmente, en ese mismo procedimiento, se procesó a una cuarta persona, familiar del dueño de la casa que originalmente se había concurrido a allanar. Una vez culminados estos procesamientos, se descubrió la vinculación de todas estas personas, con un narco "pesado" encargado de la distribución en esa zona del país.
Alto consumo en procesados
"Es una droga bastante compleja. No todos, pero una importante cantidad de procesados por hurto, rapiña o receptación son consumidores", afirmaron informantes judiciales, respecto a la incidencia de la pasta base en la delincuencia en el departamento de Paysandú. Fuentes consultadas informaron que los detenidos compraban 10 gramos de la droga por $ 2.000 y la vendían a los consumidores por $ 4.000. Desde la Justicia se sostuvo que las ganancias del narco principal por este negocio "eran importantes".
Traía 100 kilos de pasta base por semana desde Argentina