El representante electo por los docentes en el Consejo Directivo Central (Codicen), Julián Mazzoni, aseguró que el documento preliminar que propone una reforma del bachillerato surge de “urgencias político-partidarias, no solo las de Robert Silva”, titular de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).

El plan, que está siendo revisado, está “bastante menos acabado” que el de Educación Básica Integrada (EBI) y “no hay forma de arreglarlo”, manifestó el consejero en diálogo con El País.

Mazzoni es contrario al sistema por competencias -que rige en toda la reforma- bajo el entendido de que “se pierde la identidad de las asignaturas”, lo que “implica perder contenido” y, por ende, menor “profundidad”.

Además, dijo que el plan fue realizado “con mucho apuro”, y que hay “muchos cabos sueltos” por lo que estimó que se van a “desdibujar mucho más” los objetivos planteados en el diseño del EBI.

A su vez, Mazzoni lamentó que el plan no presenta la misma cantidad de datos para primero, como para segundo y tercero; así como que “no tiene” los programas, ni el reglamento de evaluación y pasaje de grado, cuando “faltan unos meses para que sea la elección de horas” docentes y el comienzo previsto de esta reforma.

Mazzoni, además, prevé que en este contexto habrá “más movilización” y “reacción” por parte de los docentes y estudiantes de bachillerato porque “la alarma es mayor”.

“Hay que pensar en recuperar el terreno hacia adelante”, manifestó, bajo el entendido de que “no puede seguir” esta reforma. E incluso planteó que se la debe “suspender”.

Por como está redactado el plan y el “nivel de incertidumbre”, agregó que no están dadas las “condiciones” para que se aplique la reforma en primero de bachillerato en marzo de 2024, como prevén las autoridades.

“Han logrado, por mayoría, imponer una transformación pero no han tenido el apoyo económico para poder llevarlo adelante”, apuntó el consejero.

El consejero en nombre de los docentes llamó a que la autonomía de ANEP “se exprese de mejor manera” y planteó que se debería alcanzar “algún mecanismo que permita más participación” de los profesores y también de otros sectores.

Por último, Mazzoni remarcó que los cambios requieren de debates de “mucho tiempo”, en un Congreso Nacional de la Educación por ejemplo, para luego arribar a un plan que reúna mayores consensos.