La reunión era para, de alguna manera, reafirmar algo que muchos legisladores del oficialismo tienen en mente desde hace tiempo: defender con más claridad la reforma educativa que está llevando adelante el gobierno, lo que significa comunicarla al común de la ciudadanía y salirse un poco del eje en que se encuentra hoy este debate, enfocado en el duelo entre las autoridades de la educación y los sindicatos, que ofrecen una furibunda oposición.
Eso fue, en síntesis, lo conversado en el encuentro convocado ayer por el presidente Luis Lacalle Pou en la residencia de Suárez y Reyes, a la que asistieron legisladores de todos los partidos de la coalición de gobierno, el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, la vicepresidenta Beatriz Argimón y varios ministros, lo que incluyó, por supuesto, la presencia del titular de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, y la del presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Robert Silva.
El momento coincidió con el lanzamiento de una campaña de bien público que se inició con un primer video compartido en Twitter por el presidente y varios otros, que anunció la llegada “de la transformación educativa a las aulas”; y que eso supone “más oportunidades para los niños y los jóvenes de Uruguay”, en la que los estudiantes aprenderán “con planes y programas que motivan”, además de generar “herramientas para su futuro”. Es un breve clip que también enumera virtudes: tutorías y acompañamiento con horario extendido para alumnos de “contexto vulnerable”, el título universitario al que ahora podrán acceder los docentes y la autonomía que tendrán con estos cambios todos los centros educativos para enfocarse en sus propios desafíos.
Pero esto, según contaron a El País participantes del encuentro, será acompañado por una gira en el territorio que realizarán los dirigentes de la coalición gobernante en el verano, pues se esperará a que termine el año, y así ya haya pasado el mundial de fútbol que acaparará la atención pública entre fines de noviembre y gran parte de diciembre. “En febrero tenemos que estar todos defendiendo la reforma”, dijo un legislador.
En rueda de prensa al término de la reunión, Argimón, declaró que lo que se encuentra en ciernes no es sino “una campaña para comunicar aspectos de la transformación educativa que tiene que ver, básicamente con llevar adelante la información veraz, evitando falsos relatos”, y que esa es una tarea “indispensable”, porque está en juego una promesa central del programa de gobierno. El diputado colorado Ope Pasquet dijo en un mismo sentido que, sin perder el “respeto” a la oposición de los sindicatos, “la razón” la tiene el gobierno, que fue electo “para que se hiciera esto”.
“Querer hacer”
Al abrir la reunión, luego de hacer mención a las elecciones de Brasil, Lacalle Pou hizo especial énfasis en esta reforma porque, junto con la transformación del sistema jubilatorio, entiende que es una de las “cartas ganadoras” de la gestión de gobierno. Y entonces transmitió que, en este caso, con ambas reformas se da una sintonía perfecta entre “el deber hacer” y el “querer hacer”. Es decir, está la obligación del cambio debido a que -tanto en un caso como el otro- los gobiernos anteriores no se decidieron a intervenir en los problemas, pero como además las soluciones impactarán positivamente en el pueblo uruguayo, es algo que “conviene” políticamente.
Luego fue el turno de Da Silveira quien, en concreto, afirmó que el partido en cuestión se juega en “cuatro canchas”: la primera estaría ganada porque corresponde al cambio de gobernanza en la educación -la eliminación de los consejos desconcentrados- vigente desde la aprobación de la Ley de Urgente Consideración (LUC).
La segunda involucra la discusión presupuestal y la necesidad de contradecir lo que, para el gobierno, es una afirmación falaz: que hubo un “recorte” en los recursos destinados a la educación, como aseguran los sindicatos y el Frente Amplio.
Como tercera cancha el ministro aludió al “cambio en la currícula” y, por último, destacó la capacitación de los docentes.
A su turno, Silva hizo una exposición similar a la que hace en los “cara a cara” con distintas comunidades educativas en distintos puntos del país. Inició su presentación con la pregunta retórica que interroga si todo debería seguir “como está” y, para demostrar que no, recordó los malos resultados de las pruebas PISA, así como el alto índice de deserción y de repetición que no admiten demora.
Luego, al momento del intercambio con los legisladores, fue cuando se concluyó que había que salir al territorio a defender la reforma, tal como en su momento se hizo con la LUC. Esa fue una comparación que hizo el senador blanco Sebastián Da Silva, quien habló en términos similares a los manejados por su par Jorge Gandini.
Los colorados, en la voz de Pasquet y el senador Germán Coutinho, también tomaron la palabra para resaltar la importancia de “profesionalizar” la comunicación mantenida hasta ahora con la opinión pública -según palabras del diputado- y de trabajar en una “estrategia” específica para “acercar el tema a la gente”, de acuerdo a lo manifestado por Coutinho.
El presidente, convencido de que la ciudadanía acepta la reforma, cerró con un mensaje transmitiendo optimismo.