Desde hace tiempo ya que distintos gobiernos vienen buscando que se lleven a cabo cambios en las cantinas de los centros educativos, impulsados por la preocupación por el nivel de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes. Esto llevó a que se realizaran modificaciones normativas, las que incluyen también la fiscalización de las instituciones. Sin embargo, de acuerdo con un relevamiento del Ministerio de Salud Pública (MSP), en el 93% de las cafeterías aún se venden alimentos que no son los recomendados.
La implementación de los cambios ha sido de manera paulatina y se llegó al punto de que hoy no pueden venderse productos que no sean parte del listado de alimentos recomendados para ofrecerles a los niños y adolescentes. Esto es así desde el 1° de enero de este año, de manera que cuando se hizo este relevamiento -entre agosto y diciembre de 2023- muchos de los productos eran permitidos, mas no recomendados por la cartera.
Hoy ya no pueden comercializarse productos con octógonos -que indican que hay exceso de sodio, azúcares, grasas y grasas saturadas. Ya antes se había prohibido la publicidad de estos artículos -como ser cartelería-, y se desarrollaron políticas para una mejor nutrición de esta población.
El análisis se hizo sobre 150 centros educativos que fueron seleccionados de forma aleatoria. Ahí encontraron que en el 93% de los que tenían una cantina había alimentos no recomendados por el MSP. Así lo indica el informe de la cartera al que accedió El País, donde se explica que estos productos son los que tienen octógonos, pero también aquellos que por su perfil nutricional no pertenecen a su listado. Estos pueden ser alfajores, golosinas, refrescos, sándwiches, jugos azucarados, snacks, bizcochos, tortas fritas, entre otros.
En pocas palabras, el MSP describe que son “alimentos y bebidas no recomendados por su bajo valor nutricional, alto valor calórico y en nutrientes críticos”.
En el relevamiento de los alimentos y bebidas vendidos en los locales de los centros educativos se encontró que el 75% ofrecían sándwiches con fiambre y en el 68% bizcochuelos caseros y/o alfajores. Siguiendo con la lista, en el 60% había jugos azucarados, en el 55% agua envasada, y en el 52% frutas frescas. En el 49% vendían refrescos y/o bizcochos, en el 47% galletitas o escones caseros, y en el 46% golosinas.
En la mayor parte de los departamentos el 100% de los centros educativos con cantina relevados tenía alguno de estos alimentos no recomendados. Los únicos que tuvieron un porcentaje menor -aunque alto- fueron San José con 67%, Paysandú con 78%, Artigas con 86% y Canelones con 93%.
Al mismo tiempo cabe destacar que el 79% de los centros relevados en todo el país tenía alguno de los alimentos naturales o mínimamente procesados recomendados.
Estos son, según se indica en el informe, “frutas frescas, enteras o mínimamente procesadas que no contengan azúcares añadidos; frutas deshidratadas, sin azúcares añadidos; licuados de frutas sin agregado de azúcares; frutos secos y semillas que no contengan azúcares, sal ni grasas añadidas, no fritos; leche entera o descremada; agua potable, con o sin gas”.
En 10 departamentos todas las cafeterías tenían estas opciones, mientras que en los nueve restantes había alguna sin ninguno de los alimentos naturales o mínimamente procesados recomendados.
En Salto, solo el 33% de las cantinas tenía estos productos, porcentaje que subió al 40% en Durazno. Le siguieron Florida y Flores con el 50%, Paysandú con el 67%, y Soriano y Treinta y Tres con el 75%. Por último, en Tacuarembó era el 80% en el período que se relevó.
Sin autorización
Una ley prohibió la publicidad, promoción o patrocinio en los establecimientos educativos de aquellos grupos de alimentos y bebidas que no estén incluidos en el listado de alimentos recomendados del MSP. Y en este relevamiento se encontraron con incumplimientos a la normativa en un 25% de los centros visitados.
Las dos maneras de patrocinio que se registraron en mayor medida, dice el informe, fueron la “exhibición y visibilidad de alguno de los productos no recomendados, en un 20% de los establecimientos visitados, y la presencia de afiches y carteles publicitarios en un 11%”.
Ya en un nivel menor, en un 5% se encontraron actividades educativas con promoción de alimentos no recomendados, y en un 4% salidas didácticas o paseos a empresas que realicen alguno de estos productos -más allá de si se los entregan a los alumnos o no. Por último, no se encontró que se hicieran “anuncios de productos no recomendados en películas o videos que se proyecten en los centros de estudio, o en los contenidos, juegos y programas en el Plan Ceibal”.
Cabe recordar que el relevamiento es previo a que se le prohibieran a los centros educativos vender productos que estén por fuera del listado, una medida que ha tenido rechazo desde el sector industrial y parte de las cantinas.
Panorama en Uruguay
En Uruguay hubo un 11,5% de niños menores de cinco años con sobrepeso en 2022, cifra que supera el promedio regional de 8,6%. Así lo indica Unicef en su informe “Crece la ola de sobrepeso en la niñez”, de agosto.
Ese estudio, además, arrojó que la prevalencia de sobrepeso en niños y adolescentes es de 33,4%, cuando el dato mundial es de 18,2%.
La ley 19.140, a la que hace referencia el informe, es de 2013 y tiene la “finalidad proteger la salud de la población infantil y adolescente que asiste a establecimientos escolares y liceales”.
En la Rendición de Cuentas que se votó en 2020 se le añadió a esa ley la prohibición de venta de productos por fuera del listado del MSP, algo que comenzó a funcionar a partir de enero de 2024.
La prohibición tuvo una extensa discusión en el Parlamento, donde la Cámara Industrial de Alimentos (CIALI) planteó sus reparos, siendo uno de ellos que el “camino debería ser educar e informar desde la infancia, pero no prohibir”.
Desde la Cámara de Cantinas de Espacios Educativos del Uruguay, por su parte, señalaron la dificultad de reconvertir el negocio y alertaron por el cierre de varias cantinas.
El relevamiento del MSP busco ver qué se vende, si hay promoción de alimentos no recomendados y evaluar el acceso a agua potable.
Para diabéticos y celíacos, y la “necesidad de restringir” la venta
El Ministerio de Salud Pública (MSP) relevó la cantidad de centros educativos que tenían alimentos para celíacos y diabéticos, cuando a estos asistían estudiantes con alguna de estas dos enfermedades.
En el primer caso, el de la celiaquía, se encontró que un 45% de las instituciones tenía productos aptos. En el segundo, el de la diabetes, el porcentaje fue similar: 44%.
Por otra parte, se halló que se disponía de “acceso al agua potable por diferentes medios (canilla o bebedero, dispensador de agua envasada, pozo) en un 89% de las instituciones relevadas”.
En una ordenanza de 2022, el MSP indica que es “importante que se fomente el consumo de agua exclusivamente, evitando la promoción para el consumo de cualquier otro tipo de bebidas industrializadas: como refrescos, aguas saborizadas y jugos azucarados”.
El MSP, en las conclusiones de su informe, al que accedió El País, dice que “se entiende necesario asegurar que en los centros educativos la oferta de alimentos se oriente a la protección y promoción de la salud, y restringir la comercialización de alimentos no recomendados y su publicidad, prácticas que aún persisten, como se evidencia en los resultados del monitoreo”.
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