El gobierno actualizó esta semana la reglamentación del funcionamiento de las universidades e instituciones privadas, un paso que el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, había adelantado a El País días atrás. La nueva normativa incorpora una regulación sobre la educación virtual, pone otras exigencias a la llegada de universidades extranjeras, elimina el requisito de que docentes extranjeros tengan un “dominio solvente de español”, entre otros cambios.
La reglamentación, firmada por el presidente Luis Lacalle Pou el pasado martes, “moderniza” la regulación, que data de 2014, lo que permitirá “abrir un poco al mundo el sistema universitario” y dejar al Uruguay con una “gran oportunidad” de convertirse en un “hub universitario regional”, había dicho Da Silveira el 9 de noviembre.
Con este paso, que entrará en vigencia 45 días después de su aprobación, está cada vez más cerca la apertura de una sede regional de la École Central de Ingenieros, tal como informó El País meses atrás, una prestigiosa escuela profesional francesa, que mostró su voluntad de aterrizar en Uruguay, y que con la normativa previa no podía instalarse. El centro de estudios tuvo conversaciones con Udelar y UTEC en búsqueda de socios locales, y también pagó un estudio de mercado regional para conocer los potenciales alumnos.
La nueva reglamentación exige a las universidades privadas que busquen instalarse en el territorio que impartan al menos una carrera de grado o posgrado entera de manera presencial en Uruguay, en una sede acorde a las tareas que se buscan desarrollar.
Esto supone contar con un programa completo, que incluye un plantel de docentes, funcionarios, una biblioteca y otras áreas. “No es mandar cosas del exterior y funcionar en un garage. Si estás pensando en instalarte en Uruguay, tenés que hacerlo serio”, graficó una fuente del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) a El País.
Otro aspecto de la nueva normativa es que distingue la educación virtual sincrónica y asincrónica, con ciertos límites para obtener el reconocimiento del MEC. “No se reconocerán carreras que tengan más de un 33% del total de horas en modalidad virtual asincrónica”, esto es de interacción a distancia y no simultánea, se expresa en la nueva reglamentación. En el porcentaje restante pueden ser presencial o sincrónico, a distancia y en tiempo real.
El espíritu de la nueva normativa es contemplar la educación virtual, porque “sería absurdo oponerse a la tendencia”, coincidieron fuentes del MEC, pero al mismo tiempo regular para dar “garantías de calidad” de los cursos terciarios y universitarios privados. Desde el ministerio marcaron que esto busca revertir las carreras de “mala calidad”.
El decreto de 2014, que tuvo ciertos cambios puntuales, dejaba fuera de control la educación virtual. De hecho, explicaron desde el MEC, las instituciones privadas ofrecen hasta ahora la modalidad por una “solución de emergencia”, que se activó en pandemia y se fue renovando. De esta forma, es la primera vez que se generó una normativa al respecto, sobre todo para poner “salvaguardas”, que si no se regula, puede derivar en “serios problemas de calidad”, añadieron los informantes.
Por otro lado, la nueva normativa elimina el inciso H del artículo 15, del decreto 104/14, que reglamenta el decreto ley 15.661, el cual exige que “la mayoría absoluta del personal académico deberá estar integrada por ciudadanos naturales o legales, o residentes en el país por un lapso no inferior a tres años, con un dominio solvente del idioma español”.
Con la normativa previa, si una universidad privada uruguaya contrataba a un premio Nobel a que se instale aquí para dar cursos, y este no hablaba español y solo en inglés, por ejemplo, las actividades “no podían ser reconocidas por el MEC”, indicó una fuente ministerial. Quien añadió que va “en contra” de las “prácticas universitarias actuales” en el mundo.
Otro de los aspectos vinculados a este cambio es que “cada vez es más frecuente” la circulación de docentes e investigadores, un efecto deseable porque “enriquece” la vida universitaria. Sumado a que es cada vez más común que las universidades ofrezcan cursos a docentes extranjeras, en otras lenguas que la nativa de un determinado país.