Por Agustín Magallanes
Secundaria resolvió ayer designar a las inspectoras Isabel Taylor y Paola Delgado como directoras del Liceo 35 (IAVA) tras el sumario con separación del cargo y retención de haberes por seis meses a Leonardo Ruidíaz por haber cometido una presunta falta administrativa, según supo El País. Las fuentes indicaron que ambas comenzarán a trabajar desde hoy.

Además de Taylor y Delgado, se mantuvo como subdirectora del turno diurno a Alondra Muracciole, y fue designada Cecilia Vidal como subdirectora del turno nocturno. Las cuatro funcionarias integran el nuevo equipo de dirección, denominado Grupo de organización y gestión pedagógica del Liceo 35.

Este paso fue tras una elección virtual para el cargo de dirección en que “no hubo aspirantes que cumplieran con las condiciones para ejercer el cargo”, informó Secundaria. Al estar acéfalo el cargo de dirección del IAVA, las inspectoras pueden asumir porque están en un cargo de superior jerarquía, explicaron fuentes.

Esta situación ocurrió luego de haberse agotado todo el procedimiento de elección. El martes hubo un llamado para el cargo al que no se presentó ningún docente. Lo mismo pasó que ayer, según supo El País. Los sindicatos educativos resolvieron días atrás que ningún profesor se presente al puesto, lo que finalmente terminó ocurriendo.

En la mañana de ayer los estudiantes tenían previsto ocupar el liceo. Los alumnos aseguraron que no pudieron ingresar ya que el centro amaneció cerrado por orden de las inspectoras. Secundaria puntualizó que las funcionarias tenían previsto abrir pero se “vieron imposibilitadas” de hacerlo por el bloqueo de un grupo de alumnos y una docente.

Sobre las 14.30 una inspectora abrió el liceo y a partir de allí se produjo la segunda ocupación por parte de estudiantes en una semana. A diferencia de la primera, esta vez se concentraron dentro del centro. Docentes del IAVA acompañaron a los alumnos en la escalinata.

A las 18 horas comenzó una reunión de padres también adentro. Poco después llegó la Policía para desalojarlos. Pidieron a las autoridades unos minutos para que culminara la reunión en el liceo. Una vez se que retiraron del centro, los alumnos multiplicaron sus críticas por la medida.

Una de las inspectoras que estuvo adentro del IAVA salió directo a hacer una denuncia policial. Según supo El País, dijo que los estudiantes le indicaron que solo podía ir al baño.