CONTINÚA LA DISCUSIÓN

El lunes el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) aprobó los nuevos planes de formación docente en todos sus niveles, los cuales incorporan los nuevos métodos y modificaciones que se plantean en la transformación educativa que impulsa el gobierno. En el caso de los maestros y profesores que ya están en el aula, el 31 de octubre se habilitaron capacitaciones mediante la plataforma de Ceibal que tienen una duración de 30 horas autogestionadas por cada docente.

Sin embargo, algunos expertos en educación creen que estas instancias de formación son insuficientes y plantean que hay muchos cambios en la reforma educativa que, como es lógico, deben ser incorporados desde quienes asumen la responsabilidad de enseñar a los alumnos.

“Las transformaciones educativas que tienen mayores posibilidades de ocurrir efectivamente son aquellas que están pensadas en términos de sistemas”, sostuvo a El País Renato Opertti, integrante de Eduy21, magíster en Investigación Educativa y Experto Senior de la Oficina Internacional de Educación (Unesco-OIE).

En esta línea, explicó que la ANEP no necesariamente debería esperar a formar una generación de docentes para así implementar la reforma educativa, pero sí reparó en que es necesario “apuntalar los cambios curriculares que están introducidos en esta educación básica integral en una formación docente que esté acompasada”.

Por eso Opertti cree que es necesario un “dispositivo muy sólido y muy potente” para trabajar con los educadores, tanto en lo presencial como en línea, para que así puedan “apropiarse de los conceptos e instrumentos de esta transformación curricular”.

Una de las herramientas que en el mundo se utiliza para trabajar con docentes en procesos de transformación curricular son las “comunidades de práctica”, explicó Opertti, que son espacios de construcción y de diálogo entre docentes. “Porque los modelos de capacitación por sí solo no generan cambios sostenibles, no impactan ni en las mentalidades ni en las prácticas de manera significativa”, señaló.

La “aparente desorganización” de la reforma educativa “es un problema de los ciclos electorales de cinco años”, remarcó a El País Pablo Menese, investigador de la sede de Tacuarembó de la Universidad de la República, candidato a doctor en Ciencias Sociales y experto en desigualdad educativa. Menese señaló que, como sucede habitualmente, las reformas en la educación están sujetas al partido político que ocupa el gobierno.

Según el experto en educación, el primer paso para hacer los cambios en la currícula educativa es “tener acuerdos políticos lo suficientemente robustos como para tirar para el mismo lado por un par de años” porque no es posible hacer una reforma en un solo período.

Otro referente de Eduy21, que no quiso ser identificado, opinó que la capacitación para los docentes que ya están en el aula requiere de más dinero y más tiempo. “Es difícil persuadir a los docentes a que además de su trabajo tengan cuatro horas de formación, por ejemplo, sin ningún pago extra”, dijo.

Víctor Pizzichillo, el director del departamento de Formación Docente explicó a El País que van a evaluar el primer año de la reforma (2023) y a partir de esto se analizarán más cambios en la formación docente. “Cuando uno implementa un cambio curricular necesita ir evaluándolo, discutir mejoras convenientes y confirmar lo que se está haciendo bien”, detalló el docente.

Pizzichillo dijo que hace 10 años que se discute una reforma de formación docente, por lo que el tiempo es ahora y los docentes tienen la obligación de enseñar con el plan. “Se supone que ningún docente está formado con un solo plan”, aseguró y añadió que los docentes deben formarse en pos de que los estudiantes “desarrollen su máximo potencial”.