Redacción El País
De la presentación de los resultados de las pruebas PISA 2022 se desprende que aumentó la cantidad de alumnos de ciclo básico en Uruguay que creen que asistir al liceo "es una pérdida de tiempo".
En concreto, según los datos expuestos por las autoridades de la Educación, en la pregunta sobre la valoración del centro educativo, un 23% de los alumnos contestó que le parece que ha sido una pérdida de tiempo, frente al 13% que opinaba lo mismo en 2012.
Además, el 53% de los alumnos respondió: "el centro educativo ha hecho poco para prepararme para la vida adulta", cuando en 2012 era el 41% que pensaban así.
En tanto, bajó la percepción de que el centro educativo "enseña cosas que pueden ser útiles en un trabajo". Mientras en 2012 un 94% de alumnos contestó afirmativamente, en 2022 bajó al 71%.
Los padres uruguayos se involucran en la educación
Un dato que resalta en los resultados de las pruebas de 2022, comparando los resultados de Uruguay con el resto del mundo, es la participación de los padres en el aprendizaje de sus hijos.
Mientras que el porcentaje de padres que participaron en la escuela y el aprendizaje disminuyó sustancialmente entre 2018 y 2022 en muchos países/economías. Este no fue el caso en Uruguay.
"En 2022, el 15% de los estudiantes en Uruguay estaban en escuelas cuyo director informó que durante el año académico anterior al menos la mitad de todas las familias discutieron, por iniciativa propia, el progreso de sus hijos con un maestro (y el 24% por iniciativa del maestro)", apuntan los resultados.
En 2018, la cifra correspondiente fue del 15% (y del 27%). Los sistemas que tuvieron tendencias más positivas en la participación de los padres entre 2018 y 2022 tendieron a mostrar un desempeño más estable o mejorado en matemáticas.
Equidad: nivel socioeconómico y estudiantes resilientes
Entre los datos difundidos por la OCDE, también se puede distinguir cómo influye el nivel socioeconómico en el desempeño de los estudiantes. El gráfico a continuación muestra el porcentaje de variación atribuible al estatus socioeconómico y el promedio de puntaje que sacó cada país en matemáticas. Si la relación entre el estatus socioeconómico y el desempeño de los alumnos es alta, eso habla de un sistema menos justo. Es decir, que cuanto menor sea el porcentaje de variación, mayor es la equidad socioeconómica.
En promedio en los países de la OCDE en 2022, el estatus socioeconómico de los estudiantes representa una parte significativa de la variación en su desempeño en PISA; el 15% de la variación en el rendimiento en matemáticas dentro de cada país está asociado con el nivel socioeconómico. En el caso de Uruguay, el porcentaje es un poco mayor: el 17,9%.
Los estudiantes académicamente resilientes se definen en PISA como "estudiantes que se encuentran en el cuarto inferior del índice PISA de estatus económico, social y cultural (ESCS) en su propio país/economía, pero que obtuvieron una puntuación en el cuarto superior en ese país/economía". Se los considera resilientes porque, a pesar de su desventaja socioeconómica, han alcanzado la excelencia educativa en comparación con los estudiantes de su propio país.
En Uruguay el porcentaje está por encima de la media de OCDE (10,2%), con un 10,4% de estudiantes resilientes.