El profesor de Física y extitular de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes) fue el elegido por el gobierno de Yamandú Orsi para estar al frente de Secundaria. En entrevista con El País, el docente remarcó que buscará “mejorar las condiciones de aprendizajes de los estudiantes y las condiciones de enseñanza”, para lo cual entiende que es central “darle voz a los docentes”, en diferentes niveles. Tras presentar críticas a la llamada Transformación Educativa que impulsó el gobierno de Luis Lacalle Pou, Manuel Oroño adelantó que buscará dar la más amplia participación a los docentes para que den “una guía” de los “cambios”.

-Además de profesor, es integrante de Fenapes. ¿Usted será el vocero del sindicato docente en este nuevo cargo?

-No. No puedo negar mi pasado sindical, pero mi rol será desde otro lugar. No voy a ser estrictamente representante sindical. Entiendo que las preocupaciones que tienen hoy los docentes sindicalizados también son las mías.

-¿Cuál es su principal preocupación en Secundaria?

-Mejorar las condiciones de aprendizaje de los estudiantes y las condiciones de enseñanza. Precisamos que los docentes tomen la palabra en esto, que son los que cotidianamente están con los estudiantes.

-Los sindicatos han criticado la “burocracia” que asocian a la reforma educativa…

-Los docentes hoy están sobreexigidos para realizar tareas administrativas burocráticas que tienen que ver con el llenado de planillas, con dar cuenta a las autoridades de lo que hacemos en el aula. Y eso impacta en que quita tiempo para la tarea pedagógica.

-Unicef marcó que hay un “problema grave” de ausentismo. ¿Qué se debería hacer para revertir esta situación?

-Tenemos un problema de ausentismo real de estudiantes. No están identificadas las causas específicamente y eso es un estudio que habría que hacer. Evidentemente, es un tema que tenemos que atacar.

-¿En qué acciones piensa?

-El presidente Orsi hizo un compromiso con tres ideas. Una es aumentar las becas, no solo en cantidad sino en monto, que permitiría que más alumnos asistan regularmente.

Foto: Leonardo Mainé/Archivo El País.

-¿Qué puntos sumaría?

-La extensión de tiempo pedagógico. Tiene que ir acompañada de docentes que estén en ese tiempo extendido, pero no dando lo mismo. No más clases de matemática, sino, por ejemplo, educación física, expresión artística o robótica.

-¿Y el tercer punto central?

-El acompañamiento de las trayectorias educativas. Tiene que haber docentes que estén acompañando a la institución y a los alumnos en ese trayecto.

-El egreso liceal bajó en 2023. ¿Qué medidas tomaría para mejorar la situación?

-Aspiramos a que todos los estudiantes que ingresen al liceo, estén durante el trayecto y egresen de la mejor manera posible, y que puedan empezar a construir su proyecto de vida en esa etapa tan importante. No hay magia, tenemos que pensar líneas de acción.

-¿A cuáles se refiere?

-Una de las primeras medidas que vamos a hacer es el relevamiento de la infraestructura edilicia de todos los liceos. Si queremos que los alumnos alcancen los logros para egresar, tenemos que ofrecerles la posibilidad de hacerlo, y para eso necesitamos que los centros estén en condiciones.

-¿En qué otro punto piensa?

-Tenemos que darle voz a los docentes para poder construir esa diversidad de herramientas para mejorar la enseñanza. Eso implica mejorar los aprendizajes y lograr los egresos, pero no hay un plan único. Y tenemos que mejorar las condiciones de trabajo de los docentes y repensar las tareas de la docencia indirecta.

-En 2025 hay pruebas PISA. ¿Qué expectativas tiene?

-No tengo una expectativa mayúscula, ni mucho menos, de que sea muy diferente a lo que se ha dado. Entre otras cosas, porque tampoco cambió el fondo de la educación secundaria en estos años.

-¿Está a favor de quitar la exigencia de ir a clases para tener la asignación familiar, como evalúa el gobierno?

-No puede ser una contraprestación per se. No hay una mejora social simplemente con un premio castigo, ‘si venis te doy plata, sino no’. Si se confluyen las políticas sociales de asignación con las políticas educativas que hablan con la familia, no como exigencia, sino como convencimiento de lo importante que es que sus hijos asistan, se hace una tarea pedagógica y no una fiscalización pura y dura, como hizo el gobierno anterior.

-¿No cree que se puede pensar que se da dinero sin exigir lo básico, que es ir a clases?

-Si la política social se limita a pedir la exigencia, no se está haciendo la tarea pedagógica que se tiene que hacer. Tienen que darse las dos cosas.

-¿Se ven situaciones de hambre en los liceos?

-No estaría en condiciones de decirte porque tendría que hacer una recorrida por el territorio. Pero Secundaria le da de comer hoy a unos 11.000 estudiantes en todo el país.

-¿Cómo se trabajará la violencia en los centros?

-Las mesas de convivencia ciudadana, por ejemplo, daban un resultado interesante que se podría profundizar porque se necesita una comunidad segura y la educación es parte de eso. La idea es mantener vínculos con el Ministerio del Interior, el Ministerio de Salud Pública y las intendencias para lograr una mesa de diálogo en territorio que tenga capacidad de resolución.

-¿Se debería ir por un uniforme general, para desarrollar una identidad?

-La idea es que los territorios generen la necesidad y, eventualmente, lleguen a acuerdos. Tenemos que lograr articular una vestimenta, que no caiga en un uniforme. Tenemos que escuchar bastante a los jóvenes para que influyan en la política educativa.

-Si alumnos del IAVA piden reubicar el salón gremial donde estaba antes, ¿Secundaria se lo va a dar?

-Vamos a impulsar que cada institución acuerde con sus estudiantes y docentes la forma que va a trabajar. Por lo tanto, no vamos desde la dirección general a decir “no haga esto”.

-¿Cambiaría los planes de estudio, la malla curricular y otros puntos de la reforma?

-Pensamos en abrir los canales más amplios de participación que impliquen la evaluación cotidiana de la transformación educativa para que los docentes puedan dar una guía de dónde vamos a hacer los cambios.