Uruguay necesita el doble de ingenieros: debe lograrlo para que áreas clave crezcan, según la Udelar

Ingeniería sigue siendo una carrera con baja inscripción y un número muy limitado de egresos, y es aún percibida como “muy difícil” y “onerosa”.

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Facultad de Ingenieria
Facultad de Ingeniería de la Udelar.
Foto: Estefanía Leal/Archivo El País.

El cambio tecnológico que el mundo experimenta y al que es indispensable sumarse para impulsar la economía demanda cada vez más ingenieros. El mundo entero sufre un cuello de botella en materia de formación de estos profesionales, pero hay países más preparados para afrontar este desafío, lo que les permitirá seguir a la vanguardia. China, India, Estados Unidos, Rusia, Corea del Sur o Alemania desde hace décadas sostienen políticas educativas destinadas a incentivar a los estudiantes a cursar las distintascarreras de ingenieríasy así asegurarse decenas de miles de recibidos por año. Y, aun así, como la demanda supera la oferta, la mayoría de estos países también importan ingenieros extranjeros a los que atraen con salarios y condiciones de vida muy favorables. Y los resultados en materia de crecimiento de sus economías están a la vista.

El rol de la ingeniería

Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), “la ingeniería impulsa el desarrollo social, económico y humano, y sustenta nuestras sociedades del conocimiento y las infraestructuras. Es un factor importante en la innovación y, de hecho, en el auge y la caída de las civilizaciones”.

Sin embargo, en Uruguay, Ingeniería sigue siendo una carrera con baja inscripción y un número muy limitado de egresos, y es aún percibida como “muy difícil” y “onerosa” mientras que sus ventajas, entre ellas la inserción laboral asegurada con alto nivel salarial, no logran seducir a los futuros universitarios.

El decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República (FING), Pablo Ezzatti, dijo a El País que Uruguay necesita duplicar en un plazo de diez años el número de ingenieros para garantizar el crecimiento de áreas productivas clave que dinamizan la economía y favorecen la inserción internacional. Pero, puntualiza, para lograr esta meta es necesario comenzar ya a tomar medidas que involucran a todo el sistema educativo.

El sector de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) estima que alcanzará el 5% del Producto Interno Bruto en 2025 generando miles de puestos de trabajo altamente calificados en todo el país. Pero la escasez de recursos humanos para ocupar esos puestos será una limitante.

Sin embargo, hay datos auspiciosos. La matrícula de estudiantes aumenta año a año. En los 2000 la FING registraba un promedio de 1.000 ingresos al año. En los últimos cinco años el aumento ha sido vertiginoso. Este 2024 será un año récord: se matricularán unos 2.500 estudiantes y dentro de seis u ocho años egresará con título entre el 25 y 30% de ellos. Por lejos Ingeniería en Computación es la carrera con más inscripciones (casi el 50% del total), seguida por Química, Industrial Mecánica y Civil.

Si se considera la formación en TIC a nivel público y privado, en 2022 hubo 5.941 ingresos, 20.082 matriculaciones y 1.261 egresos. El 80% de los ingresos fueron en Montevideo. La Udelar concentró el 35%.

“Los sectores productivos se dinamizan, por la capacidad técnica de la gente con la que cuenta el país. Las empresas, fundamentalmente las de Tecnologías de la Información, lo primero que consultan antes de instalarse en un país es con cuántos profesionales cuentan en el rubro. Y últimamente la gran limitante para el crecimiento de nuestras industrias es la oferta de personal formado. Si queremos ser vanguardia en materia de hidrógeno verde, hay que tener gente formada. Uruguay tiene empresas de construcción, energía, telecomunicaciones o logística que son muy fuertes y se vinculan bien con el exterior pero que cuando deben afrontar nuevos desafíos se ven limitadas por la carencia de personal calificado. En ingeniería Civil, Química o Agrimensura no tenemos un crecimiento de la matrícula acorde a lo que se necesita”, explicó Ezzatti.

Facultad de Ingeniería del Uruguay. Foto: Archivo El Paí
Facultad de Ingeniería de la Udelar.
Foto Archivo El País.

En la década de los ’80 una misión de Corea del Sur visitó Uruguay para observar el desarrollo científico-tecnológico de nuestro país. Hoy Corea tiene una de las más altas tasas de ingenieros por millón de habitantes mientras Uruguay está seis veces por debajo de los países desarrollados y entre 1,5 y 3 veces menos que la región.

Son varios los obstáculos a superar para aumentar el nivel de egresos teniendo en cuenta que las ingenierías presentan tasas de abandono superiores a otras carreras. También es mayor el rezago porque la falta de profesionales titulados en el área de las TIC hace que las empresas capten estudiantes en los primeros años de la carrera. La mayoría de las veces, con un empleo seguro y un buen salario, estos estudiantes, que no necesitan título habilitante para ejercer, optan por postergar o incluso abandonar los estudios.

Otra limitante tiene que ver con la extrema masculinización de la carrera. El 75% de las nuevas inscripciones en la FING corresponde a varones, cuando en la Udelar en su conjunto el 64% de la matrícula es femenina.

Ezzati menciona que se están sintiendo los efectos de la pandemia. “Se nota un debilitamiento en la formación a nivel de educación media, lo que provoca en estos primeros años postpandemia una disminución de los niveles de aprobación y un aumento de los niveles de recursados de las asignaturas de los primeros años.

El universo posible de estudiantes es grande

Falta coordinación en materia de formación durante la trayectoria del alumno. “Hay intercambios y coordinaciones institucionales a nivel público, pero estamos lejos de hablar de un sistema educativo. Hay tanto para hacer. Pero tenemos que planificar a diez o doce años para duplicar el número de ingenieros”, opina el decano.

El universo potencial de estudiantes que podría seguir las ingenierías es muy superior al que termina ingresando a las carreras. Un informe de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI) indica que cada año hay más de 17 mil estudiantes de Educación Media Superior en áreas afines a las TIC (Tecnológica y Científico), lo que representa un 13% del total de matriculados en quinto y sexto año.

Ezzatti considera que es crucial facilitar la movilidad entre las diferentes opciones del sistema educativo, mejorando la información de las diferentes ofertas de carreras y profundizando la coordinación de medidas para mitigar las dificultades que representan para el estudiante las transiciones del bachillerato hacia la facultad. También se requiere una política de becas más intensiva y una mayor coordinación con el sector productivo.

“Fundamentalmente, tenemos que convencer a los jóvenes de seguir esta carrera, que tiene pleno empleo y puede cambiar su vida y la de sus familias. Soy primera generación universitaria de mi familia y me gustaría que todos tuvieran las oportunidades que yo tuve”, comentó.

La FING preparó un plan de 2 años para disminuir tanto el abandono como el rezago en las primeras etapas de la carrera. Estableció dos trayectos para el primer semestre de las carreras con lo que buscó mejorar la transición de la educación media a la Fing. Según los resultados de la prueba diagnóstica, se sugiere una trayectoria tradicional o una focalizada en los primeros cursos. La trayectoria focalizada incluye un curso de nivelación en Matemática Inicial, que tuvo 1.000 inscripciones. Este curso es de asistencia obligatoria, y se espera una participación activa de los estudiantes, y emplea estrategias de evaluación continua. La FING festeja en 2024 los 20.000 títulos de grado y pregrado entregados. La entrega de títulos comenzó en 1892 y hasta 1960 se habían recibido 1546 ingenieros de Puentes y Caminos, Industriales y Agrimensores. Durante un siglo fue la única institución en formar profesionales en ingeniería.

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