Reforma educativa: así funcionarán escuelas y liceos desde marzo de 2023

Habrá menos repetición, nuevas asignaturas y se eliminan los exámenes.

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La tan mencionada reforma educativa, uno de los buques insignia del gobierno de Luis Lacalle Pou, finalmente comenzará a regir en marzo de 2023. Los cambios se implementarán en Educación Inicial (de tres a cinco años), en 1° y 2° de Primaria y en 7°, 8° y 9° (que hasta ahora son 1°, 2° y 3° de Secundaria). En este sentido, la reforma se implementará en el primer y tercer ciclo del Plan de Educación Básica Integrada (EBI).

Este plan -organizado en ciclos y tramos en lugar de en años- lo que busca es flexibilizar la enseñanza para que la educación sea más inclusiva y centralizada en el ritmo de aprendizaje de cada alumno. Es un cambio de enfoque para que los años lectivos ya no funcionen de manera compartimentada, sino que las asignaturas y los docentes cooperen entre sí para el beneficio del estudiante.

De todas formas, en los “Cara a Cara” que organiza la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y protagoniza el presidente del organismo, Robert Silva, hay padres que alzan sus brazos para preguntar en qué va a cambiar la dinámica cotidiana en la escuela o el liceo de sus hijos. Porque si bien se ha explicado la teoría de la transformación educativa, aún existen interrogantes sobre cuáles serán los cambios prácticos que habrá en los centros. A continuación se detallarán cada uno de ellos.

1. Clases. La mayor autonomía de los centros, otro de los puntos centrales de la reforma, generará que en 2023 directores y docentes puedan evaluar si se cambia el funcionamiento del aula. La realidad es que, mientras que se respete el programa educativo, los docentes podrán planificar las clases de manera diversa de acuerdo al contexto de la escuela o el liceo.

En el caso de Primaria, las maestras podrán decidir rotar en las aulas -dependiendo de si una tiene más conocimiento en las ciencias sociales y otra más en las matemáticas- o también podrá haber más de una maestra dando clases.

La manera de enseñar cambia en todos los grados. “En vez de que el docente se focalice en el contenido concreto que se enseña, ahora pensará en lo que el niño sabe hacer”, explicó a El País Adriana Aristimuño, directora de Planificación Educativa. Es por eso que el foco está puesto en que el estudiante sepa resolver problemas de la vida real y para ello las pruebas tendrán más ejercicios que preguntas de memoria.

“Eso se venía dando antes, pero dependía de la escuela o el maestro y ahora lo que se prescribe es que sean todos los maestros los que enseñen de esta forma, y para eso habrá formación”, dijo Aristimuño.

En el caso de 7°, 8° y 9°, el gran cambio es en relación a lo que los docentes van a hacer en las clases. La modificación de nombre no implica que el estudiante permanezca en la escuela hasta 9°, continuará pasando al Liceo una vez que termine 6° de escuela, pero se llamará 7° grado en lugar de 1°.

La idea con este cambio es que haya mayor continuidad en lugar de que el cambio entre Primaria y Secundaria sea brusco. Los profesores de 7° harán una mayor referencia a lo que los estudiantes aprendieron en 6° al tratar las asignaturas y también continuarán con el proceso educativo apuntado a que los estudiantes adquieran competencias, como sería el pensamiento crítico.

2. Evaluación. Para el 2023 ya no habrá un carnet con escala de “regular” a “sobresaliente”, sino que las evaluaciones serán sobre las 10 competencias que el alumno debe adquirir. Estas son: competencia metacognitiva, competencia intrapersonal, iniciativa y orientación a la acción, comunicación, relacionamiento con los otros, pensamiento creativo, pensamiento crítico, pensamiento científico, pensamiento computacional y competencia en ciudadanía local, global y digital.

Cuando los padres reciban las calificaciones de sus hijos, la hoja tendrá un juicio de valor de los docentes para cada competencias. El maestro explicará qué es lo que el alumno ha hecho satisfactoriamente y en qué debería mejorar para el próximo carnet. Se pasa de una nota a un concepto.

Esta evaluación más personalizada irá acompañada en cambios de infraestructura porque se prevé que se instalen más salas de maestros en las escuelas urbanas. ANEP busca que las reuniones de docentes sean más frecuentes, si bien venían siendo una vez por semana en las escuelas de tiempo completo y una vez cada 15 días en las escuelas del programa Aprender.

En el caso de Ciclo Básico, se mantiene la evaluación tradicional del 1 al 12 en cada una de las asignaturas.

3. Repetición. Uno de los cambios más drásticos que se hará a partir de 2023 es que el alumno solo podrá repetir en 2°, 4°, 6° y 8°, es decir, al final de cada ciclo, tal como informó El Observador. Se identificará a aquellos estudiantes que tienen más dificultades de aprendizaje para ofrecerles acompañamientos específicos en lugar de hacerlos repetir el año.

En el caso de Educación Inicial (tres a cinco años), si bien las repeticiones eran excepcionales, a partir de 2023 se quitó la repetición para niños y niñas.

Otro de los grandes cambios en el pasaje de grado es que en 7°, 8° y 9° ya no habrá más exámenes. Los alumnos de 7° podrán pasar a 8° con algunas asignaturas todavía en proceso de aprobación, pero para cursar 9° sí es necesario llegar al seis como nota mínima. “Se le da más tiempo para que a su ritmo puedan llegar al nivel que se espera”, señaló Aristimuño.

4. Nuevas asignaturas. A partir de 2023, en Ciclo Básico habrá nuevas asignaturas que fusionarán algunas materias tradicionales. Una de ellas es Ciencias del Ambiente (naturaleza, sociedad) en la que se fusiona Geografía con Biología y la cual se dictará en 7° y 8°.

Para 9° se crearon tres materias: Comunicación y Sociedad (composición, lingüística y comprensión lectora), Mundo Contemporáneo (historia, cultura y política) y Formación para la ciudadanía (derecho con énfasis en derechos humanos), que antes era Formación ciudadana. Esta última asignatura además integrará contenidos que se veían en la materia de Orientación Vocacional.

En los tres años de Ciclo Básico hay dos materias que tienen la misma base, pero irán modificando el contenido. Estas son Ciencias de la Computación y Arte y se distribuyen de la siguiente manera: en 7° habrá Arte con énfasis en artes plásticas, en 8° estará Arte con énfasis en imagen y diseño, y en 9° se dictará Arte con énfasis en literatura. En el caso de Ciencias de la Computación, en 7° tendrá énfasis en alfabetización digital, en 8° estará enfocada en tecnologías digitales y en 9° se centrará en programación.

En total, habrá 11, 12 y 13 materias en cada año -respectivamente-, incluyendo el taller optativo.

5. Talleres y proyectos. La reforma educativa también trae consigo el concepto recurrente de proyectos y talleres. En el primer caso, tanto en la escuela como en el liceo, los docentes empezarán a diseñar proyectos interdisciplinarios.

Estos proyectos serán por ciclo, es decir que en marzo de 2023 habrá un proyecto que integrará a Educación Inicial y a 1° y 2° de escuela. Uno de estos proyectos podría ser, por ejemplo, relacionado a las ciencias ambientales, en el que se trabajarían las energías renovables, las plantas y la luz. El recurso o puesta en práctica de esto sería, por ejemplo, crear una huerta en conjunto.

Por otro lado, en 7°, 8° y 9° habrá talleres optativos y anuales. El estudiante deberá elegir entre un taller del área de las ciencias o un taller del área de las artes que se desarrollarán durante todo el año. En esos talleres participarán todos los docentes de cada área del saber, por ejemplo el profesor de Química en el taller de ciencias. Estos proyectos serán planeados en conjunto con la dirección.

Es probable que se dividan en dos y que haya profesores trabajando con cada mitad. La ANEP está haciendo un relevamiento de liceos para evaluar si se precisa infraestructura nueva, entre otras cosas, para que los grupos se puedan dividir en dos.

En el caso de la UTU, dado que se trabaja por talleres optativos, el cambio que trae la reforma educativa no afectará.

La coalición acordó salir de gira para defender la reforma educativa

El lunes pasado se llevó a cabo una reunión en la residencia presidencial de Suárez y Reyes en la que se acordó que los legisladores oficialistas saldrán a defender con más claridad la reforma educativa que está llevando adelante el gobierno. La idea es poder comunicar los cambios al común de la ciudadanía y salirse un poco del eje en que se encuentra hoy este debate, enfocado en el duelo entre las autoridades de la educación y los sindicatos, que ofrecen una dura oposición

Eso fue, en síntesis, lo conversado en el encuentro convocado por el presidente Luis Lacalle Pou y al que asistieron legisladores de todos los partidos de la coalición, el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, la vicepresidenta Beatriz Argimón y varios ministros, lo que incluyó, por supuesto, la presencia del titular de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, y la del presidente de la ANEP, Robert Silva.

Lacalle Pou entiende que, tanto esta reforma como la de la seguridad social, son dos de las “cartas ganadoras” de la gestión de gobierno. Según el presidente, están obligados al cambio porque los gobiernos anteriores no se decidieron a intervenir en los problemas.

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