¿Cuánto gasta el Estado en promedio por cada estudiante que asiste a la educación pública?

El gasto anual por alumno en la educación pública en promedio es de $ 87.700. En comparación con 2022, el costo por alumno creció un promedio de 3,7%. Con relación a 2019, la variación es mínima.

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Inicio de clases con pandemia de coronavirus
Escuelas.
Foto: Archivo El País

A cuánto asciende el gasto anual por alumno en la educación pública? En promedio el gasto es de $ 87.700. Pero la respuesta exacta es más compleja porque el monto varía, en algunos casos mucho, dado que depende de la matrícula y modalidad pedagógica del centro educativo al que asiste el estudiante.

Para determinar el costo por alumno se toma en cuenta el gasto asociado a la remuneración por docencia directa, docencia indirecta y funciones de gestión, sin considerar los aportes patronales a la Seguridad Social. Por esta forma de cálculo, el tamaño de la matrícula en cada centro es un factor determinante, ya que en los más grandes se aplican economías de escala.

En Educación Inicial y Pública están matriculados en todo el país 327.000 estudiantes que asisten a 2.252 centros educativos. El gasto promedio por estudiante en 2023 ascendió a $ 74.918.

Educación Secundaria cuenta con 221.000 estudiantes con un costo promedio por alumno de $ 87.040.

Gasto en educación
Gasto en educación

En tanto, la Dirección de Educación Técnico Profesional (UTU) tiene una matrícula de más de 99.000 estudiantes distribuidos en 193 centros con un costo por estudiante promedio de $ 97.186.

Finalmente, el Consejo de Formación en Educación tiene una matrícula de 31.000 inscriptos con un gasto por estudiante promedio de $ 90.219.

En comparación con el ejercicio 2022, el costo por alumno en todos los subsistemas de la Educación creció un promedio de 3,7% (pesos constantes de enero de 2023 ajustado por inflación).

El mayor incremento se registró en Formación Docente (7,8%), seguido de Inicial y Primaria (4,9%), Secundaria (2,1%) y UTU (2,1%).

Con relación al año 2019 la variación en promedio es mínima y el aumento para todo el sistema educativo representa un 1,6%. El mayor aumento por estudiante se observó en Inicial y Primaria, con un incremento del 5,3%, al tiempo que la caída de la matrícula se ubicó en el entorno del 4%.

El costo por alumno en UTU en el período mencionado también creció un 0,8%, aunque el gasto por grupo cayó 2% y la matrícula se ha mantenido estable.

El gasto en Secundaria por alumno permanece un 2,3% por debajo de las cifras de 2019. Lo mismo ocurre en Formación Docente, donde la disminución es de 1,4%.

Sede de ANEP
Sede de ANEP
Foto: Leonardo Mainé

Inicial y Primaria

Cuando la información se desagrega en base a la propuesta educativa de cada institución surgen datos interesantes. Los centros rurales y rurales unidocentes son los que demandan una mayor inversión. En el caso de los unidocentes rurales el gasto es de $ 334.000 por alumno. Cuando esta modalidad se calcula junto al resto de los centros rurales el costo por alumno ronda los $ 134.000.

En los centros especiales, en tanto, el costo por alumno es de $ 231.562. Esta modalidad involucra a una red de escuelas, aulas, unidades de apoyo, proyectos, equipos, etc. para favorecer los aprendizajes de estudiantes con discapacidad, problemas para aprender y altas capacidades.

En tanto, los centros de jornada extendida en promedio rondan los $ 108.000 por estudiante. Los centros de jornada simple (escuelas Aprender, comunes y de práctica, jardines comunes y Aprender), en promedio demandan $ 63.000 anuales por alumno.

Secundaria

En el caso de los liceos, los que proponen Ciclo Básico y 4to. Año requieren un mayor costo por estudiante, que en promedio en 2023 ascendió a $ 109.000.

La menor inversión por alumno se registra en los Bachilleratos y fue de $ 84.000 el año pasado. Esto se explica por el alto número de estudiantes en cada centro.

En los centros de tiempo común el costo por estudiante se ubicó en $ 97.000. Los centros de tiempo completo y María Espínola requieren más recursos, allí el costo por alumno supera los $ 120.000 y se debe a que estas instituciones cuentan con horas de taller, coordinación y más figuras de docencia indirecta adicionales, lo que incrementa el monto de remuneración docente.

Enseñanza secundaria
Enseñanza secundaria
Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

UTU Y formación

En el caso de la Educación Técnico-Profesional, los centros más costosos son las Escuelas Agrarias con $ 209.000 por alumno. Este valor surge debido a que son centros con matrículas más pequeñas y una propuesta pedagógica con una mayor carga horaria, además de más salarios asociados porque requieren de figuras jefe y ayudante de internado, instructor agrario, profesor agregado experto y profesor agregado nivel superior. En la UTU el tamaño promedio de los centros educativos es de 515 estudiantes, pero varía significativamente entre las modalidades. Las Escuelas Superiores e Institutos tienen un promedio de 1.350 estudiantes mientras que las Escuelas Agrarias, los Centros Educativos Asociados (CEA) y los Centros Educativos Comunitarios (CEC) están sensiblemente por debajo, con un promedio de 125 estudiantes.

Por otra parte, el Consejo de Formación en Educación (CFE) tiene como cometido formar profesionales de la educación. Sus carreras principales son las de Magisterio, Profesorado, Educador Social, Maestro Técnico y Profesor Técnico.

Los Centros Regionales de Profesores tienen el costo elevado por estudiante, con un promedio de $ 215.000 anual.

En tanto, el gasto por alumno de los Institutos de Formación Docente ronda los $ 72.000. En este caso el 79,1% del costo de remuneraciones corresponde a docencia directa, el 11,4 % a docencia indirecta y el 9,5 % a gastos en remuneraciones de no docentes.

se incluyen todos los suministros

Nuevo método de cálculo aumenta gasto estimado

Por primera vez, ANEP llevó adelante un plan piloto que modifica la metodología tradicional para calcular el gasto por alumno. Además de contemplar el costo salarial del personal docente, como históricamente ha ocurrido, incluye el gasto en suministros públicos (UTE, OSE y Antel), alimentación, limpieza, seguridad, materiales educativos y abonos de transporte.

Se trata de un plan piloto que procura determinar con mayor precisión el monto que por año se invierte en cada estudiante. Mediante esta fórmula de cálculo el gasto crece significativamente en algunos centros.

Para este proyecto, denominado metodología Integral, se seleccionaron centros teniendo en cuenta para cada categoría la media de matrícula y de costo por estudiante (definido con el criterio de las remuneraciones). Con dicha selección de centros (36 escuelas, 10 liceos y 6 de UTU), el análisis pretende mostrar una representatividad de la categoría, puntualizando que existe gran dispersión generada por el valor de las remuneraciones que se abonan en cada centro, la cantidad de grupos y la matrícula de estudiantes. Estas dispersiones hacen que este tipo de cálculo sea muy complejo de elaborar y por eso aún no se adopta como una metodología que pueda reemplazar al sistema tradicional. Los resultados obtenidos por este sistema comparados con los que se logran teniendo solamente en cuenta el factor salarial, muestran un aumento de la inversión que va desde 7,5% en el caso de Bachillerato hasta un 62% en los centros María Espínola de Secundaria, donde estos gastos pesan un 38,4% del presupuesto total del centro.

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