Por Agustín Magallanes
Italia tomó hace un mes una medida que generó debate y podría derivar en cambios a nivel nacional. El Ministerio de Educación del país europeo emitió una circular que “prohíbe” el uso del celular durante las clases en escuelas por ser “un elemento de distracción propio y ajeno y de falta de respeto a los docentes”. Con esta determinación, aclaró el ministro Giuseppe Valditara, “no estamos introduciendo sanciones disciplinarias, nos estamos refiriendo a un sentido de responsabilidad”, y de “restituir la autoridad” docente. La excepción que se fijó es el uso con “fines educativos”, con previa autorización del docente.
“El interés común que pretendo perseguir es el de una escuela seria, que vuelva a poner en el centro el aprendizaje y el compromiso”, declaró Valditara. Para dar este paso, tomó en cuenta un informe del Senado italiano de junio de 2021 que compara el uso del celular en los más jóvenes con la cocaína. “Vas a la escuela a estudiar, no a chatear”, insistió el ministro italiano.
¿Qué pasa en Uruguay? La última vez que se tomó una definición al respecto fue hace casi 12 años cuando el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) aprobó un reglamento de uso de celulares con impacto en docentes y alumnos para “evitar el distorsionamiento en el desarrollo de las clases”.
En la circular 21, de marzo de 2011, se determinó que “durante los periodos de clase los teléfonos celulares de maestros y alumnos deben permanecer apagados”. Además, se permitió a los alumnos el encendido de celulares durante el recreo “por si familiares tienen urgencia en realizar alguna comunicación”. También se dispuso que deben estar a disposición de los “alumnos o familiares de estos” los teléfonos de línea para “comunicar asuntos de urgencia en todo el horario escolar” y que cuando no haya telefonía fija, como ocurre en zonas rurales, se deberá dar cuenta del celular que brinda el CEIP para esos casos. Este último aspecto fue actualizado por la circular 28, de abril del mismo año.
Consultada al respecto, Olga de las Heras, subdirectora de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria, declaró a El País que el uso de los celulares en aulas es un tema de “preocupación y ocupación”. Por este motivo, la reglamentación será evaluada a la brevedad a la interna de esta dirección -primero con inspectores- para ponerse “a tono” con el contexto actual.
De las Heras puntualizó que el celular ha sido un “aliado importante” que tuvieron los maestros y alumnos durante la pandemia, por lo que analizarán si habría una opción de reglamentar un “buen uso” de los dispositivos en las aulas, es decir con fines académicos.
Consultada sobre la medida italiana, De las Heras se mostró en contra de seguir con la prohibición total en aulas. “No todo es malo, ni todo es bueno; hay que buscar el punto medio de regular lo que tenemos”, dijo, en referencia al uso extendido de celulares que ha habido, a partir de diferentes edades. “Frente a eso, no podemos cerrar los ojos y decir ‘no, celulares no’”, aseguró.
Además, reconoció que los celulares en ocasiones se usan en las aulas “y no con un fin didáctico”, por lo que llamó a tener un “control” sobre eso porque provoca la dispersión del alumno, entre otros efectos.
Pensando en la idea de una nueva reglamentación, llamó a comenzar un trabajo “colaborativo” entre las familias, la institución y los estudiantes. Y puso hincapié “no solamente en lo punitivo, la prohibición, el castigo; sino en mirar esto desde el punto de vista educativo”, para determinar “los pro y contra”.
En otros subsistemas, como en Secundaria, no hay una reglamentación específica, confirmó a El País el consejero del Codicen Juan Gabito. De esta forma, si el docente entiende que es un elemento distorsivo -este u otro dispositivo electrónico- tiene la facultad para “impedir” su uso, pero si lo considera una “herramienta de aprendizaje” sí lo puede habilitar, explicó.
De las Heras adelantó que buscarán trasladar al Codicen este asunto para su discusión. La consejera electa por los docentes en ese ámbito, Daysi Iglesias, remarcó a El País que es “un tema que se impone” por lo que impulsará el análisis de la reglamentación del uso del celular en todos los niveles educativos. Esto básicamente por tres motivos: la “seguridad y protección del estudiante”, el “seguimiento de los cursos y diferenciación del tiempo ocio y trabajo” y el “manejo adecuado de las herramientas de redes y comunicación social en todos los planos, incluyendo el plano académico”.
Alerta por el “impacto de tecnología en alumnos”
El Ministerio de Educación italiano nombró en la circular del 20 de diciembre pasado el informe de la Cámara de Senadores local “sobre el impacto de la tecnología digital en los estudiantes, con particular referencia a los procesos de aprendizaje”.
Allí se destacó, agregó el ministerio, “los efectos nocivos del uso continuado de teléfonos celulares, incluida la pérdida de capacidad de concentración, memoria, espíritu crítico, adaptabilidad, capacidad dialéctica”.