Los estudiantes del Liceo Dámaso Antonio Larrañaga realizaron ayer una ocupación del centro educativo en reclamo de mejoras edilicias y respuestas ante situaciones de inseguridad. La medida fue mantenida hasta que acudió la fuerza de choque del Ministerio del Interior para realizar el desalojo, luego de que los manifestantes se negaran.
Los uniformados no desplegaron el protocolo de desalojo por la fuerza, ya que los estudiantes decidieron retirarse de la institución de forma previa.
Los jóvenes querían enviar un mensaje y así lo hicieron notar a los medios de prensa en el lugar. “Vamos a mantener la ocupación hasta que venga la fuerza de choque y ahí nos retiramos en forma pacífica”, adelantaban los voceros del gremio durante la tarde de ayer.
Por esto, cuando los oficiales de Policía se acercaron a la institución con una orden de desalojo los estudiantes aseguraron que mantendrían la ocupación.
“No levantamos ahora la medida y además estamos comiendo guiso”, ironizó uno de los estudiantes que ocupaban el centro frente a las autoridades policiales.
Su objetivo era generar un impacto llevando la ocupación hasta el límite, luego de que las autoridades de Secundaria y del Codicen se negaran a acercarse a la institución para intercambiar sobre sus reclamos.
El camión con oficiales de la Guardia Republicana arribó hasta las inmediaciones del centro educativo y allí se mantuvo hasta que salieron los estudiantes.
La plataforma de los estudiantes incluye varios puntos que señalan problemas edilicios en la institución -como por ejemplo la falta de accesibilidad para personas con discapacidad al segundo piso del lugar- hasta situaciones de inseguridad que se dieron en el último tiempo.
Según relataron a El País voceros del liceo, días atrás se dio el pico máximo de tensión cuando un grupo de personas ajenas al centro ingresaron a golpear a un estudiante.
El joven buscaba escapar de que lo robaran, pero sus atacantes lo persiguieron hasta el centro educativo y lo golpearon el piso del hall. Luego salieron del lugar y desde afuera tiraron piedras a las ventanas que provocaron la ruptura de vidrios.
Esa misma noche, un grupo de personas ingresó al liceo y robó la cantina del centro.
Desde Secundaria se indicó en las últimas horas de ayer a la dirección del centro que se reforzarán las horas de guardia en la entrada del centro y se dispondrán horas para que una psicóloga trabaje con los estudiantes.