SINGULAR REGRESO A LOS SALONES
Este comienzo del año lectivo, con emergencia sanitaria mediante y tapabocas entre los “útiles” requeridos”, viene acompañado de incertidumbres y de seguridades.
Tras una última semana de vacaciones, los estudiantes regresarán a las clases. Este comienzo del año lectivo, con emergencia sanitaria mediante y tapabocas entre los “útiles” requeridos”, viene acompañado de incertidumbres y de seguridades.
La escuela es segura.
Cuando por la pandemia se cerraron los centros educativos, las autoridades recalcaron: la salud es lo primero. Más de 11 meses después, el postulado sigue vigente, pero la evidencia científica admite otra lectura. Como los niños enferman poco del COVID-19 y los menores de 10 años trasmiten el virus en menor proporción que los adultos, la recomendación del grupo de científicos que asesora al gobierno fue contundente: “Las escuelas son lo primero que se abren y lo último que se cierran”.
La Sociedad Uruguaya de Pediatría considera “fundamental que este año se retomen los cursos presenciales”. En esa misma sintonía, The New York Times encuestó a 175 pediatras y un 72% dijo que la extensión de la propagación del virus en una comunidad no es un indicador importante de si las escuelas deberían estar abiertas. En esa misma encuesta, los expertos dijeron que el tapabocas es la medida más eficiente y, en segundo lugar, la distancia entre los bancos.
La ANEP aprobó el jueves unas modificaciones en su protocolo sanitario: hasta el primer año de liceo y UTU (inclusive) se autoriza una distancia mínima de un metro. Y en los grados superiores también se admite si el riesgo epidemiológico del departamento es de nivel verde o amarillo según Harvard.
En resumen, la directora de Planeamiento de la ANEP, Adriana Aristimuño, enfatizó: “el regreso a clases es seguro”.
La falta de espacio.
El requisito de que haya una distancia mínima entre los bancos de los estudiantes hace que, en algunos centros educativos, haya que fraccionar los grupos.
Salvo en la mayoría de escuelas rurales -cuyos locales son amplios para pocos alumnos- y en las escuelas urbanas de tiempo completo, en el resto la convocatoria a clases ha sido descontinuada.
La ANEP se propuso que el comienzo del nuevo año lectivo sea mejor que el fin del año que acabó. Ese plan incluía que los directores llenaran un formulario advirtiendo sobre la falta de espacio para albergar a todos los estudiantes matriculados. Según datos preliminares a los que accedió El País, hasta ayer había 80 locales con falta de espacio (28 en Montevideo y el resto en el interior del país).
Los directores de cada institución propusieron una alternativa. Ahora los arquitectos de la ANEP están conociendo esos locales alternativos para dar su evaluación técnica.
Los locales que la Universidad de la República prestó a la ANEP ayudarían en parte. En el oeste de la capital, en cambio, la solución pasaría por salones municipales. Pero incluso teniendo todos los locales del mundo, Elbia Pereira, secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio, advirtió que, ante el fraccionamiento de los grupos, “la ANEP no prevé la contratación de más docentes” y “tampoco está previsto un traslado de los comedores”.
Desde la ANEP, sin embargo, responden que “si se muda un grupo, se muda entero”.
Buena inscripción.
Un 97% de los estudiantes confirmaron su inscripción para ingresar al liceo o UTU. Y la matriculación sigue abierta.
A una semana del comienzo de clases, las cifras de matriculados se mantienen en niveles prepandémicos y las autoridades están satisfechas con que el COVID-19 no haya incrementado significativamente la desvinculación para el nuevo año.
Hasta la Federación Uruguaya de Magisterio reconoció, en parte por la obra de los maestros comunitarios, el desempeño que tuvo la escuela uruguaya de revincular a los escolares y haber padecido cifras de abandono bastante inferiores al resto de Sudamérica.
Las inasistencias.
Previo a la emergencia sanitaria, las inasistencias de estudiantes y docentes era uno de los talones de Aquiles del sistema educativo uruguayo. La pandemia incrementó la baja presencia en las clases, con el agravante de que, en más de dos tercios del año lectivo pasado, la asistencia no había sido obligatoria.
El 1° de marzo vuelven las clases con asistencia obligatoria. La duda es si, efectivamente, los actores citados estarán en las aulas. Otra incertidumbre es cuántos estudiantes de educación media irán a clase los sábados.
La marcha del COVID-19 agregará faltas por enfermedad o aislamiento preventivo. Los docentes, por ejemplo, son unos de los primeros grupos que serán vacunados y cabe la posibilidad -ante algún síntoma leve- que se den inasistencias.
No solo eso: hay docentes y estudiantes que por presentar comorbilidades están exonerados de la asistencia presencial. La FUM pidió al Codicen que ponga una suplente en el aula y que el maestro titular haga solo el trabajo online (para que los niños puedan ir a clase). Pero fuentes de la ANEP explicaron que “si el docente eligió horas y está validado es porque puede dar clases y tendrá la posibilidad de hacerlo en forma remota”.
“Está Crea, la plataforma de Ceibal, y existe una herramienta llamada Conference, en la cual el docente va a estar exonerado del consumo de datos (trabajo de ANEP, Ceibal y Antel que está en proceso)”, agregaron.
Menos cargos.
Los sindicatos docentes vienen cuestionando el “recorte de cargos y horas”. El dirigente Marcel Slamovitz, de la Federación Nacional de Enseñanza Secundaria (Fenapes), dijo que para que exista presencialidad “primero se tendría que haber contratado docentes” y criticó la baja de entre 40.000 y 50.000 horas docentes (incluyendo dos horas semanales de coordinación entre profesores). El cálculo que realizó la Fenapes es que este 2021 se ofrecieron 290.278 horas, mientras que en 2020 habían sido unas 335.000.
Desde la dirección de Educación Secundaria dicen que las cifras que maneja el sindicato son incorrectas: “Las horas totales son 316.214 y quedan por designarse 56.332”. En cualquiera de las mediciones se confirmaría una baja de horas.
También se confirmaría una caída de cargos en los maestros comunitarios y dinamizadores de Primaria. “Si coincidimos en una evaluación positiva, y en la necesidad, en pandemia, de sostener la función del maestro comunitario, no podemos entender el recorte que se hace. En el marco del presupuesto de la ANEP son vintenes, y eso perjudica directamente el ingreso salarial de compañeros e implica directamente que niños se queden sin la posibilidad de la asistencia de un maestro comunitario”, criticó Pereira.
El calendario escolar.
Recién un mes después del comienzo de clases, en base al nivel de presencialidad y la marcha de la pandemia, las autoridades educativas discutirán las fechas de las vacaciones de invierno y primavera.
Pero este no es el único calendario que trae dudas. La elección de los cargos docentes sufrió un retraso, tras el aplazamiento en diciembre por el crecimiento exponencial de los contagios, y según la sindicalista Pereira “para el papá o la mamá que lleve a su hijo a la escuela y pregunte quién va a ser la maestra de su grupo, la respuesta es que hoy todavía no se sabe”.
Extienden ley y peligra el 8M
El Poder Ejecutivo definió finalmente la extensión por 30 días más de la prohibición de reuniones masivas y aglomeraciones. Esto no cayó nada bien en algunos movimientos feministas, que no podrán realizar su tradicional marcha el 8 de marzo cuando se conmemore el Día Internacional de la Mujer.
Lilian Abracinskas, del grupo Mujer y Salud en Uruguay (MYSU), dijo a Telemundo que “esta no es una medida de diálogo, es una señal muy provocativa”. El decreto firmado por el presidente, que comenzó a regir ayer, establece que “resulta imprescindible prorrogar la limitación legal, por razones de seguridad pública, del derecho de reunión consagrado por el artículo 38 de la Constitución y la suspensión de las aglomeraciones a los efectos de tutelar la salud colectiva”. El pedido lo hizo el ministro del Interior, Jorge Larrañaga.