CAMBIO DE MODELO
Graciela Fabeyro, directora general de Primaria, aseguró que “este año se quiere avanzar en un sistema híbrido (virtual y presencial) en que el tiempo pedagógico pueda extenderse".
Hay escolares que, incluso en los días en que están de vacaciones, entran a las aulas virtuales del Plan Ceibal para ejercitarse. El observatorio de datos que acaba de lanzar Ceibal muestra que, por ejemplo, en la última semana de diciembre, con el año lectivo ya finalizado, hubo días en que las plataformas de enseñanza a distancia recibieron más de mil visitas de niños en edad escolar. Y las autoridades educativas quieren aprovechar ese “síntoma que evidenció la pandemia” para aumentar la carga horaria de las clases.
“Muchos de los chiquilines quedaron enganchados con las actividades a distancia: incluso el uso de plataformas continuó siendo significativo en la presencialidad plena”, dijo la directora general de Primaria, Graciela Fabeyro. Por eso “este año se quiere avanzar en un sistema híbrido (virtual y presencial) en que el tiempo pedagógico pueda extenderse aprovechando las tecnologías y que no necesariamente implique a la misma maestra del aula teniendo que dar clases en doble turno”.
Como casi todo lo que ocurre en la educación pública uruguaya, la idea es solo una idea hasta que se materializa en una circular o una ordenanza. Por lo pronto, Primaria está trabajando en distintas comisiones para evaluar la mejor manera de aterrizar esa idea. Eso sí, aclaró la inspectora Beatriz Rissotto, jefa del departamento de Tecnologías Educativas Aplicadas y Virtualidad de Primaria: “Se tiene que desterrar el concepto de que la virtualidad es un complemento de la presencialidad... caminamos a un modelo híbrido en el que confluyen dos fuerzas motrices”.
Para ganarle tiempo a la presencialidad, ayer se reunieron los coordinadores técnicos del Ministerio de Salud Pública (MSP) y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) a efectos de avanzar en un cambio de protocolo sanitario que evite las cuarentenas masivas de los escolares. Hoy los técnicos debatirán los fundamentos del cambio y mañana miércoles será la reunión entre las autoridades políticas.
Pero para ganarle tiempo a la enseñanza en general es que Primaria proyecta una especie de aula virtual que, en principio, empezaría como un plan piloto en algunas de las escuelas de menor carga horaria (la de un único turno). Una investigación que realizó el año pasado el Instituto de Evaluación Educativa uruguayo (Ineed) para la OCDE muestra que en las escuelas de tiempo completo mejoran los resultados de los estudiantes. Y extender el tiempo a través de la tecnología podría ser un mecanismo para avanzar en esa línea.
La evidencia.
Según los datos del novel observatorio del Plan Ceibal, durante el primer año de la pandemia más que se duplicó el número de escolares que accedieron al aula virtual Crea (respecto a 2019, el ingreso aumentó 109% en 2020 y 112% en 2021). Y no solo eso: en los meses de clases presenciales el ritmo de actividades en línea se mantuvo “muy por encima” del promedio previo a que se decretase la emergencia sanitaria, y hasta hubo “varios colegios privados que se sumaron a esta plataforma... incluyendo algunos de los más caros”, admitió una fuente de Ceibal.
“En la teoría había demasiada literatura sobre el uso de las tecnologías para la educación, pero no eran una necesidad. Cuando se convirtieron en una necesidad, por la emergencia sanitaria, se empezaron a usar de verdad”, explicó la doctora en Educación Verónica Zorrilla, quien trabaja en la Red Global de Aprendizajes de Ceibal. En este sentido, dijo la especialista en aprendizaje con tecnología y que fue durante 12 años maestra de aula, “la pandemia fue un escenario propicio para hacer realidad muchas ideas que siempre se veían obstaculizadas por resistencias del estilo: “Si todos los niños no tienen computadora, no trabajo”, o “la computadora solo sirve para resolver deberes...”.
Las resistencias como tal, aclaró Zorrilla, “no son malas, a veces sirven para profundizar el debate, pero es un hecho que las plataformas tecnológicas se usan más y que los docentes se interesan cada vez más”.
Cuando inició el Plan Ceibal, hace casi 15 años, y Uruguay se convirtió en el primer país en avanzar en la aspiración de una computadora por niño, existió cierta resistencia de algunos maestros que decían que no estaban formados para eso o que se perdería el contacto humano. Eso, entiende Zorrilla, se fue superando, se quintuplicó el número de docentes que se forman en la Red Global de Aprendizajes “y poco a poco estos fueron interesándose en generar aprendizajes más allá de lo que estaban acostumbrados”.
En concreto, durante la pandemia hubo dos apuestas de Primaria que, según la inspectora Rissotto, llegaron para quedarse: la gamificación (aprendizaje en base a juegos) y la clase invertida. Esta última es cuando el docente plantea algunos desafíos y los estudiantes, solos y fuera de horario, investigan e intentar resolver los desafíos. Algo así como que la clase ocurra fuera de la clase y sin una maestra guiando.
Rissotto concluyó que “la idea es que las tecnologías no aumenten las brechas escolares. Tampoco la idea es que sustituyan lo humano, sino que lo potencien”, porque “no hay nada más humano que la oportunidad que da la tecnología de trabajar con cada niño de forma individual”.